PRESERVAR EL PATRIMONIO CULTURAL
Existe consenso entre las comunidades académicas, los investigadores y los trabajadores de las distintas dependencias involucradas, que la conservación del patrimonio cultural del país requiere de modificaciones al marco legal vigente, y que tales modificaciones deben ser resultado de una amplia discusión nacional que suscite acuerdos amplios y sólidos.
No es ése el caso de la propuesta de Ley General de Patrimonio Cultural presentada al Senado de la República el pasado 29 de abril, la cual generó numerosos disensos y señalamientos críticos. Sus numerosos impugnadores han destacado, entre otros defectos, que si la iniciativa fuera aprobada, facilitaría la elitización, el saqueo, la privatización del patrimonio cultural, además de que las numerosas lagunas del documento podrían condenar al deterioro y a la desaparición a numerosos monumentos y objetos de ese patrimonio.
La actitud ambigua al respecto que asumió hasta hace unos días la dirección del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio un amplio margen político a los defensores de la iniciativa. Por fortuna, tal situación cambió radicalmente cuando la titular del organismo, María Teresa Franco, tomó posición en contra de la propuesta y exhortó a reformar la ley vigente en la materia, que data de 1972 y que, ciertamente, requiere de modificaciones. Estas acciones contribuyen a cerrar el paso a la iniciativa mencionada y a descartar los riesgos que ésta conlleva para el patrimonio nacional. Al mismo tiempo, abren un espacio propicio para que los especialistas en la materia emprendan un amplio trabajo de reflexión y análisis en el marco de foros de discusión convocados por el Senado de la República. Cabe esperar que en esos ámbitos surjan mecanismos eficaces de protección, preservación y promoción de los bienes culturales e históricos que pertenecen a todos los mexicanos y se les sustraiga, en forma definitiva, de la febril ideología privatizadora que, desde la esfera económica, pretende invadir los otros ámbitos de la vida nacional.