NUEVO MAPA POLITICO
El Consejo General del Instituto Federal Electoral registró ayer a seis nuevos partidos, los cuales podrán contender en las elecciones generales previstas para el año entrante, en las que un total de 11 institutos políticos, solos o en diversas alianzas, se disputarán el voto ciudadano.
Dos de las organizaciones beneficiadas -Convergencia por la Democracia, encabezada por el ex gobernador veracruzano Dante Delgado, y el Partido del Centro Democrático, que dirige el ex regente capitalino Manuel Camacho- tienen orígenes similares -respectivos desprendimientos del PRI- y propuestas de acción semejantes, en cuanto abogan por la construcción de una amplia coalición opositora orientada a poner fin a la hegemonía priísta e impulsar, de esa forma, la transición a la plena democracia.
El Partido Democracia Social, por su parte, dirigido en sus orígenes por Gilberto Rincón Gallardo y Jorge Alcocer -quien pronto se deslindó de la organización para convertirse en subsecretario de Gobernación-, surgió como una escisión del PRD y se opone a cualquier alianza opositora orientada a sacar al PRI del poder, con el argumento de que el acuerdo respectivo sería "fóbico" y "maximalista".
Otras dos de las organizaciones que entran a la lista de partidos registrados, el Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) y Alianza Social, son refritos de sectores políticos antiguos que, en repetidas ocasiones, han mostrado su escasa o nula viabilidad electoral:
El primero fue fundado por un grupo de veteranos de la Revolución. Realizó, en los cuarenta y cincuenta, algunos ensayos de disidencia. Pasó por una etapa "paraestatal" y conoció su mejor momento cuando postuló a Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia (1988). Posteriormente perdió el registro.
El segundo es el enésimo intento de organización partidaria y electoral del viejo sinarquismo -el cual llegó a tener cierta presencia en la región del Bajío y en algunas zonas de Tlaxcala-, en alianza con ex panistas como Pablo Emilio Madero y Salvador Rosas.
La otra formación que accedió al registro, el Partido Sociedad Nacionalista, parece ser una agrupación menor de sobrevivientes de los antiguos grupos "paraestatales".
En principio, el reconocimiento oficial a nuevas fuerzas políticas constituye una acción que extiende la pluralidad y perfecciona la representación de las distintas tendencias de la sociedad en la vida política. Pero también puede convertirse en un factor de dispersión y atomización del voto y un elemento de confusión en los perfiles ideológicos y programáticos del escenario político nacional.
Debe destacarse, con todo, que el registro concedido a los seis nuevos partidos fue una decisión en todo momento apegada a derecho por parte del Consejo General del IFE, y que, así como no se rechazó a ninguna organización que hubiera cumplido los requisitos legales, tampoco se concedió el preciado registro a grupos que no acreditaron debidamente su presencia y su militancia.
Pero, en definitiva, los resultados de los comicios del año entrante serán el medidor exacto e inapelable de la fuerza real y de la capacidad de convocatoria de los seis institutos que desde ayer forman parte del nuevo mapa político y electoral.