Los líderes del FSLN a 20 años de la revolución
Cambio de piel sandinista
Gabriela Selser /Dpa, Managua, 15 de julio n Luego de gobernar Nicaragua por diez años y perder el poder en las urnas en 1990, muchos de los otrora famosos dirigentes sandinistas han tomado distintos caminos, desde el arte hasta los negocios y la política.
En el actual directorio del grupo político sólo quedan dos de los nueve comandantes de la revolución que derrocó a Anastasio Somoza el 19 de julio de 1979: el ex presidente Daniel Ortega y el veterano Tomás Borge, único sobreviviente de los fundadores del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Daniel Ortega se mantiene como secretario general de la organización, pese al rechazo de un sector del partido que lo acusa de no permitir el relevo. Cuenta para ello, según se afirma, con el vehemente apoyo de su hermano Humberto, el polémico general que dirigió el ejército hasta su retiro definitivo en 1995.
Algunos afirman que el general Ortega, que se dice posee varios negocios dentro y fuera de Nicaragua, es hoy una especie de "asesor ad honorem" de su hermano y como tal habría ayudado en los contactos previos a la actual negociación política de la cúpula sandinista con el gobierno de Arnoldo Alemán para reformar la Constitución.
Por su parte, Tomás Borge, ex ministro del Interior y director del diario partidario Barricada hasta 1997 -que cerró por quiebra-, administra hoy una editorial, además del capitalino hotel Casa Verde y la Fundación Verde Sonrisa, que según allegados construyó con una donación de un viejo amigo personal: el líder libio Moammar Kadafi.
Entre los ahora prósperos empresarios también destaca el comandante Bayardo Arce, diputado y encargado de administrar los negocios del FSLN, entre éstos el confiscado hotel Las Mercedes -situado en Managua-, del cual él es accionista mayoritario.
Algunos de los "viejos" comandantes, como el mexicano Víctor Tirado o el legendario jefe guerrillero Henry Ruiz (Modesto), que salieron del directorio años atrás, participan discretamente en reuniones políticas no partidarias, mientras Luis Carrión, ex viceministro del Interior, optó por apartarse totalmente de esos menesteres.
Jaime Wheelock, el apuesto comandante que dirigió la reforma agraria sandinista, fue becado para un posgrado en Estados Unidos a inicios de 1990, y hace algunos meses escribió un libro de recetas de cocina nicaragüense, que se vende en varios supermercados de la capital.
El ejército, que dejó de llamarse Popular Sandinista tras la derrota electoral de Ortega, posee también numerosos intereses en constructoras, importadoras y el Banco de Finanzas, uno de los nuevos entes financieros privados de más rápida expansión en el país.
Pero muchos ex militares prefirieron los negocios por cuenta propia, como el coronel retirado Leonel Espinoza, hoy dueño de una empresa de vigilancia, o el ex oficial de la Seguridad del Estado Juan José Ubeda, quien instaló una moderna agencia de renta de vehículos con una flotilla comprada al gobierno a inicios de esta década.
Entre los dirigentes sandinistas que abandonaron a Daniel Ortega por discrepancias políticas figuran el premiado novelista y ex vicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez, que fundó el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) pero fracasó como candidato en las pasadas elecciones y decidió dedicarse de lleno a su oficio de escritor.
La presidencia del MRS está ahora a cargo de la ex guerrillera Dora María Téllez, que en 1978, cuando sólo tenía 24 años, participó en un espectacular asalto al Congreso somocista junto con otros guerrilleros encabezados por Edén Pastora, el famoso comandante Cero.
Pastora fue viceministro de Defensa en los primeros dos años de la revolución, pero en 1981 rompió con los sandinistas y se alzó al frente de un grupo de "contras" armados que operaba desde Costa Rica. En las elecciones de 1996 se postuló para alcalde de Managua, pero apenas obtuvo 2 mil votos, según los registros oficiales.
Aunque últimamente se le ha visto cerca de algunos dirigentes del FSLN, el comandante Cero mantiene su personalidad rebelde y ha dicho que sólo asistirá al acto de aniversario sandinista, el próximo lunes, si Borge le permite pronunciar un discurso en la Plaza de la Revolución.