Por los menos dos secretarios de Estado manifestaron abiertamente su desacuerdo con los candados del PRI que les impidieron participar en la contienda por la nominación presidencial . Ahora ellos y otros políticos limitados podrán demostrar que sus compañeros de partido se equivocaron al marginarlos.
Los inconformes fueron José Angel Gurría, de Hacienda, y Carlos Ruiz Sacristán, de Comunicaciones y Transportes.
También expresó su desacuerdo Esteban Moctezuma Barragán, titular de Sedeso, aunque los referidos candados no lo limitaban de ninguna manera. Un cuarto secretario se manifestó indirectamente en contra, al bromear sobre el tema con el presidente Zedillo. Se trata del secretario de Salud, Juan Ramón de la Fuente.
Todos ellos podrían luchar por el Gobierno del Distrito Federal. Para obtener esa candidatura no hay ningún impedimento, basta con ser militante del tricolor.
En este último aspecto tal vez el único que sea sujeto de objeciones sea el titular de Salud, ya que por lo menos al principio del actual sexenio se presentó como no militante de ningún partido.
De cualquier forma, según las estimaciones del presidente nacional del PRI, José Antonio González Fernández, por lo menos dos de esos altos funcionarios podrían quedar inscritos en el proceso de elección interna del candidato al GDF. Un cargo nada fácil de obtener, si se recuerda la desastrosa derrota del tricolor en las elecciones de 1997, en las cuales resultó vencedor Cuauhtémoc Cárdenas, quien a pesar de su pérdida de popularidad será un fuerte contendiente, ya que seguramente respaldará a quien resulte nominado por su partido, el PRD, en casi segura coalición con el PT.
En la lista de los marginados de la lucha presidencial por los candados se debe incluir asimismo al ex secretario de Hacienda Jesús Silva Herzog, quien ya anunció su propósito de luchar por esa nominación, aunque su futuro mucho dependerá del destino de su amigo Francisco Labastida, quien trata de obtener la postulación a la Presidencia de la República.
En la ya larga lista de aspirantes a la candidatura priísta se debe incluir a dos políticos de larga trayectoria, y por tanto no limitados por ningún ordenamiento: el director del CAPFCE, Manuel Jiménez Guzmán, quien ya falló en el primer intento por ser candidato, derrotado por Alfredo del Mazo; y el ex presidente del partido en el DF Roberto Campa Cifrián.
La cosecha
Por lo pronto, el domingo venidero habrá elecciones en el Distrito Federal. Se designarán representantes vecinales que no tienen ninguna función bien definida, pues carecen de facultades de un gobernante y tampoco son legisladores ni mucho menos jueces. A lo más que podrán aspirar es a cumplir la función de gestores, es decir, presentar a las autoridades delegacionales las peticiones de sus vecinos, pero sólo obtendrán respuesta si el delegado lo considera conveniente, pues no está obligado a atender sus demandasÉ El único propósito real de ese ejercicio electoral parece ser el de servir de ``entrenamiento'' a los partidos políticos, pues aunque se supone un ejercicio ciudadano, en realidad todas las organizaciones políticas aprovecharon para organizar las planillas y conocer quiénes de sus miembros pueden tener éxito en otras elecciones de mayor nivelÉ Al mismo tiempo se iniciaron las cuentas regresivas de lo que se supone serán reñidas elecciones de gobernadores en el estado de México y NayaritÉ En los dos frentes el PRI confía en lograr victorias, aunque se espera fuerte oposición del PAN y del PRD, que en las dos entidades formaron coaliciones. En Nayarit se formó una sola alianza en torno al empresario Antonio Echevarría y en el estado de México el PAN se alió con el PVEM.