n Trabajadores del ramo se reunieron con Cárdenas
Solicitan la intervención del GDF para recuperar cuatro cines
n Integrarían un circuito con el Latino, Bella Epoca, París y Futurama
Raquel Peguero n ''Una sala para el cine mexicano, o dos... o una por delegación", bromeó Héctor Bonilla. La propuesta va en serio y representantes de la comunidad cinematográfica solicitaron a Cuauhtémoc Cárdenas la intervención del Gobierno del Distrito Federal para recuperar por lo menos cuatro salas -de las 19 que pasaron al Fideicomiso Liquidador de Instituciones y Organizaciones Auxiliares de Crédito de la Secretaría de Hacienda (Fideliq)- para exhibir filmes nacionales.
Cerca de medio centenar de trabajadores de la pantalla grande, entre directores, productores, actores y sindicalistas, se reunieron con el jefe del gobierno capitalino para que conociera los problemas que enfrentan y en el que la exhibición es parte fundamental. La idea, le explicaron, es formar un circuito -integrado por los cines Latino, Bella Epoca, París y Futurama- para difundir producciones latinoamericanas y europeas y que pueda operar de manera independiente como lo hacen las otras cadenas y convertirse no sólo en una opción para el espectador, sino en pivote que contribuya a reactivar la industria nacional, a lo que ayudaría una política de estímulos fiscales como sucedió en Río de Janeiro y que fue el detonador del actual boom del cine brasileño.
Sin hacerse del rogar, tomando nota en una pequeña libreta, Cárdenas aceptó apoyar la propuesta. Explicó que la rehabilitación de las salas se podría hacer por medio del Fondo de Fomento Económico y que las autoridades del DF podrían hablar con las del Fideliq, con las que ya tuvieron contacto para la adquisición de una central de carga para autobuses. Aclaró que su gobierno trataría de ''completar el esfuerzo", pero que de ninguna forma se constituiría como empresario; ''ustedes serían la contraparte que administre las salas, porque nosotros no vamos a poner un gerente ni a nadie que los ande correteando para ver quién hace películas".
Cárdenas les solicitó que a la brevedad se le envíe la propuesta para estudiar los mecanismos que permitan concretar la idea.
Padecer competencia desleal
La anfitriona del encuentro fue María Rojo y asistieron María Elena Velasco (La India María), las escritoras Guadalupe Loaeza y Laura Esquivel, además de los directores Ernesto Rimoch, Carlos Carrera, Luis Estrada, Juan Antonio de la Riva, José Buil, Marisa Sistach, Jesusa Rodríguez, José Luis García Agraz, Alberto Bojórquez; actores como Ofelia Medina, Julieta Egurrola, Demián y Bruno Bichir, Daniel Giménez Cacho, Ernesto Gómez Cruz, Damián Alcázar, Pedro Armendáriz, Eduardo Palomo y Arcelia Ramírez. De los productores, acudieron Fernando Cámara y Jorge Sánchez, y hasta el pintor, amante del cine, José Luis Cuevas, amén del líder de la ANDA, Aarón Hernán.
María Rojo bromeó que ya había ''apartado" el cine Latino -que vale cerca de 49 millones de pesos-, uno de los más codiciados no sólo por las grandes exhibidoras sino por otras empresas que pretenden convertirlo en oficinas. Dijo que hay interés del Fideliq para que el inmueble se destine a un proyecto cultural. Por eso, explicó, sería importante formar un fideicomiso público en el que el gobierno capitalino sea el aval, para no perder la oportunidad de contar con ese espacio. Al respecto, Cárdenas indicó que habría que buscar el esquema más conveniente.
Entre ese coro de voces, se habló de la competencia desleal que vive el cine mexicano en la exhibición y de la necesidad de tener un lugar en el que se proyecte otro tipo de cine. Para el circuito, explicó Bonilla, se buscará rescatar material nacional y exhibirlo sistemáticamente, ''para darle un valor a lo que tiene, más allá del parámetro elemental"; serviría además para hacer recíproca una política de exhibición con Latinoamérica, cuyas producciones es casi imposible ver en el país.
''Debemos volver a enamorar al público -sostuvo Eduardo Palomo-, hacer que tengan acceso a los directores, a los actores, que son a quienes quieren ver". Habría muchas maneras de convocarlos y, por qué no, se harían premieres en las que los actores serían como taquilleros, dulceros y acomodadores, apuntó.
Todo ello porque al igual que en la producción, en la que no podemos competir con las grandes distribuidoras -agregó Arcelia Ramírez-, ''debemos buscar la manera de hablar de lo nuestro".
Las peticiones y propuestas bordearon distintos puntos de vista, que por momentos dejaban de lado el motivo de la reunión. Ofelia Medina y Jesusa Rodríguez llamaron la atención al respecto, porque ''una cosa es el ideal y otra la materialización del objetivo", indicó Rodríguez, lo que propició que se hicieran peticiones más concretas como el uso de espacios de publicidad en el Metro y paradas de autobuses, o espectaculares -que Cárdenas prometió ver- o el hecho de revivir la Comisión de Filmaciones del DF.
El gobernante calificó de positiva la propuesta, pues ''abre la posibilidad de reactivar una industria importante por su impacto cultural y sus opciones económicas. Me parece que no se requiere ni de grandes esfuerzos ni de enormes recursos para hacerlo y se pueden conseguir apoyos de otros puntos del país''.