Irak es un país de aproximadamente 22 millones de habitantes, rico en recursos naturales y en el nivel cultural de su pueblo, que hoy vive o sobrevive bajo la fuerte presión de las grandes potencias y de sus propios problemas internos. Según informes de UNICEF y la ONU, a consecuencia del bloqueo sobre este país, mueren más de 6 mil niños menores de cinco años por desnutrición y enfermedades evitables, lo que se transforma en un genocidio silencioso ante la complicidad y la indiferencia de los responsables de esta barbarie.
La falta de medicinas y productos para la purificación del agua, que según Estados Unidos ``tiene doble uso'', provocan una grave contaminación, y agudizan las enfermedades de la niñez. Si bien se envían medicamentos como ayuda humanitaria, éstos no son suficientes y muchos no son adecuados a las necesidades del pueblo. Asimismo, otros deben conservar la cadena del frío lo que no se puede mantener debido al bloqueo. Los alimentos son insuficientes y existen dificultades en su distribución, aumentando la tragedia de la desnutrición y la mortalidad infantil en muchas regiones de Irak.
Comprobamos la situación del hospital Al Mansour de Pediatría en Bagdad, que fue bombardeado durante el mes de diciembre por Estados Unidos y Gran Bretaña, donde existen carencias de todo tipo.
Al conversar con expertos de la ONU en Bagdad expresaron su preocupación por la falta de recursos para el desarrollo de la agricultura y ganadería, con reducción al mínimo de las inversiones. Denis Holliday, director de ONU para la ayuda humanitaria en Bagdad, renunció a su cargo en protesta por las sanciones y las políticas contra Irak y denunció la persistencia brutal e inhumana de las medidas impuestas a ese país por la ONU y en particular por parte de la administración del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
Durante la reunión con el canciller Tarek Aziz se habló de los derechos humanos y la necesidad de abrir el diálogo y encontrar soluciones al conflicto, exponiendo sobre la situación de los presos políticos y las libertades públicas. Su respuesta fue que Irak está decidido a recibir delegaciones y representantes de los Congresos para comprobar la situación real del país y tomar acuerdos para levantar el bloqueo. El gobierno de Kuwait reclama la libertad de unos 600 prisioneros de guerra, y arguye que el gobierno iraquí no quiere entregarlos, pero éste sostiene que no existen tales reos.
No contactamos a grupos opositores, pero se habló privadamente con personas que a pesar de tener diferencias apoyan al gobierno ante estas circunstancias y están opuestos al bloqueo y sus consecuencias, como el alto índice de desempleo y el cierre de fábricas y comercios.
También nos reunimos con aquellos que deben hacer frente a las consecuencias de la guerra y los efectos físicos que producen las bombas con uranio, quienes relataron la falta de recursos para este grave problema.
Se visitó el refugio en Bagdad, que según la CNN era un bunker militar y que las fuerzas aliadas bombardearon, logrando introducir por el agujero de ventilación dos bombas, matando a unas mil personas, la mayoría niños. Se calcula que unos 600 niños murieron y de sus madres sólo sobrevivieron 17. En el lugar vive una señora, Vinveyda, (madre de Veyda). Una delegada de la misión se le acercó y le dijo: ``Soy estadunidense y siento mucho lo ocurrido, la muerte de los niños y sus madres''. La mujer la miró largo rato y dijo algo así como ``la....la...no...no...no'' para luego agregar ``en el refugio está mi vida y mi muerte. Tengo nueve familiares y todos mis hijos muertos en este refugio pero quiero decirte que yo sé que el pueblo de Estados Unidos no quiere esto, sino que es el gobierno de Clinton y los ingleses, para dominar la región por el petróleo. Escucha...yo me salvé de morir porque salí del refugio a lavar las ropas. Al regresar ya no estaban. El horror y la muerte se los habían llevado a todos''. Ella no quiere salir nunca de allí.
Al recorrer el refugio, vimos las fotos de los niños muertos entre los hierros retorcidos y los pozos de las bombas, como un testimonio desgarrante del horror de la guerra. Lo más impactante fue ver en la pared, como un negativo fotográfico, las siluetas de una mujer con un bebé en brazos y otra mujer parada a su lado, que quedaron como testimonio de ese momento trágico y de las víctimas inocentes.
En esos días se transmitían imágenes de ``guerra limpia'' sin muertos, ocultando la verdad. Hubo una temible complicidad del silencio. Los traficantes de la muerte continúan vendiendo armas en la región, en particular a Kuwait y a los Emiratos Arabes. Con la caída de los precios del petróleo a nivel internacional se hace cada día más difícil la situación en la región y esto agudiza la tensión entre los países, erosionando las posibilidades de desarrollar la paz.
La delegación realizó recomendaciones para avanzar en la resolución de los conflictos:
1.-El levantamiento inmediato de las sanciones económicas sobre Irak. La asistencia internacional para atender y paliar las necesidades básicas del pueblo y en particular de los niños.
2.- Solicitar al secretario general de la ONU, Kofi Annan, el inmediato cese de los bombardeos de Estados Unidos y Gran Bretaña. Iniciar un desarme regional de acuerdo a la Resolución 686 de la ONU.
3.- Que representantes del Congreso de Estados Unidos, del Parlamento británico, de la Unión Europea y otros países viajen a Irak y puedan ver y dialogar con el pueblo y el gobierno y verificar la situación y las consecuencias de las sanciones económicas, y buscar soluciones.
4.- Que la comunidad internacional demande el respeto a la vida y la dignidad entre los diversos sectores sociales y políticos.
5.- Que el gobierno de Irak facilite restablecer la reconciliación entre los sectores políticos y sociales.
6.- Que la Liga de los Estados Arabes convoque a conferencia, incluyendo a Irak, a fin de resolver sobre la sanciones y resolver el conflicto, así como la suspensión de los bombardeos sobre Irak.
7.- Hacer un llamado a los líderes religiosos y a los pueblos a fin de que puedan encontrar caminos de diálogo y restablecer las relaciones normales de cooperación y convivencia entre los pueblos.
Es preocupante la acción unilateral de las grandes potencias y el riesgo que esto representa para la comunidad internacional y la vida de los países, como la acción de la OTAN y el desconocimiento de la ONU, así como el intervencionismo en otros países invocando la defensa de los derechos humanos, la democracia y la vida. La ONU debe asumir la responsabilidad y arbitrar los medios adecuados para la solución de los conflictos. En este final del siglo XX muchas sombras surgen en el horizonte.
La debilidad e inmovilidad de la ONU, como el desconocimiento de las leyes internacionales por parte de las grandes potencias, ponen en riesgo la existencia y amenazan imponer una dictadura global donde las decisiones están en manos de los poderosos y las mayorías de los pueblos son meros espectadores de sus propias vidas. Las guerras se sabe cómo comienzan pero no como terminan. U. Than decía que estamos frente a un gran desafío de la humanidad: ``Coexistencia o no existencia''.
* Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz 1980