La iniciativa de reformas a la legislación electoral regresó ayer a la Cámara de Diputados y nada pasó.
Después de los intensos debates en las dos cámaras respecto de la forma de elegir candidatos a cargos de representación popular, resulta notable que ayer la Cámara de Diputados pospuso ese trabajo y lo dejó para mejor oportunidad.
Lo notable del caso es que se supone que las reformas en materia electoral son de suma urgencia. Tanto que provocaron, junto con otros asuntos, la convocatoria a un periodo extraordinario de sesiones y los cambios fueron aprobados en primera instancia por la fuerza de las minorías unidas.
La mayoría priísta se manifestó en contra, pero en la Cámara de Diputados fue superada por la suma de los partidos de oposición. Victoria pírrica, porque cuando se puso a la consideración del Senado ųen donde tiene mayoría el Revolucionario Institucionalų los pretendidos cambios fueron relegados para mejor ocasión.
Cuando la mayoría del Senado desechó los posibles cambios, la oposición montó en cólera. Como producto de ese desacuerdo generalizado se produjeron protestas de todo género en los medios de comunicación. Lo menos que se dijo fue que la mayoría priísta conculcaba los legítimos derechos de los ciudadanos mexicanos que residen en el extranjero.
Punto uno: los mexicanos residentes en el extranjero tienen el derecho a votar para elegir a las autoridades nacionales.
Sí. ƑPero sobre cuáles bases?
Eso es lo que se debatió en las dos cámaras. En la de Diputados, las oposiciones unidas hicieron valer la fuerza de la mayoría y aprobaron una reforma. Pero esa misma reforma fue rechazada en la Cámara de Senadores. Los cambios contravienen a la Carta Magna, alegó la mayoría priísta, que perdió las votaciones en la Cámara de Diputados, pero las ganó en el Senado.
La guerra de los desplegados
Ante el empate, la iniciativa de reformas debería regresar a la cámara colegisladora. En el intermedio, legisladores del PRI y de la oposición ordenaron publicar desplegados para explicar sus posiciones.
Con ese marco, se esperaba ayer un gran debate en la Cámara de Diputados. Las posiciones antagónicas deberían enfrentarse en la lucha definitiva, a favor o en contra de las reformas electorales, que alcanzaban a la Constitución General de la República, por aquello del derecho de los residentes en el extranjero a decidir lo que sucede al interior del país.
La reforma decidida por la mayoría de los diputados de oposición quedó sin efecto y fue devuelta a ésa, la Cámara de origen. Al regresar, la iniciativa podría ser impuesta si sus partidarios lograban la mayoría suficiente para subyugar al Senado. Pero no sucedió así.
Al realizarse el recuento de los presentes, se determinó que el PRI tenía amplia mayoría. Los legisladores de oposición, supuestamente en desacuerdo, no llegaron o se retrasaron. En concreto, el PRI tenía ayer amplia mayoría en San Lázaro para rechazar las propuestas de cambio o para sugerir otras modificaciones.
En la sesión de ayer, las oposiciones estaban en desventaja numérica. Resultado: mejor esperar a otra sesión para debatir las reformas.