Astillero Ť Julio Hernández López
No necesita ir muy lejos el señor Arturo Montiel para ver hasta dónde pueden llegar los excesos de quienes piensan que los derechos humanos son de los humanos, no de las ratas: en el estado que el priísta pretende gobernar, agentes judiciales de la entidad torturaron gravemente a cuatro personas a las que suponían --sin poderlo demostrar posteriormente-- ladrones de una joyería; uno de los lesionados fue dado como ``desaparecido'' y, a pesar de las evidencias disponibles de tortura, cuatro de los policías involucrados fueron liberados yÉ dados de alta nuevamente en su corporación de origen.
La demostración de crueldad e impunidad policiacas ilustra muy bien la parte oscura de la fascistoide propuesta del candidato Montiel, quien pretende que los presuntos delincuentes, y desde luego los sentenciados como tales, sean exentos del respeto a los derechos humanos.
Unos se cayeron, otro se fugó
El miércoles 2 de septiembre de 1998 fueron detenidos en el centro comercial Interlomas, municipio de Huixquilucan, estado de México, los agentes de seguridad privada Miguel Martínez López, Guillermo Díaz Escamilla, Wilber Cruz González y José Armando Cámara, como presuntos sospechosos del asalto de la joyería La pequeña Suiza, ``sin nada más que las especulaciones de los agentes como sustento'', según señalaría después la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM).
Para lograr la confesión de los agraviados (y pensando de seguro en participar posteriormente en la confección de los lemas de campaña del futuro candidato Montiel), los policías condujeron a los detenidos ``a un cuarto aislado, donde los torturaron, sofocándolos con bolsas de plástico en la cabeza, echándoles agua por la nariz y golpeándolos en el cuello, la cabeza y el resto del cuerpo. De estos golpes quedó constancia por las fotografías tomadas por personal de la CODHEM'', según informó oficialmente esta comisión.
Cuando el tercer visitador de la CODHEM, Enrique Uribe Arzate, se presentó al Centro de Justicia de Naucalpan, donde se había concentrado el asunto, fue notificado de que sólo había tres de los cuatro detenidos originales. Vistas las evidentes lesiones de los presentes, el visitador fue informado de que los detenidos ``se habían caído''; el cuarto detenido, ausente, de nombre José Armando Cámara, había aprovechado ``un breve congestionamiento, y un tope'' en la carretera Río Hondo-Huixquilucan, para bajarse del vehículo en el que le trasladaban y huir.
Un ventilador, llamas, un soplete
Miguel Martínez López, uno de los tres detenidos que no lograron aprovecharse de congestionamientos y topes, dio una versión diferente: ``Recuerdo que junto a mí se advertía el aire de un ventilador, y al mismo tiempo se oían llamas, que yo creo que salían de un soplete. Entonces Cámara gritó: `Yo tengo todas las joyas, jefe, yo lo llevo', a lo que uno de los judiciales, al que le decían comandante, le dijo: `No, yo ya estoy hasta laÉ se me hace que no tienes niÉ y nada más nos traes comoÉ' Al momento en que lo estaban torturando, también Cámara dijo que las joyas las tenía en Huixquilucan, con un cuñado. En ese momento entró una mujer, y al darse cuenta del estado de Cámara les dijo a los demás judiciales: `Se les está yendo eseÉ se está poniendo morado', a lo cual el comandante respondió: `Pues de una vez, si se va, que se vaya'. En ese momento nos sacaron a los otros tres y nos tiraron boca abajo. Después ya no se oyó nada, ni gritos de Cámara, ni pisadas de los judiciales. Pasó como una hora y media, y una persona que me dijo que se encarga de custodiar a los detenidos me dijo que Cámara se les había escapado''.
A falta de elementos para mantenerlos en prisión, los tres sobrevivientes fueron liberados.
En cambio, días después fueron encarcelados los policías judiciales del estado J. Félix Hernández Osorio, Daniel Albarrán Armas, Francisco Méndez Gil, José Antonio Silva Mendoza, Juana Díaz de la Cruz, Rafael Pluma Verde, Rubén Cadena López y Salvador Orozco González, como presuntos responsables de los delitos de tortura, robo a interior de casa habitación y allanamiento de morada. A Orozco le concedieron amparo por cuanto a la presunción de tortura. El 8 de diciembre de 1998, la segunda sala penal del Tribunal Superior de Justicia de la entidad decretó la libertad, por falta de elementos para procesarlos, con las reservas de ley, a cuatro de los siete implicados.
Sala de torturas-cárcel-reinstalación
Y, para demostrar que la doctrina montielista ya tenía plena vigencia aún antes de haber sido emitida, los judiciales liberados, de apellidos Albarrán Armas, Silva Mendoza, Pluma Verde y Cadena López, fueron de inmediato ¡Faltaba más! reinstalados como policías adscritos a la Subprocuraduría de Justicia con sede en Tejupilco.
Sin embargo, ante el escándalo desatado por lo que el ombudsman del estado de México, Miguel Angel Contreras Nieto, calificó de ``una grave expresión de barbarie'', el 6 de mayo fueron reaprehendidos los cuatro campantes agentes. Uno de ellos solicitó amparo de la justicia federal y los otros tres tenían la audiencia constitucional para los mismos efectos el pasado martes 22.
Tanto los tres que habían quedado en prisión desde un principio (Méndez Gil, Hernández Osorio y la señora Juana Díaz de la Cruz), como los cuatro que piden amparo federal, saben bien que, en efecto, los derechos humanos son para los humanos (como ellos, humanitarios en el uso del soplete, el agua mineral, las bolsas de plástico y los golpes directos) y no para las ratas (como los tres sospechosos que se cayeron y el cuarto que se fugó aprovechando congestionamientos viales y topes carreteros).
¿Qué opinará el candidato Montiel sobre esta bella lámina del álbum de las infamias y las impunidades? ¿Tendrán derechos humanos respetables los presuntos sospechosos del robo de La pequeña Suiza? ¿Creerá la versión de que el detenido pasado por sopletes y demás arsenal de tortura simple y sencillamente se fugó? ¿demandará el esclarecimiento de la sospechosísima desaparición del ciudadano Cámara? ¿O seguirá creyendo que los derechos humanos no son para las ratas?
ombudsman, ¿callar o protestar?
Al respecto, la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, María Guadalupe Morfín Otero, ha enviado una carta a Miguel Angel Contreras Nieto, ombudsman del estado de México, y presidente de la Federación Mexicana de Organismos Públicos de Protección y Defensa de los Derechos Humanos.
La señora Morfín Otero debió enfrentar también la increíble incultura jurídica y humanística del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, quien opinaba de manera parecida a la del candidato Montiel respecto a los derechos humanos y su inaplicación en el caso de los presuntos delincuentes.
La ombudsman jalisciense asegura que la campaña televisiva de Montiel, respecto a humanos y ratas, tiene un ``profundo contenido deseducativo'' y es un ``agravio'' para quienes en el presente luchan por el respeto a los derechos humanos pero también a quienes en el pasado crearon las fórmulas constitucionales de respeto a tales garantías.
¿Con cuál cara juraría cumplir la Constitución?
Y pregunta Morfín Otero: ``¿Cuáles serán las garantías individuales que el señor Montiel piensa hacer a un lado en su furibundo afán autoritario? ¿Se atreverá entonces a gobernar de espaldas a la Constitución, que sustenta acuerdos esenciales, socialmente exigibles para nuestra convivencia civilizada y nuestra vida democrática?(É) ¿Con qué cara protestará Montiel, en el caso de que el voto popular lo favorezca, para jurar defender la Constitución a la hora de asumir el cargo? ¿La cara de candidato en campaña? ¿La cara del gobernante que debe ser el principal garante de los derechos de su pueblo?''
Por todo ello, la ombudsman de Jalisco convoca a Miguel Angel Contreras Nieto, su similar del estado de México, y presidente de una federación de organismos del ramo, a ``analizar con toda oportunidad, y con la debida urgencia, la posibilidad de que la Federación (que preside Contreras Nieto) intervenga o haga un enérgico pronunciamiento sobre esta lamentable y desafortunada campaña política. Callar, o soslayar responder a este desatino, me parecería absolutamente lamentable y descalificador de nosotros mismos''.
Fax: 5 45 04 73 Correo electrónico: [email protected]