ƑAjuste o reforma del sector salud?
Entrevista al doctor Gustavo Leal F.
Por Luis Hernández Navarro
--ƑQué son las reformas de la salud en
México?
--Si algo llama la atención de nuestras
políticas de salud, es la relativamente débil presencia
de su primer actor: el médico. La reforma de la salud y de la
seguridad social de la administración en curso, consta de dos
cuerpos.
El primero alude a la modificación de la
Ley del IMSS de 1995, que armó el nuevo sistema de pensiones y
operó otros importantes cambios. Hasta ahora, no se ha
explicado al gran público y la ciudadanía, el sentido,
orientación y contenidos de una "reforma" de la salud. Yo
diría que está pendiente. Sin embargo, México ha
recibido el mayor préstamo que jamás haya otorgado el
Banco Mundial para, se dice, apoyar la "reforma" del sistema de salud:
750 millones de dólares. Hay que agregar que, con el
blindaje económico --y los términos que
supuestamente habría aceptado el Ejecutivo Federal vía
la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para
acceder a los créditos--, voces como la del diputado federal
Gonzalo Rojas, ven cercana la previsible reforma del sistema de
pensiones del ISSSTE.
El segundo cuerpo es el de la
descentralización de los servicios de salud a la
población que carece de seguridad social, así como la
extensión de la cobetrtura a través del Paquete
Básico de Servicios Esenciales.
En mi opinión, esta reforma resulta incomprensible
sin el impacto del error de diciembre sobre el sector, que
terminó inclinando la agenda del nuevo sexenio hacia la
federalización de los servicios, así como a las
inquietudes de algunos grupos empresariales, preocupados con los
montos de las contribuciones patronales a la seguridad social;
inquietudes que articuló como propuestas de reforma el doctor
Guillermo Soberón, secretario de Salud con Miguel de la Madrid,
a tráves de Funsalud. Ambos eventos se expresaron en el Plan
Nacional de Desarrollo, en el Programa de Reforma del Sector Salud y
en la Nueva Ley del IMSS.
--Sueles referirte en tus artículos a la
posibilidad de "ajustar" más que a la obligación de
"reformar" el sector salud. ƑPuedes ampliar este punto de
vista?
--Las políticas de salud y seguridad social deben
ser tratadas de manera integrada.
Nuestros procesos de "reforma" han sido simpre animados
por un grupo de "modernizadores". Descontando las repercusiones sobre
la Nueva España de las reformas borbónicas tal y como
las interpreta Florescano y de la ola liberal del juarismo, la
última estación modernizadora, que diría
Cosío Villegas, dibuja un siglo XX a caballo entre
"científicos" y "tecnócratas". Se trata, siguiendo a
Braudel, de un empeño de "larga duración", que
invariablemente ha chocado, por unos u otros motivos, con la
"resistencia" del país real, por así llamarle. Sorprende
la persistencia de este anhelo.
El sistema de salud y seguridad social que se armó
en México durante la segunda posguerra creció y
maduró, diría yo que con bastante inteligencia,
más allá del "sistema métrico sexenal". Para los
años ochenta, como ya observé, eran precisos ciertos
ajustes, pero nunca una "reforma" como la que, ya ex presidente,
Salinas, reconoció haber dejado "pendiente".
El Talón de Aquiles de esa "primera
generación de reformas", de acuerdo al Consenso de Washington
fue, sin duda, la combinación entre el inadecuado empleo
del calendario de apertura; su gradualidad en el tiempo y la
ausencia de políticas claves que protegieran lo que la
apertura dejaba al descubierto. Un caso emblemático es el de la
política industrial. León Opalin se ocupa de ello en
sú último libro. ƑQuién garantizaría
que los decisores de entonces no podían haberse equivocado
tambien en un área tan sensible como la de la salud?
ƑCómo protegernos, de Aetna, Cigna o Exxel?
--Pero Ƒpor qué?
--Estrictamente, una "reforma" supone un arreglo social
emergente, previsiblemente mejor, necesario pero no
inevitable. Depende absolutamente de la disposición
social. Una "reforma" no es un golpe de timón que, secuestrando
el interés público vía votaciones de un partido
mayoritario apoyado en visiones únicas sobre el
futuro de las políticas públicas, decide por
todos. Eso fue lo que aconteció con la modificación de
la Ley del IMSS. Una "reforma" tampoco es una reorganizacion
administrativa que no democratiza la toma de decisiones local
en términos participativos, como estudia D. Arellano del CIDE
(Centro de Investigación y Desarrollo de la
Educación). Eso es lo que se juega en los procesos de
federalización.
Una "reforma" requiere de un amplio soporte social y un
consenso persuasivo potente que sólo puede alcanzarse cuando
ella beneficia a más de los que afecta
He ahí la mega-tragedia de todas nuestras
"modernizaciones" y la micro-comedia de sus animadores. Como acaba de
reconocer la OCDE: muy poco han ganado, hasta ahora, los usuarios
mexicanos con estas reformas.
--Pero, entonces, Ƒen qué
fallan?
--La clave de la micro-comedia de estos decisores
reposa en sus diseños: ellos son los que han chocado con
el país real. ƑPor qué? Te propongo el siguiente
ejercicio: si revisas a lupa cualquiera de estas piezas,
encontrarás que mientras más sistémica es
la visión más lejos está el actor
principal de la arena política, en nuestro caso los
médicos y, por supuesto, el ciudadano. Este aparece
reconstruido en calidad de ente virtual: superinformado, habitando
entre computadoras, dueño de una racionalidad
invencible. Ese ciudadano del diseño no
existe. En cambio, lo que recibe por minuto nuestra red, son un
sinfín de pacientes muy pobres, pobres y de clase media baja;
es decir la mayoría de la población, en busca de
cura digna para sus episodios de enfermedad.
De ahí que afirme que nuestra extensa, completa, y
en más de un sentido, envidiable, red sanitaria, requiere
ajustes básicamente políticos. Ahí es
donde los diseños han fallado estruendosamente. Requiere, por
ejemplo, ajustar el sentido preciso de la misión del Sistema
Nacional de Salud que no puede ni debe escapar a la responsabilidad de
atender al paciente ahí donde él lo requiera.
No es casual que los documentos vaticanos de relativa
nueva data, como la Pastoral de la Salud, muerdan el hueso del
problema cuando difunden un mensaje ecuménico que denuncia la
frialidad y deshumanización que publicitan esas reformas
sistémicas propias a un hombre virtual.
--Y qué riesgos adviertes?
--Las reformas sistémicas pueden ahogarse en el
océano de pobreza que las circunda. Pero, en su caída,
pueden también potenciar una calamitosa polarización
desestructurada: acceso para pocos y acceso restringido para
muchos. Con lo cual los reformadores irían justo en contra del
principio de ciudadania que anima sus propósitos. Y es que la
gran mayoría con restricciones de acceso perdería parte
del horizonte de titularidades. Portarían una ciudadanía
de derecho, pero no de hecho.
--ƑQué propones?
--No hay vuelta de tuerca: es imposible regresar al
antiguo welfare. Con los procesos de integración en
marcha, el margen de maniobra nacional de las políticas
públicas se ha reducido. Mientras que la coordinación
macroeconómica es una cuestión táctica, las
políticas sociales se han convertido en una dimensión
estratégica.
Con Carolina Martínez, hemos identificado que, con
la conciencia del margen, los gobiernos pueden comprometerse con las
políticas rutinarias preventivas expandiendo su componente
imaginativa y contribuir seriamente a construir la
salud, aunque eso es caro. Toma como ejemplo el caso de
Peñoles. Pueden tambien atender con dignidad y calidad los
episodios de enfermedad evitando culpar al paciente, aunque
ello implica invertir en atención. Toma como ejemplo el costo
del tratamiento medicamentoso para los pacientes con sida. Los
gobiernos podrían pues asumir que la red es para los
más necesitados, dotando simultáneamente la mejor
regulación sobre el subsistema privado para aquéllos que
decidan pagar.
Experimentos de reforma de mercado que se cursaron
durante los ochenta y buena parte de los noventa, ya están
siendo corregidos con esta orientación. Siempre será
prudente recordar, con el General De Gaulle, que una política
viable debe ser políticamente aceptable. Ese es el trabajo de
un gobierno de calidad.