Si su sueño es tener un trozo de pirámide de Teotihuacán o una estela maya adornando su casa, no se preocupe, muy pronto podrá ser realidad. No tendrá que temer que lo acusen de robo o posesión ilegal de joyas arqueológicas. Los chicos de Madrazo Cuellar no perturbarán sus sueños. Los únicos requisitos serán que ésta sea para su apreciación y disfrute privado, y que usted compruebe ser gente bien, con educación, buenas costumbres y conducta impecable. Si pertenece a la chusma, mejor absténgase.
La realización de esta fantasía será posible gracias a la obstinación y espíritu desinteresado del senador Mauricio González Garza. Empresario regiomontano de abolengo y poseedor de tesoros históricos y artísticos, el legislador panista presentó al Senado de la República un par de iniciativas para reformar la Constitución y formular una Ley General de Patrimonio Cultural de la Nación que harán posible que sus deseos se materialicen.
Si usted ha hecho su colección privada como casi todo mundo, es decir, adquiriendo piezas arqueólogicas provenientes del saqueo y el robo, despreocúpese. La nueva Ley le ofrece impunidad, en nombre de la modernización, la eficacia y la descentralización.
Gracias a las osadas propuestas del Senador regimontano será posible regresar a los tiempos donde se hacía valer el señorío del dinero y el poder, parcialmente limitados por Acuerdo Presidencial del 31 de octubre de 1977, en los que en el Castillo de Chapultepec la esposa del Presidente de la República celebraba grandes fiestas con Uri Geller como invitado estelar doblando cucharas. También será factible que el próximo gobernador de Hidalgo, tal y como lo intentó hacer uno de sus antecesores, tome posesión de su cargo en la zona arqueológica de Tula, entre Atlantes y Colosos, rodeado de charros montando a caballo. O, por qué no, los antiguos monumentos podrán dar a los mítines electorales el lustre y el realce que no tienen por sí mismos. ƑSe imagina usted a su hija celebrando sus quince años del brazo de un apuesto cadete en un edificio lleno de pasado? Ni qué envidiarle a Viena. Fantasee con el matrimonio de su primogénito en Cacaxtla. ƑA poco no resultaría inolvidable?
Las propuestas de reforma permitirán, además, a los gobernadores y presidentes municipales quitarse de encima a los pesados del INAH. De ahora en adelante, cuando quieran construir caminos que pasen por encima de restos arqueológicos, no tendrán que sufrir a los arquitectos latosos del Instituto que llegan con sus sellos a parar la obra. Cuando quieran cambiar la fachada del edificio colonial que alberga la alcaldía para modernizarla lo podrán hacer sin presiones centralistas.
Pero no todo en las iniciativas sobre patrimonio cultural del senador González de la Garza tienen que ver con la política y las sociales. No en balde proviene de una familia hábil en los negocios. Y, aunque sus inversiones en el sector telefónico en Cuba hayan sido un fracaso, él sabe cómo se hace el dinero, y su olfato le dice que en el asunto puede haber billetes grandes para quien invierta en él. No por nada se le considera en la Exposición de Motivos como "uno de los ejes fundamentales para promover el desarrollo nacional".
Los inversionistas, sin embargo, no van a arriesgar su capital si no tienen suficientes garantías jurídicas. Por ello, la iniciativa propone abrir las concesiones de utilización, aprovechamiento, disposición, custodia y resguardo de los monumentos, muebles e inmuebles, arqueológicos, históricos y artísticos de propiedad federal a la iniciativa privada.
Merced a tan atrevida empresa será posible jugar golf a unos metros de las ruinas de Mitla, y construir emporios hoteleros exclusivos en edificios llenos de historia. De ahora en adelante veremos un alud de comerciales televisivos anunciando automóviles, perfumes y bebidas alcohólicas con pirámides de fondo. La memoria puede ser un buen negocio. Y quizás, en un gesto de audacia posmoderna, algún publicista tenga a bien presentarnos al dios Chac diciendo en la pantalla chica mientras muestra su tarjeta de crédito: "ƑMe conoce? Yo no salgo sin ella..."
Por supuesto, quien se oponga al nuevo jalón modernizador que nos propone el coleccionista González de la Garza será señalado como un estatista que se opone al mercado; como un aldeano fuera de moda que rechaza la mundialización; como un dinosaurio que hace berinche ante el cambio. Porque, después de todo, Ƒa poco no se le antoja a usted tener un pedazo de la pirámide de Cuicuilco engalanando el jardín de su hogar?