n Defiende Netanyahu las incursiones; Barak se distancia de los ataques
Más bombardeos israelíes a instalaciones cerca de Beirut
Afp, Ap, Dpa y Reuters, Beirut, 25 de junio n Aviones de combate israelíes bombardearon esta mañana un centro de enlace de comunicaciones a 25 kilómetros al sur de Beirut en la que murieron dos trabajadores. Antes fue atacada una central eléctrica en las afueras de Beirut. Estos nuevos ataques aumentaron a once muertos y 68 heridos el saldo de los bombardeos israelíes contra Líbano que comenzaron el jueves, en represalia por ataques contra Galilea y Kiryat Shomona, en el norte israelí, de la guerrilla chiíta pro iraní Hezbollah, matando a dos personas.
El saliente primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, defendió los bombardeos al afirmar que se debía responder a la agresión contra el norte del país, y aunque reiteró que se continuarán los ataques en caso necesario, confió que con la campaña del jueves y viernes "se restablezca la tranquilidad a ambos lados de la frontera tan rápido como sea posible".
Pero tras horas de silencio, el electo gobernante israelí, Ehud Barak, se distanció de los bombardeos.
La interrupción en los servicios de electricidad y telefónicos en Líbano continuaban hoy luego de que cazas israelíes continuaron los ataques emprendidos la víspera contra dichas instalaciones en las afueras de Beirut, y contra supuestas posiciones de Hezbollah en la ciudad de Baalbek, al tiempo que el gabinete libanés mantenía una sesión de emergencia.
El gobierno de Líbano acordó hoy presentar una queja contra Tel Aviv en la Corte Internacional de Justicia en La Haya exigiendo el pago de indemnización por los bombardeos, pero se decidió no pedir al Consejo de Seguridad de la ONU aprobar una condena contra Israel pues ya existe la resolución 425 de 1978 que exige la inmediata retirada de las tropas israelíes del sur de Líbano.
Beirut, en cambio, solicitará una reunión inmediata del grupo internacional de vigilancia del cese del fuego entre Líbano e Israel, integrado por Siria, Francia y Estados Unidos, y que se formó en 1996 después de la operación israelí Viñas de la Ira contra Hezbollah.
El primer ministro libanés, Salim Hoss, declaró a CNN que "tras lo que acaba de ocurrir, no nos parece que los israelíes cumplirán su promesa de retirarse de Líbano en el plazo de un año", en alusión al compromiso que Barak asumió desde su campaña electoral. Después acusó directamente al futuro primer ministro al asegurar que "Netanyahu no pudo haberlo hecho solo, hubo un convenio entre los dos".
Estas declaraciones ocurrieron después de que Barak reaccionó tardíamente distanciándose de la decisión de Netanyahu de atacar Líbano. "El gobierno es, según la ley, el único responsable de las decisiones tomadas y las operaciones realizadas". La radio estatal siria opinó que Netanyahu ordenó los ataques con el único fin de obstaculizar las negociaciones de Barak con Siria y Líbano.
Fuentes cercanas al primer ministro dijeron que ha acelerado sus negociaciones con partidos para garantizar contar con apoyo parlamentario, y por lo pronto se ha aliado con dos pequeñas formaciones de derecha: el Partido Nacionalista Religioso y el que representa a los inmigrantes de la ex Unión Soviética que ya habrían logrado que Barak les conceda algunos ministerios.
Netanyahu, por su parte, reiteró que los ataques fueron necesarios para defender a los pobladores del norte del país y que no se puede permitir que Hezbollah aproveche el próximo cambio de gobierno para amenazar dicha zona. Insistió en que los bombardeos continuarán si la guerrilla continúa sus agresiones, pero manifestó la esperanza de que esto no sea necesario y la escalada de hostilidades se detenga por ahora.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, manifestó su preocupación por la escalada violenta entre Israel y Líbano, mientras la Casa Blanca reiteró su exhortación a las partes a actuar con prudencia y su disposición a mediar en el nuevo conflicto.