El empeño del secretario de Energía, Luis Téllez, por conseguir la aprobación de las reformas constitucionales que den paso a la privatización del sector eléctrico, lo han llevado a convencerse de que el Partido Acción Nacional doblará las manos para defender un sector estratégico para la economía del país. Pero si llegara a darse tal situación -como la experiencia ha demostrado que se puede dar- ni Luis Téllez ni Acción Nacional, y mucho menos el Partido Revolucionario Institucional, podrían argumentar que tal decisión fue vital para satisfacer la demanda de energía de los mexicanos y dar pauta a la modernización de la infraestructura del sector. Y no podrían porque la propia Junta de Gobierno de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), cuyo presidente de consejo es el secretario Téllez Kuenzler ha expuesto ya una solución viable ante la oposición que la férrea defensa del sector eléctrico -por parte no sólo de trabajadores electricistas, sino de organizaciones civiles y políticas asociadas o no en el Frente Nacional de Resistencia- ha significado. Durante la más reciente sesión ordinaria de la Junta de Gobierno de la CFE, presidida por el secretario de Hacienda y el de la Contraloría, José Angel Gurría y Arsenio Farell Cubillas, respectivamente, además de Luis Téllez y el propio director de la paraestatal, Alfredo Elías Ayub, se abordó el programa propuesto por la CFE -sí, leyó usted bien, la propia Comisión propone una alternativa ante la privatización- para enfrentar el crecimiento de la demanda y atender los márgenes de reserva requerida, así como los proyectos para incrementar la longitud y capacidad del sistema de transmisión y transformación, la estrategia de inversiones sugerida y los proyectos para incrementar la capacidad instalada de generación; todo esto con el fin de ``asegurar el suministro de electricidad en el país''. Según las proyecciones de crecimiento de la demanda, para la Junta de Gobierno de la CFE la inversión de esta entidad y del sector privado debe sumar aproximadamente 206 mil millones de pesos, para el periodo 2000-2005, cantidad que difiere de los 250 mil millones de pesos calculado por el Ejecutivo en la iniciativa presentada el 2 de febrero pasado. Dichas inversiones ``permitirían mantener los activos actuales en operación e incrementar la capacidad de generación, transmisión, transformación y distribución''. Las condiciones bajo las cuales sí se puede realizar esta inversión, en los próximos cinco años, es un incremento en el endeudamiento de 119 mil millones de proyectos de inversión financiada con la participación de los particulares, y en 87 mil millones con la inversión pública a través de la CFE. Para concretar dichos montos, la Junta de Gobierno acordó agilizar los procesos de licitación de los proyectos para incrementar la capacidad instalada de generación; crear un grupo de trabajo integrado por diversas secretarías y la propia CFE, para analizar las condiciones de endeudamiento de largo plazo y revisar el régimen fiscal del organismo, y promover la creación de un Comité Interno de Transformación Corporativa de la CFE. El proyecto de inversiones propuesto y las necesidades de gasto corriente y servicio de deuda tendrá que ser financiado a través de una ``combinación de recursos propios, endeudamiento neto e inversiones del sector privado'', por lo que la comisión contratará proyectos de generación y transmisión mediante los esquemas: Construir-Arrendar-Transferir (CAT), Obra Pública Financiada (OPF) y Productor Externo de Energía (PEE). Si la alternativa para ``asegurar el suministro de energía en el país'' ya está puesta sobre la mesa, cuál es el empeño del secretario de Energía por seguir promoviendo la venta de un sector primordial para el desarrollo y soberanía del país, y por querer allegarse de cómplices en tal tarea. Y, como si esto fuera poco, todo esto sin vender los activos de la paraestatal. Acaso sus declaraciones recientes no serán patadas de ahogado, para decir en lenguaje popular que ante el fracaso de la defensa de un absurdo sólo queda el disimulo.
Melée
En lo que resta del año seremos testigos de lo que realmente pueda concretar la administración zedillista para beneficio de su partido en el año electoral del 2000, las obras públicas, los acuerdos, reformas, los números y resultados serán la bandera con la que el futuro candidato priísta enfrente a sus contendientes el próximo año. Por ello, habremos de presenciar cómo se concretan muchas arreglos al vapor, para no perder la costumbre. Un ejemplo de esto será con la Unión Europea para establecer un acuerdo de libre comercio. Y por si fuera poco, el proceso de desgravación tiene que asegurarse para que los aranceles sean sumamente bajos para la UE. Sólo una observación preelectoral.