* Se cuenta con el marco legal, asegura Emilio Zebadúa, consejero del IFE
Comicios limpios en el 2000, si hay voluntad de gobierno y partidos
* Lamenta en entrevista que no fructificara la reforma para el voto de mexicanos en el extranjero
Andrea Becerril * A un año justo de la elección presidencial del 2000, la primera en la historia moderna del país que habrá de ser organizada por una institución autónoma, independiente del gobierno, y pese a que no se aprobaron las reformas que hubieran reforzado al IFE en materia de fiscalización de recursos de los partidos y permitido votar a más de 10 millones de mexicanos residentes en el extranjero, la máxima autoridad electoral cuenta con un marco legal que permitirá organizar elecciones transparentes y mucho más equitativas, como nunca antes en México.
Sin embargo, advierte el consejero Emilio Zebadúa, ello depende de que haya voluntad política del gobierno, de todos los partidos y sus candidatos de respetar las instituciones democráticas, porque ''si se descalifica o cuestiona a las autoridades electorales, al árbitro que va a rendir su fallo, entonces estaremos entrando a un terreno lleno de peligros, no sólo para la propia democracia, sino para la estabilidad económica y la gobernabilidad política''.
En amplia entrevista con La Jornada, el consejero del Instituto Federal Electoral consideró además que fue lamentable que no fructificara la posibilidad de materializar lo que es ya un derecho constitucional, el voto de mexicanos en el extranjero; aludió al conflicto abierto con el PRI en los últimos meses, a los intentos del Revolucionario Institucional por dar marcha atrás a la ciudadanización de ese organismo y sostuvo que, pese a todo, confía en que el avance es irreversible y la misma sociedad se encargará de preservarlo.
Contienda inédita
Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard, licenciado en Derecho por la UNAM y con una licenciatura en Economía en el ITAM, Zebadúa ųuno de los consejeros del IFE caracterizados por la claridad de sus planteamientosų sostuvo que la contienda federal del próximo año es inédita, ya que no tiene comparación con ninguna otra elección de presidente de la República en México.
Será, expuso, un proceso muy complejo, no sólo por lo competido que se espera sea entre las diversas fuerzas políticas, sino porque éstas pueden competir con acceso a los medios de comunicación y a los recursos. Además, será la primera vez que un organismo independiente del gobierno organice los comicios presidenciales.
A doce meses de ese esperado proceso electoral, a pesar de que el actual Consejo General tiene sólo tres años de dirigir el IFE, Zebadúa considera que el organismo está en una posición de gran madurez política para poder enfrentar el voto del 2000.
Y lo argumenta: ''Nos hemos estado nutriendo de grandes experiencias, no sólo la adquirida en la organización de los comicios de 1997, donde tuvimos que asumir posturas políticas muy claras con respecto a la compra y la coacción del voto, con respecto al conflicto de Chiapas, la observación electoral, los programas públicos con tintes proselitistas''. Además, ''fuimos creando en ese proceso relaciones muy ricas con los distintos partidos políticos, en ocasiones diálogos muy fructíferos y en otras, como las que hemos vivido con el Partido Revolucionario Institucional en los últimos meses, de conflicto abierto, pero es una experiencia acumulada muy rica''.
ųƑEl hecho de no haberse aprobado las reformas al Cofipe, cómo influye para el 2000?
ųSe hubieran podido fortalecer instrumentos de control, por ejemplo, en lo que concierne a fiscalización de los recursos de los partidos, pues ciertamente aunque contamos hoy en día con un marco legal mucho más poderoso del que jamás haya tenido ninguna autoridad electoral ųque permite al IFE revisiones exhaustivas de los informes de los ingresos y gastos que los partidos deben presentar cada año, y revisar los informes de gastos de campañasų, hay algunas lagunas.
Entre ellas, precisó, que el instituto no tiene facultades para fiscalizar las precampañas ni los recursos que los organismos políticos reciben como prerrogativas a través de los institutos estatales electorales.
Oportunidad histórica que se pierde
''No cabe duda, por ello, que en estos terrenos todavía puede haber fortalecimiento de la autoridad electoral para que haya plena transparencia en el uso de los recursos públicos y privados que reciben los partidos políticos'', apuntó.
Para Zebadúa, es lamentable que entre las reformas al Cofipe que no se aprobaron en el Senado de la República, se encuentre el voto de connacionales en el extranjero. ''Lo considero como una oportunidad histórica perdida, porque se habían dado ya los pasos necesarios para materializar ese derecho que tienen todos los mexicanos de votar, independientemente de donde residan''.
Sin embargo, ''por razones que no están del todo claras, el asunto fue primero marginado, después pospuesto y finalmente cancelado, pese a que el IFE había dado un paso muy importante al remitir al Congreso de la Unión, en noviembre de 1998, un documento muy amplio que demostraba que es técnicamente viable la realización del proceso electoral en el extranjero''.
Diez millones de afectados
Es un asunto en el que ''aparentemente había consenso entre todas las fuerzas políticas ųen enero de 1995, el presidente Zedillo había suscrito un pacto con todos los partidos, que incluía la promoción del voto en el extranjeroų, pero lamentablemente no se tradujo en esa reforma que hubiera permitido a diez millones de mexicanos que viven allende las fronteras votar para elegir al presidente de su país en el 2000''.
Respecto de la críticas que el PRI formuló a la iniciativa de reformas electorales aprobada por la oposición en la Cámara de Diputados, y a punto de rechazarse por la mayoría priísta en el Senado, el consejero Zebadúa dijo que coincide con el tricolor en que la iniciativa carece de algunos elementos para ser técnicamente eficiente y ajustada a todo el marco del Cofipe. ''Lo que me parece es que no hay excusa, ya que el estudio del IFE en esa materia, avalado por todos los partidos, fue remitido al Congreso y éste lo tuvo durante meses''.
Los elementos técnicos para el voto de mexicanos que residen en el extranjero, insistió, existían a partir del estudio del instituto y me parece inexcusable que no se hayan materializado y traducido en un diseño claro, sofisticado, bien pensado, para que se pudiera dar la organización del proceso electoral.
ųƑQué pasó entonces?
ųEs difícil para mí especular sobre cuáles son los motivos para que el Partido Revolucionario Institucional se opusiera a esta reforma. No sé si lo que acabó por pasar fue que el proyecto quedó enredado en el paquete de reformas donde había temas más sensibles, como el de candidaturas comunes y coaliciones. Ojalá se hubiera separado y discutido aparte, porque es una de las grandes pérdidas que, tenemos que reconocer, han ocurrido en este periodo preelectoral.
De cualquier forma, señaló, el voto de mexicanos en el extranjero, los temas de financiamiento y coaliciones tendrán que ser retomados, incluso antes del 2000, aunque no se traduzcan en reformas electorales.
Sobre el conflicto con el PRI, particularmente con cuatro consejeros ųél incluidoų, Zebadúa opinó que las diferencias de los partidos políticos con el Instituto Federal Electoral deben canalizarse dentro de los esquemas constitucionales, porque cuando los partidos cuestionan y buscan descalificar y desacreditar a las autoridades electorales y se salen de los marcos que la propia ley establece, en ese momento se pone en riesgo la credibilidad y la legitimidad de los comicios.
Acusación ''frívola y contradictoria''
Fue el caso concreto del Revolucionario Institucional, dijo, que a partir de la denuncia presentada por el PRD sobre los gastos de campaña del tricolor en 1994, se retiró cuatro meses del IFE, pese a la disposición legal ųartículo 41ų de concurrir a ese instituto y amenazó, sin llevarlo a la práctica, con acudir al juicio político en contra de él y los también consejeros electorales Jaime Cárdenas y Jesús Cantú, contra quienes también presentó una acusación ''frívola y contradictoria'' ante la Contraloría interna del instituto.
''Yo esperaría que para el 2000 todos los partidos políticos, sin excepción, se sujeten a la ley'', expresó Zebadúa.
ųƑPero el PRI insiste en restar facultades al IFE?
ųSí, de hecho veo con preocupación que en los últimos meses ha presentado al menos tres propuestas al Congreso de la Unión para reformar la estructura y el financiamiento del instituto que, en mi opinión, sí son contrarias al espíritu de ciudadanización y autonomía del organismo.
Al mismo tiempo, el tricolor ha querido sancionar a algunos consejeros. ''Hemos sufrido ataques, descalificaciones, se ha intentado acotar nuestras funciones y tenemos claro que ello se debe a que actuamos con independencia en los asuntos vitales para la democracia''.
Sin embargo, agregó, esos intentos ''se encontraron felizmente con la voluntad firme de los partidos políticos de oposición ųcuyas directivas se opusieron al intento de juicio políticoų, a los que se sumaron organizaciones ciudadanas diversas como Alianza Cívica, la Academia Mexicana de Derechos Humanos y medios de comunicación independientes, los que demostraron que hay un equilibrio de fuerzas democráticas en México que va a garantizar que en el 2000 las elecciones las organice un IFE independiente del gobierno y con estricto apego a la ley''.