La participación ciudadana es imprescindible para garantizar el proceso de selección del candidato a la Presidencia de la República, que lleva a cabo el PRI. Equidad, respeto e imparcialidad se agregan como principios fundamentales para que los cuatro aspirantes fortalezcan la convocatoria para esta participación ciudadana, y continúen ofreciendo con libertad sus propuestas, sus programas de trabajo, su visión de la realidad social del México que anhelan gobernar.
El proceso interno del PRI ha generado una amplia discusión en la opinión pública. Analistas de distintas tendencias reconocen el carácter innovador y de avanzada de una contienda intensa, pero respetuosa de las normas, en contraste con los partidos de oposición, en los que no existe una verdadera competencia.
Respeto a las normas es la clave. Los hechos poco a poco van construyendo una importante tesis de actualidad política: no hay norma impecable ni mucho menos equitativa dentro de ningún partido político cuando se carece de voluntad para acatar sus ordenamientos y normas institucionales.
En este contexto se pueden leer las recientes alusiones del presidente Ernesto Zedillo al proceso, en compañía de gobernadores del partido, ponderando este ejercicio político de libertad y debate, primero, como un proceso de apertura democrática que deberá ser justo y equitativo.
Que la elaboración de las reglas de competencia y el alcance de ellas haya sido un proceso abierto que dejara satisfechas las expectativas modernas del partido y de sus militantes, constituyó el primer y sólido respaldo al proceso.
Todo en su conjunto tiene una referencia todavía más importante, pues se trata de un proceso interno, ciertamente, pero sobre todo de una contribución al fortalecimiento de la democracia nacional y a la estabilidad política que espera México para hacer crecer y ampliar sus planes de desarrollo.
La invitación para todos está en mantener el respeto a las normas internas, debatir de manera profesional y ética, abonar a la credibilidad del proceso y mantener nuestro compromiso partidista.
Los cuatro precandidatos han sido distinguidos con el crédito de su talento, los cuatro enriquecen el acervo político de su partido. Tienen la vocación y la voluntad de servicio para impulsar el desarrollo social de los mexicanos y fortalecer la democracia. Pero a nadie debe sorprender que el debate sea intenso, que se confronten puntos de vista y argumentos. Democracia significa debate y polémica en un marco de unidad, más no de una uniformidad indeseable. Lo que interesa está en la substancia de las ideas que deberán ir abriendo cada vez espacios más amplios de opinión pública, críticos algunos.
Imparcialidad para fortalecer la unidad del partido es el gran reto. Y es lo que también importa: darle al electorado la mejor opción, a fin de evitar la inconformidad y la dispersión, lo que significa estabilidad, apoyo popular y más votos para el proyecto de nación que propone el partido. El ejercicio democrático presente significa transformación, desarrollo ideológico, madurez y enorme responsabilidad.
*Senador de la República