n Los combates, cerca de Bogotá; habría 96 militares desaparecidos
Cruentos enfrentamientos entre el ejército y las FARC; 85 muertos
n Son 47 las bajas de las fuerzas armadas, dice jefe rebelde n Movilizados a la zona, mil 600 soldados
Reuters, Afp, Dpa y Ap, Santafé de Bogotá, 8 de julio n Cruentos combates tuvieron lugar durante todo el día de este jueves entre guerrilleros de las Fuerzas Ar- madas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el ejército a sólo 25 kilómetros de esta capital, con un saldo de al menos 85 bajas entre ambos bandos y 96 militares desaparecidos.
Los encarnizados combates comenzaron a las 5 de la madrugada de hoy y entrada la noche del jueves continuaban en una zona montañosa del municipio de Gutiérrez, departamento de Cundinamarca, donde las tropas decidieron interceptar a una columna de unos 500 rebeldes que se aproximaba a Santafé de Bogotá.
"Hay un elevado número de muertos", aunque aún no se tiene un balance oficial, admitió ante la prensa el comandante en jefe de las fuerzas armadas, general Fernando Tapias.
El militar incluso se basó en reportes de los propios periodistas que llegaron a Gutiérrez, para decir que "hay un elevado número de muertos" de uno y otro lado.
No obstante, un oficial del ejército adelantó que en los choques han muerto por lo menos 40 militares y 38 rebeldes, y que habría varios desaparecidos.
Asimismo, las autoridades militares aceptaron desconocer el paradero de 96 efectivos que ingresaron en la zona de combates en las montañas de la cordillera oriental de los Andes colombianos.
Por la noche, un comandante de las FARC que se identificó como Nelson Robles aseguró que 47 militares murieron y que los combates se desataron después de que ellos coparon un campamento militar de contrainsurgencia, de acuerdo con órdenes del comandante Jorge Briceño, y que por ahora los rebeldes no pretenden atacar la capital del país.
El vocero del ejército, coronel Paulio Coronado, indicó que los 500 rebeldes pertenecen a los frentes 51, 53 y 54, comprometidos con el proceso de paz, y que están apoyados por una columna móvil al mando del comandante rebelde Henry Castellanos, llamado Romaña y conocido por encabezar otros ataques importantes.
Por su parte, el ejército envió unos 600 efectivos de cinco batallones de contrainsurgencia y unidades policiales, apoyados por helicópteros y aviones de combate, y más tarde fueron enviados otros mil hombres de refuerzo por tierra y aire desde la capital del país y la vecina Villavicencio.
La zona de los sorpresivos combates, a menos de dos semanas del comienzo de las negociaciones formales de paz, es un corredor estratégico que permite la comunicación entre Santafé de Bogotá y una amplia zona del este del país en donde las FARC tienen alta influencia y por donde ya antes habían lanzado otros ataques de menor envergadura.
El subcomandante del ejército, general Néstor Ramírez, informó que entre los guerrilleros hay 38 bajas y un "número indeterminado" entre las filas castrenses, de acuerdo con un parte interceptado a las FARC transmitido por Romaña al segundo hombre al mando y jefe militar de la insurgencia, Jorge Briceño, más conocido por su apodo Mono Jojoy.
El general Fernando Tapias había dicho previamente que las columnas de los 500 guerrilleros salieron hace aproximadamente una semana del municipio de La Uribe, en el departamento de Meta, sede de las próximas negociaciones de paz, y que eran seguidas por la inteligencia militar a través de información de satélite y sobrevuelos aéreos.
Acto demencial, dice el gobierno
En horas de la noche el ministro de Defensa, Luis Ramírez, señaló que las FARC podrían haber sufrido más de 40 bajas y el ejército "un número indeterminado" de soldados muertos, y calificó los combates como "un acto demencial que se contrapone con el espíritu que debería orientar una negociación de paz".
En conferencia de prensa, el funcionario afirmó que los ataques "contra poblaciones inermes o guarniciones militares son actos que distan mucho de la paz".
Añadió Ramírez que "este grupo rebelde cree que la forma de llegar fuerte a la mesa de las negociaciones de paz es escalando la violencia en la zona, pero está absolutamente equivocado".
A su vez, el general Tapias apuntó que los subversivos buscaban atacar Santafé de Bogotá, aunque negó enérgicamente que esto fuera posible.
De todos modos, no descartó que se tratara de acciones propagandísticas de cara a las negociaciones, pero dijo que se mantendrán alertas para prevenir cualquier "acto terrorista".
El líder rebelde Romaña Castellanos, de 33 años de edad, comandó en octubre pasado un ataque en Mitú, departamento de Vaups, donde provocó 50 bajas entre militares y civiles.
Se le conoce también por comandar "pescas milagrosas" o secuestros en carreteras, entre los que retuvo a principios del 1998 a cuatro ciudadanos estadunidenses que luego liberó.
No obstante, de confirmarse los reportes de prensa de que habría entre 76 y 96 soldados desaparecidos, ya que las tropas de refuerzo no han podido ingresar a la zona de combate por el mal tiempo que reina en el lugar, podría apuntar a un nuevo revés militar después del que sufrió el ejército en junio pasado cuando 35 soldados murieron en Córdoba ante las FARC.
Entrada la noche se estimaba que las columnas rebeldes se habrían replegado, pues a Gutiérrez llegaron delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja --hasta donde se extendieron los combates-- y recogieron seis cadáveres de combatientes, y dijeron tener un reporte de "un gran número de desaparecidos".
Pese a todo, las delegaciones del gobierno y de las FARC seguían trabajando en la definición de los delegados que conformarán el denominado Comité Internacional de Verificación.
A su vez, analistas políticos locales estimaron que aplazar las negociaciones hasta el 20 de julio es un gesto simbólico, porque es el día de la independencia nacional.
Mientras, un informe señala que cerca de un millón y medio de colombianos han sido desplazados de sus lugares de origen en los últimos 15 años como resultado del conflicto armado interno, que afecta a 16 de los 32 departamentos del país, acorde con la Consultoría para los Derechos Humanos y Desplazados.
El subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos de Estados Unidos, Peter Romero, calificó en Caracas, capital de Venezuela, de inconcebibles las denuncias de las FARC sobre una eventual invasión de su país a Colombia, y acusó a la guerrilla de estar buscando excusas para abstenerse de negociar de buena fe en las pláticas en puerta.