* Los glifos permitirán explicar la dinastía gobernante
Stuart: el Templo XIX ofrece más enigmas que respuestas
* Pendientes, las ponencias sorpresivas en la mesa de Palenque
Renato Ravelo, enviado, Palenque, Chis., 29 de junio * El hallazgo arqueológico más publicitado del último lustro, el del Templo XIX, para David Suart ofrece más enigmas que respuestas. Luego de un mes de trabajo de lectura de las más de 200 inscripciones, concluye que se trata de ''uno de los textos más importantes que tenemos en Palenque, porque tiene datos sobre la historia mitológica del gobernante Ahkal Mo' Nab, que fue uno de los más importantes del sitio, y arroja luz sobre una era de la zona, desconocida hasta el momento".
Dice el epigrafista de la Universidad de Harvard: ''El hallazgo arroja luz sobre una era de Palenque que fue desconocida, un hueco en la dinastía de gobernantes. Pero ahora con esos glifos vamos a poder llenar esos vacíos", con los datos que le permite el estudio de dos terceras partes de los glifos, algunos ya destruidos y otros desconocidos.
Quizá la conferencia más esperada en la Tercera Mesa de Palenque (aunque Jan de Vos asegura que debiera decirse la treceava mesa para que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes no escamoteé las otras diez que Merle Greene impulsó), no decepcionó a los asistentes. La avidez latente en las miradas de los cerca de 400 mayistas, generada entre estudiosos y estudiantes, por posibles temas, lecturas, futuros proyectos que el hallazgo casi casual ųresponsabilidad del proyecto de Alfonso Morales y Arnoldo Gonzálezų permitirá.
Registrado originalmente como un trono y un altar, perteneciente a Akul Ahnab III, para Stuart hay que empezar por poner en duda que se trate de cualquiera de los dos objetos. El epigrafista opta por considerarlo una plataforma de medio metro de altura, por tres metros de largo, cuyo uso se desconoce porque no tiene precedente.
Contar una historia mítica
Los tableros que acompañan a la plataforma fueron a continuación descritos por Stuart, quien se apoyó en una serie de transparencias y acercamientos.
El lado oeste, explicó el especialista, presenta una figura que al primer momento se pensó pertenecía al gobernante en cuestión, aunque las fechas y glifos correspondientes terminaron por inclinar la opinión hacia la teoría de que se trata de un antepasado.
En esa parte del tablero, considerado por muchos el monumento más importante de la estructura XIX, se hace constar por medio de glifos la pertenencia del edificio al dios G1, el primero de la tríada de Palenque. Como con los de la Cruz, explicó, cada uno de los templos fue dedicado a un dios.
El lado sur, el más interesante, continuó Stuart, tiene un texto muy largo que empieza con una fecha que es 12,10,1,13,2. Esta fecha, que es de antes de la fundación del pueblo maya, que equivaldría en nuestro calendario al 10 de marzo del año 3,3309 antes de Cristo. Esa fecha tiene una relación con el Grupo de la Cruz.
Stuart no se detiene en la importancia de esa referencia, apenas inicial, para pasar al hecho significativo de la relación entre el gobernante y el dios G1.
De acuerdo con lo que se deriva de los glifos del tablero, como tocados de Ahkal Mo' Nab' en los que se hace referencia a peces y aves, frente a un glifo que describe a G1, existe la intencionalidad de contar una historia mítica.
En esa narración Ahkal Mo' Nab' (tortuga, guacamaya y mar) es la rencarnación del dios G1, puesto en el trono por Itzamná, de acuerdo con la fecha aludida. La relación entre el gobernante y el primero de los dioses de Palenque, resulta en lo que Stuart plantea como una pregunta: ''ƑSería posible un cuento que habla de un dios, su sacrificio y su renacimiento?".
Iluminar nuevas visiones
Además de la parte mítica, explica Stuart, cuyas referencias en glifos llevan incluso hasta la fecha 9 viento, repetida en la mitología central de México como la fecha de Quetzalcóatl, el tablero encontrado en la estructura XIX ofrece un vasto campo que no se agotará en muchos años.
Tan sólo en cuanto a excavaciones en la zona de Palenque, considera, el hallazgo del tablero haría suponer que quedan pendientes el trabajo en los edificios construidos por Ahkal Mo' Nab', ya que hasta el momento en la zona se tienen al descubierto los de Pacal.
Las expectativas de la mesa de Palenque se han cumplido con regularidad. Faltan, sin embargo, las ponencias sorpresivas que con base en un ejercicio más lúdico de la inteligencia, iluminen nuevas visiones: cuando Merle Greene y Linda Schele iniciaban en los años setenta con la dinastía de Palenque, recuerda la presidenta honoraria de las mesas, empezaron inventando nombres que luego la realidad y el rigor de la investigación confirmarían como válidos, a pesar del rechazo inicial de Erick Thompson.
Paradójicamente, quizá el homenaje a Linda Schele resultó poco sorpresivo: inició con un minuto de silencio en memoria de Floyd Lansburry y Yuri Knorosov, destacados epigrafistas recientemente fallecidos; por momentos fue un acto más sentimental y anecdótico, en la extensa participación de Merle Greene Robertson; aunque más dimensionado en la intervención de Maricela Ayala, quien relató la crítica que padeciera Schele por parte de Enrique Krauze una vez que tuvo la osadía de dar una ponencia en un torpe español, así como la escasa aceptación que tuvo en el medio profesional de nuestro país, hasta que Octavio Paz elogiara The blond of the king.
El video de su intervención ante la NASA, para defender el apoyo a sus programas en la Universidad de Austin (Texas), dio por lo menos la oportunidad de recuperar la chispeante inteligencia que nos legó Linda Schele.