* Sin tumultos, las primeras exhibiciones de La guerra de las galaxias


El boletaje agotado, amenaza publicitaria

Mónica Mateos * Una "amenaza fantasma" fue la publicidad que pronosticó ''tumultos y boletaje agotado'' a quienes quisieran asistir al estreno del primer espisodio de la legendaria trilogía cinematográfica Star Wars.

Al menos eso le pareció a los fanáticos "galácticos" que sin necesidad de invocar los poderes de los caballeros Jedi, tan sólo 24 horas después del estreno de la cinta encontraron boletos disponibles en las taquillas de un Cinépolis, en hora pico (16 horas) y en una zona por demás siempre concurrida (Villa Coapa). En menos de lo que se destruye un imperio ya estaban en la función de las 16: 30 horas, en la que incluso sobraron lugares. Lo mismo pasó en las proyecciones siguientes.

ƑY las ''90 mil personas diarias'' que supuestamente adquirieron sus entradas en preventa y que no iban a dejar lugar para que nadie más viera la cinta hasta mañana lunes?

Quizá se encontraban "en una galaxia muy lejana", pues el jueves fue de lo más sencillo entrar a una sala cinematográfica en el sur de la ciudad para conocer el primer capítulo de la "cinetelenovela" más popular entre la llamada generación Nintendo.

La amenaza fantasma es una anémica pieza del rompecabezas que en conjunto es soberbio, pero cuyo primer pedazo suelto desilusiona, porque se le anunció como pepita de oro y no deslumbra más allá de su tiempo de proyección.

Los efectos especiales ya no ponen la piel chinita, aunque se escuchen los veloces vuelos intergalácticos con sonido THX. Vaya, ni siquiera está el consuelo de oír el amenazador zumbido de la espada láser. ƑSe les olvidó a los productores? ƑO se quiso dar la impresión de que los primeros modelos de esa arma apenas hacían un agujero al enemigo, en vez de desintegrar su cuerpo y dejar la ropa intacta, como vimos en las versiones anteriores?

Ese es uno de los tantos misterios de una trama que se saborea como chisme de comadritas: ''mira nomás, la mamá de Luke era mayor que el papá... Sí, toda una lagartona". "šAy!, mira, qué guapo era Obi-Wan Kenobi de joven".

Es cierto que ''los maniacos'', con el conjuro "del lado oscuro de la fuerza" ųléase "bombardeo publicitario"ų han comenzado a atesorar todos los productos alusivos a la cinta. Pero los fans "de primera división" ųcomo se catalogaron varios espectadores que, con mueca de plácida serenidad, salieron de la función de las 16:30 horas en Cinépolis Miramontesų, antes de sucumbir a los afanes del consumismo, tratan de rellenar de emoción los huecos que la cinta dejó en sus expectativas.

En torno a una regia orden de nachos con queso fundido, las voces de varios "estudiosos" de la trilogía, también llamada "el evangelio según (George) Lucas", se exaltaron más que durante la proyección. Desde que aparecieron los videojuegos en tercera dimensión, la carrera en la que participa Anakin Skywalker llama menos la atención que estar especulando en torno al nacimiento de Darth Vader... Ƒel Anticristo?

ųšO sea que Darth Vader fue concebido como Jesucristo!

ųšAjá, y se va al lado oscuro de la fuerza, porque siempre tuvo miedo!

ųšOrale... sí es cierto!

ųšQué cagado el Jar Jar Binks!, Ƒno?

ųƑTu espada láser todavía prende?

ųšSí!, y hasta mi nave Halcón Milenario.

Y así se marchan a casa, sin pepsilindros starwasianos en mano, al fin que "hay un chorro y no creo que se acaben".

Oséase que así es la vida cuando hay conflictos bélicos en el mundo, entre ellos uno que apenas tiene tres días en México, una batalla bien chida: La guerra de las ganancias. Dirían los clásicos shakespeareanos: such is life in the fucken tropics.