Xhix-Calavera, Jambo, Los de abajo, Salón Victoria, Panteón y La Maldita


2 mil 500 skaseros en la presentación de Aztlántic ondergraun, en el Circo

Jorge Caballero n Hace ocho días se realizó el concierto Skápate, organizado por la sección de espectáculos de este diario para presentar su plana alternativa Aztlántic ondergraun, en la casa del ska: El Circo Volador, apoyados por Orbita 105.7, el Instituto de Cultura del Distrito Federal y pinturas Sherwin Williams. La jornada duró nueve horas. Ahora publicamos las cartas que mandaron algunos lectores para ganarse un pase doble y presentamos un testimonio gráfico y la crónica del concierto.

Desde las doce del día del pasado sábado 26 de junio, algunas centenas de jóvenes estaban espectantes frente al Circo Volador; veían la ejecución de las ocho tribus que grafiteaban en la fachada media del lugar y aguardaban a que abrieran las puertas para escuchar el concierto Skápate, organizado para presentar la página Aztlántic ondergraun. Los músicos sonorizaban y se ponían a enfriar las cervezas, los refrescos y las aguas.

Las tribus que participaban en el concurso de grafitti medios de comunicación, que tenía premios en efectivo, suscripciones a La Jornada y becas para estudiar dibujo fueron: DCHK, integrada por York, Less, Amra y Verónica; UPE, formada por Lub y Med; BLE, con el Acento, la Queja, el Gesto y Ogsa; UNC con Huisca, otra Queja, Multa y Mútic; del colectivo DMC, SF y TMK sólo dieron su mote Humo y Galán, los otros se portaron muy mamones. De pronto, un vocho blanco rotulado con el nombre y logo de esta casa editorial se estacionó y comenzó a repartir 500 ejemplares de La Jornada de ese día; el personal volteó su vista hacia las páginas del periódico y empezaron a leerlo; algunos revisaban la primera plana o la contra; otros la cartelera y algunos deportes; pero cuando alguien descubrió la sección de Espectáculos y la plana Aztlántic ondergraun se corrió la voz y la mayoría se puso a leer la sección.

Roco, cantante de La Maldita Vecindad, salió a vibrar con la banda y dijo: "me gusta que desde temprano haya tanta banda viendo el trabajo de los grafiteros; el cartel está padre, con Los de abajo; esta banda de guanatos Xhix-Calavera y El Panteón; además, me parece interesante que el Circo Volador siga apoyando este tipo de proyectos de difusión de la cultura subterránea, en este caso con la aparición de Aztlántic ondergraun". Otro que salió a vibrar la calle fue Blaky, vocal del grupo Jambo, quien mencionó: "siempre que se abre un espacio es bueno para los jóvenes, por eso nos interesó colaborar en este concierto. El sonido se escucha muy chido y hay buena producción".

Y nos dieron las tres. Inició el acceso. La fila serpenteaba hasta formar un gran signo de interrogación. Los pelos pintados de los chavos; los chongos y molotitos de las chavas; las gorras, los piercings en la boca y cejas; collares, lentes; pantalones rotos, holgados y cuadrados; cascos de guerra y de basureros; gorras de beisbolistas, de estambre y pasamontañas negros; máscaras de jokie; diminutas blusas multicolores; cangureras, camisetas de beis, fut y básket, así como máscaras antigás fueron el atuendo de los skaseros que penetraron en el foro para escuchar, cantar, sudar, gozar, beber y bailar. ƑCómo esperas el concierto?: "espero que esté muy chido y que toquen todos los grupos", dijo Elisa; "que se ponga muy chido; vine a oír a La Maldita y a El Panteón", informó Sirán; "es un momento de esparcimiento mental y cultural, esto se debe de apoyar", opinó Carlos.

Todavía no acababan de entrar todas las personas, pero ya eran como 2 mil cuando apareció en escena el grupo de hard core Xhix-Calavera, que lanzó, con un rifle de agua, unas ráfagas de tequila al público; sólo algunos se movieron con el ritmo del grupo; su despedida consiguió aplausos tíbios. Luego siguió Jambo, que con sus rolas pro zapatistas y antipriístas puso a bailar a algunos cuantos; la gran ovación llegó al grito de: "šViva Zapata, cabrones!". Después siguieron Los de Abajo, con su mezcla de punk duro/salsa/ska y sus tablas en el manejo del público, llegaron y prendieron a la banda que organizó un gran slam dance. Algunos asistentes de la parte de arriba bajaron las escaleras bailando y se integraron al baile tribal. La locura llegó cuando interpretaron su pegajosa rola Pepepez; dejaron claro que son una alineación con un público fiel por su trabajo en el circuito subterráneo. Los asistentes estaban calientitos y querían más. El Salón Victoria salió al escenario, los gritos y aplausos eran generales, con su sonido de una big bang provocó que bajaran los asistentes de la parte de arriba que querían participar en el slam dance , pero ya no cabía absolutamente nadie; Salón Victoria dijo: "nunca seremos un nazi o un neohippie, y no dejen que nadie que se pare en el escenario los trate mal" provocando un gran alarido.

Panteón Rococó era uno de los platos fuertes. Al salir a escena los parroquianos corearon y bailaron sus rolas. En las filas y los pasillos de arriba los chavos hicieron una columna y, bailando, subían y bajaban las escaleras. El Circo Volador se cimbró. Los clavados en el slam dance eran ininterrumpidos. El Panteón con su ska a go-go/sicodélico/rapeado llevó a donde quiso al público que le festejó todo; los gritos de las féminas eran ensordecedores. Los skaseros no estuvieron conformes y pidieron otra; salió y complació a sus fans con Cúrame; todos estaban prácticamente empapados de sudor. El lugar seguía cimbrándose, no importaba.

Luego el creador del concepto Aztlántic ondergraun dijo: "Estamos aquí para presentar el espacio que aparece en La Jornada y que se llama Aztlántic ondergraun; una página que pretende ser una cartelera de la escena del rock mexicano y un espacio alternativo; aquí podrán decir lo que quieran y publicar lo que a ustedes les interese, siempre y cuando nos lo digan". Nelly Muñohierro, productora del concierto, dio los nombres de los ganadores del concurso de grafitti: "Tercer lugar, la UNC, segundo lugar, BLE, y el primer lugar SF"; luego hizo la presentación de La Maldita y el público le dio una gran bienvenida, Roco con su singular manera de bailar dedicó la canción de El Circo a: "Los nuevos tlacuilos que con sus grafittis están rescatando la Gran Tenochtitlán". Tocaron algunas rolas clásicas como Morena, Mujer, Solín y Pata de Perro, recibieron la mayor ovación; el público bailaba y se veía feliz, aunque con rolas más recientes como: Don palabras, El Cocodrilo y el cover Se me reventó el barzón, también se las festejaron. "Sax, Pato, Roco y Pacho son nuestros novios", gritaron en coro un grupo de skaseras de la parte de arriba. El concierto estaba en su punto máximo: todos en todo lugar bailaban, el slam dance estaba de poquísima madre, se encendieron antorchas, el grupo se escuchaba potentísimo y los cuerpos seguían girando/girando. El Circo Volador se caía, pero nadie prestaba mucha atención a eso, pues La Maldita estaba tocando.