La Jornada miércoles 14 de julio de 1999

LA IGLESIA CATOLICA ANTE LA UNAM

SOL Las declaraciones del secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal para la Educación, Edmundo Morales Romero, en torno al conflicto existente en la Universidad Nacional Autónoma de México sorprenden no sólo por su crudeza y sus implicaciones, sino porque convierten a la Iglesia católica en parte beligerante de un problema que no le corresponde resolver.

Entre otros señalamientos, el prelado afirmó que, a raíz de lo acontecido recientemente en la UNAM, el Estado debería "sensibilizar" a los estudiantes desde la secundaria, en la idea de que la educación superior en México no puede ser gratuita; acusó a los paristas de adoptar posturas intransigentes; y mencionó que es evidente "por el momento tan politizado que estamos viviendo" que existen "fuerzas de desestabilización" inmiscuidas en el conflicto universitario.

La primera de las afirmaciones de Morales Romero, además de resultar desproporcionada en su significado, soslaya de manera grave los numerosos factores económicos y sociales que se encuentran, más allá de la disputa sobre el alza de cuotas en la UNAM, en el centro de la problemática de la educación pública en el país. Ante formulaciones como éstas cabe preguntarse si no resultaría contraproducente sembrar entre los educandos la idea de que es el dinero la puerta de entrada a los estudios superiores. ƑCuántos hijos de profesionistas golpeados por la crisis económica, de obreros con empleos escasamente remunerados, de campesinos sumidos en el olvido se sentirían motivados por iniciativas como ésta cuando, día con día, ellos y sus familias deben enfrentar estrecheces, desigualdades e injusticias? Por añadidura, no debe olvidarse que la huelga en la UNAM no tuvo su origen en la "falta de conciencia" del estudiantado sobre la conveniencia de pagar cuotas sino, entre otros factores, en la manera excluyente con la que, a juicio de los paristas, se modificó el Reglamento General de Pagos.

Por otra parte, Morales Romero acusa a los huelgistas de intransigentes pero, a la vez, afirma que en la Iglesia se percibe que no son los jóvenes sino "fuerzas políticas" las causantes de las tensiones existentes en la Universidad. ƑPor qué entonces la Iglesia se une al coro de descalificaciones y acusa a los estudiantes en huelga de obstinarse en no entregar las instalaciones si, por lo que se desprende de las palabras del sacerdote, la institución católica no los siente responsables del conflicto que prevalece en la UNAM?

Finalmente, no debe olvidarse que si existieron determinaciones políticas que incidieron en el estallamiento de la huelga estudiantil en la Universidad Nacional, éstas provinieron, principalmente, de instancias ajenas a los estudiantes.

Si el gobierno federal, por ejemplo, hubiese canalizado fondos suficientes a la UNAM ųcomo lo hizo para cubrir las irregularidades y corruptelas acontecidas en las instituciones bancariasų quizá no se habrían generado las condiciones que incidieron, en su momento, en la modificación del reglamento de pagos. Si la Rectoría hubiese permitido que la comunidad universitaria en su conjunto participara de manera efectiva en el asunto del alza de cuotas, los desencuentros y las tensiones en la Universidad habrían sido menores.

Resolver el conflicto en la UNAM es algo que compete exclusivamente a los universitarios y el diálogo abierto y tolerante, ciertamente, debe ser la vía para alcanzar una solución a la huelga. En este sentido, los señalamientos del sacerdote Morales Romero en poco ayudan a propiciar un clima adecuado para la negociación entre las partes y, por el contrario, se suman el coro de descalificaciones y reproches de quienes miran, desatinadamente, a los paristas como los únicos causantes de la presente situación de la UNAM.