Hidroponia: ventajas y limitaciones
Jalil Saab H.
Hidroponia significa cultivo en agua (hydros, agua; ponos, cultivo o labor). Es una técnica agrícola mediante la cual es posible desarrollar vegetales sin requerir suelo o tierra. Los nutrientes son aportados directamente a las raíces disueltos en el agua, y para sostener o afianzar a la planta pueden ser usados diversos materiales insolubles e inertes (medio sustentante) como arena de mar o silícica, tezontle, pedacería de plásticos densos, vermiculita, etcétera. El contenedor o cama hidropónica lo mismo puede ser una cubeta de PVC, que cajones de concreto impermeabilizado.
Las plantas necesitan CHON (carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno). Los tres primeros son adquiridos por los vegetales a partir del bióxido de carbono atmosférico y del agua. Pero el nitrógeno, así como azufre, calcio, fósforo, magnesio, potasio y otros oligoelementos (pequeñas cantidades de boro, manganeso, hierro, zinc, etcétera) los encuentran las raíces en el suelo. Para los cultivos hidropónicos se utiliza un caldo nutritivo que consiste en una solución acuosa con las sales adecuadas (nitratos, sulfatos, fosfatos) en una concentración no mayor de 2.5 gramos de solutos por litro de agua. Muchas de esas sales pueden ser fertilizantes comerciales y no necesariamente sales químicamente puras.
El proceso hidropónico considera el reciclado. Esto es, desde un tanque elevado se riegan las plantas, que pudieron ser sembradas directamente (semillas o esquejes) o mediante almácigos; la solución fluye a través de las raíces de las plantas y se recupera por gravedad en un tanque o cisterna recolectora, para ser bombeada al tanque inicial y cerrar el circuito. Ello significa que no existe desperdicio ni de agua ni de nutrientes. Periódicamente deberá realizarse un análisis cuantitativo de la solución para mantener la concentración idónea para el tipo de cultivo, la época del año (radiación solar), control de pH (acidez) o corregir deficiencias nutricionales detectadas en follaje, tallo, etcétera.
Las ventajas de la hidroponia saltan a la vista: importante ahorro de agua que puede ser optimizado mediante riego por goteo y cubiertas plásticas que aminoren la evaporación; uso racional de fertilizantes que no se incorporan, contaminando, a los mantos acuíferos o ríos ni salinizan los suelos; las fumigaciones, si se necesitan, son localizadas y no masivas. La hidroponia es una alternativa para zonas desérticas o donde las lluvias son muy irregulares. En las áreas donde la erosión ha avanzado (80 por ciento del territorio nacional se encuentra en este grave proceso) o en las que el suelo es delgado e infértil, esta técnica es viable, incluidas las azoteas urbanas. La densidad de siembra (planta por metro cuadrado) puede incrementarse, ya que las raíces no entran en competencia; la limitante será sólo de tipo fotosintético. El tiempo de desarrollo, en algunos cultivos, puede reducirse y el volumen de cosecha obtenido aumentar considerablemente (por ejemplo, en el jitomate).
Sin embargo, no todo son bondades. La hidroponia tiene factores en contra. El mayor es el elevado costo de las instalaciones y su mantenimiento, aunque se ahorra en energía eléctrica (bombeo para riego) y en insumos como fertilizantes, herbicidas, insecticidas, etcétera. En zonas muy áridas se puede prescindir de invernaderos, no así en lugares erosionados y con lluvias estacionales, ya que es indispensable mantener constante la concentración de la solución nutritiva. También se requiere personal capacitado para el análisis químico de las soluciones, con los instrumentos y reactivos necesarios. Además, no cualquier cultivo es conveniente para aplicar esta técnica, aunque es ideal para verduras, leguminosas y ciertas flores.
La hidroponia, sin ser una panacea, es un buen ejemplo de tecnología intermedia o adecuada. Es ampliamente sustentable y no agrede al ambiente. Además, las sequías en México son cada vez más frecuentes y prolongadas, y el agua se ha convertido en un recurso demasiado valioso para ser desperdiciado o mal aprovechado.
Si bien la inversión económica inicial es importante, más lo es dar de comer a los habitantes del país y arraigarlos en su terruño. Bastantes recursos monetarios se utilizan en especulaciones financieras o en artículos y proyectos suntuarios, como para fingir que ignoramos la grave advertencia que Malthus lanzó hace ya dos siglos, o para olvidar que la humanidad sigue alimentándose del campo. Las hambrunas para el siglo XXI son más que factibles y debemos prepararnos para enfrentarlas con todos los medios a nuestro alcance.
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