* El pasado 25 de junio, simpatizantes del EZLN expulsaron de ahí a policías
Habitantes de Nazareth temen represalias de militares
Jesús Ramírez Cuevas, especial para La Jornada * En las comunidades indígenas de la región Estrella de las Cañadas hay tensión, después de que simpatizantes del EZLN desalojaron pacíficamente a la policía destacada en esta población. Los 300 habitantes que salieron de Nazareth continúan refugiados en El Paraíso, por miedo a que regresen los soldados y les cobren el desalojo.
Cansados de ''agresiones, intimidaciones y amenazas'' que policías y soldados han cometido en contra de sus compañeros de esta población, los zapatistas organizaron una protesta el 25 de junio, que culminó con el desalojo a gritos y empujones de 30 elementos policiacos. Nazareth está protegido ahora por 250 indígenas integrantes de las comisiones nombradas por las comunidades de la zona, quienes esperan pacientes a que el Ejército y la policía regresen a ocupar de nuevo el ejido. Tienen aún fresco el recuerdo de cuando llegaron aquí cerca de mil elementos de las fuerzas de seguridad en un operativo que, con el pretexto de combatir la delincuencia, se realizó el 4 de junio.
En Monte Alegre, a pocos kilómetros de aquí, el Ejército y la Policía Judicial instalaron un retén para controlar el acceso del único camino de la zona. Celorio, un vecino de Los Mangos, señaló: ''Estamos aquí para pedir por la vía pacífica a las autoridades que no envíen más Ejército ni Seguridad Pública. Vienen a enseñarle otra cosa a la gente. Ellos casi todo el día están drogados, con mujeres prostitutas y eso no se vale''.
Estos días, dos helicópteros han sobrevolado la comunidad (uno de la PGR y otro de Seguridad Pública), mientras que cada día un convoy del Ejército se acerca por Campo Alegre y otro más por el lado del Polhó. ''Si llegan los federales nos vamos a retirar porque no queremos enfrentamiento. El pueblo va a analizar qué hacer. Si nos agreden, el pueblo va a actuar'', advirtió Pedro, uno de los representantes.
Cerca de la escuela comunitaria de Nazareth, frente a la multitud de hombres y mujeres que con paliacates y pasamontañas cubre sus rostros, Regino relató lo ocurrido el 25 de junio: ''Entramos pacíficamente a las 9 de la mañana para desalojar a la Seguridad Pública, porque ellos están haciendo mucho daño en el pueblo. Llegamos gritando desde la entrada con el aparato de sonido. Los policías nos apuntaron y cortaron cartucho. Llegando la gente donde estaban acampados, los policías empezaron a empujar y golpear a las mujeres, a darles de culatazos. La gente se defendió también, pero con las manos. No les pegamos ni con piedras ni con palos. Fueron empujones y gritos, nada más. No es cierto que les quitamos armas ni herimos a nadie, como dice el procurador. Los policías olvidaron dos armas pero los priístas se las llevaron a Ocosingo''.
Por su parte, Arnulfo explicó: ''No queremos más patrullajes porque asustan a la gente. Los niños salen corriendo de la escuela porque los maestros se van huyendo. Pedimos a las autoridades y al presidente municipal que ya no nos vengan a provocar en estas tierras que son nuestras''.
El detonante de la protesta zapatista en Nazareth fue una incursión del Ejército el 24 de junio, cuando 50 soldados rodearon El Paraíso, donde acampan desde hace 20 días 300 indígenas bases de apoyo del EZLN. ''Eso ya no nos gustó, por eso se organizó la manifestación. Si no protestamos van a seguir molestando'', dijo Emiliano. ''Ese día ųcontóų tuvimos una fiestecita. No sabemos si los priístas informaron en falso a las autoridades que íbamos a entrar a Nazareth. Estábamos divirtiéndonos para distraer la pena, cuando vinieron dos columnas de soldados y rodearon el pueblo. Se posicionaron en el monte y nos apuntaron. Como no tenemos adonde correr nos juntamos. Los niños y las mujeres lloraban ƑPor qué nos persiguen tanto, qué delito cometimos? Los soldados estuvieron dos horas y luego se fueron''.
Señaló que ''por la policía no hemos podido ir a las casas porque patrullan con una lista de zapatistas que quieren detener. Como no podemos salir a Ocosingo, nos falta comida, medicinas, jabón. Aquí estamos sufriendo y todavía vienen a molestarnos más. La gente se cansó de las agresiones. Hicimos la protesta para exigir que salga el Ejército. Queremos vivir en paz''.
Los soldados salieron hace días, se quedaron los policías. ''Pero no podemos trabajar, la milpa está tirada, se va a perder la cosecha y entonces qué vamos a comer'', dijo Pedro. denunció que Juan Villafuerte (diputado federal del PRI, señalado promotor del Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista) ''está agitando a los priístas y los está apoyando para que se armen. Está esperando la orden del gobierno para mandar policías y soldados''.