* Instó Zedillo a evitar la demagogia en los centros de educación superior


Abandonar la calidad académica no democratiza la enseñanza

* El Presidente inauguró en Querétaro las instalaciones de la Universidad Tecnológica

Rosa Elvira Vargas, enviada, San Juan del Río, Qro., 12 de julio * Dejar de lado los criterios de calidad y excelencia en la educación con el argumento de que así se hace justicia a los que menos tienen es engaño, demagogia, y de ninguna manera equivale a enseñanza democrática, aseguró el presidente Ernesto Zedillo en abierta alusión a los puntos que --salvando cuotas-- enarbolan los estudiantes paristas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Inducir en los estudiantes que pueden permanecer en la educación superior hasta el final y a cualquier costo económico o académico, dijo el mandatario, ''es un engaño, es matarles la esperanza, es defraudarlos, es cerrarles el camino''. Lo que no puede hacerse es renunciar al objetivo superior de la excelencia académica en todas las instituciones educativas, advirtió.

Debemos defender con firmeza, en el plano académico, a las instituciones de educación superior, ''para que no sean presa de esa demagogia y de ese engaño'', destacó.

cgh-rectoria-platicas2 Con una buena educación se puede tener la gran diferencia en la vida, afirmó, y puso el ejemplo de aquellos que, como él, ''hemos logrado adquirir responsabilidades mayores'', y lo han hecho con base en el trabajo, el estudio, la preparación y, sobre todo, ''acatando en todo momento los requisitos académicos que nos impusieron necesariamente nuestras instituciones educativas''.

Esta vez el Presidente no mencionó específicamente a la UNAM, pero resultó claro que en su discurso aludía a por lo menos dos de los puntos que defienden los estudiantes en huelga. Se trata de los referidos a la derogación de los acuerdos tomados por el Consejo Universitario en 1997, donde se limita la permanencia en las aulas universitarias; reclaman también respeto a la elección de carrera, así como el restablecimiento del pase automático. Los paristas exigen además que la institución se desvincule del Centro Nacional de Evaluación (Ceneval).

Para el presidente Zedillo, tener la mayor calidad posible en la enseñanza es indispensable para no defraudar la expectativa de quienes desean un buen trabajo y bien remunerado al terminar sus estudios.

Entonces, dijo, quienes afirman que los criterios de calidad y excelencia académica pueden dejarse de lado a favor de la justicia hacia quienes menos tienen, ''se están engañando a sí mismos o quieren engañar a los demás''.

Comentó que si bien el gobierno tiene la irrenunciable, firme e irrevocable obligación ''de apoyar a los jóvenes de las familias con menos recursos a llegar hasta la educación superior'', ello no implica renunciar a la elevación de la enseñanza, pues supondría engañar y defraudar a los estudiantes y privarles de la esperanza a que tienen derecho.

De acuerdo con el jefe del Ejecutivo, sólo los profesionales bien preparados que terminan su carrera por haber demostrado su capacidad, por haber hecho los méritos necesarios para su ingreso y su permanencia en las universidades, tendrán abierto un futuro de progreso y bienestar. ''Lo demás es un engaño, es demagogia y no es una educación democrática'', y tampoco tiene nada que ver con la justicia social.

Destacó que ''quienes han o hemos logrado adquirir responsabilidades mayores en muchísimos campos de la vida de México, lo hemos hecho gracias a la educación pública; pero además'' acatando todo aquello que ''nos impusieron necesariamente nuestras respectivas instituciones educativas''.

''Por eso sostengo que todo lo demás no tiene nada que ver con la democracia, no tiene nada que ver con la justicia social'', apuntó.

El cielo nublado de Querétaro recibió al mandatario en esta industriosa población, para poner en marcha las nuevas instalaciones de la Universidad Tecnológica, donde además conoció y se admiró de sus equipados talleres y laboratorios. Más tarde, ya en la capital pondría en operación el Centro de Estudios Tecnológicos, Industrial y de Servicios número 16.

Aquí, y tras hacer un repaso de las aportaciones federales que recibirán Querétaro y sus municipios este año, así como elogiar los avances en materia educativa que, dijo, ubican a la entidad cada vez más cerca del nivel promedio de los países más avanzados, Zedillo volvió a uno de sus temas recurrentes de las últimas semanas: la justicia social.

Aquella, subrayó, no es algo que se pueda dejar a las libres fuerzas del mercado o que surja automáticamente de las condiciones de mayor democracia. Requiere de programas muy bien pensados, diseñados, ejecutados y enfocados hacia la población más pobre del país, ''y aplicados con un criterio de integridad, de inclusión, de federalismo, para combatir la pobreza desde sus raíces''.

Zedillo habló también in extenso del programa de fortalecimiento a la lectura que se aplicará en el sistema educativo mexicano a partir del próximo periodo lectivo 1999-2000.

Estimó que si bien las comunicaciones modernas, los avances cibernéticos, en biotecnología y en otros campos de la física y la energía serán pronto cosas cotidianas, la diferencia entre el éxito y la mediocridad en el próximo siglo estará marcada por la habilidad de retener aquello que ha sido esencial en el desarrollo de la inteligencia humana y del conocimiento: la capacidad de aprendizaje.

Entonces, señaló Zedillo, sería trágico que existiera un avance irreversible en la tecnología, y un retroceso paralelo en algo fundamental que ha sido el gran salto de la humanidad y que debe seguir siendo su mejor herramienta y que proviene, de manera central, de la capacidad de leer y de escribir. Informó que muy pronto se dará a conocer el programa hacia esa estrategia, con miras a que todos los años sean para la lectura.