* Desde los ochenta se inició una paulatina apertura cultural en la isla, dice
El arte con fines políticos es vacío, señala el cubano Padura Fuentes
* Comenta en entrevista sus experiencias como escritor en un país aislado del contexto mundial
Cecilia Gómez Haro, especial para La Jornada * Leonardo Padura Fuentes (La Habana, 1955) es un escritor que ha tenido que vivir a contracorriente con la política cubana: ''He sufrido represiones, críticas y censuras''. Sin embargo, reconoce que existe una apertura en la isla en todos los órdenes, aunque aclara que no ha sido una concesión del gobierno, sino un proceso ''empujado desde abajo''.
El viernes, el licenciado en letras fue premiado por el jurado de la Semana de Novela Negra de Gijón por su libro Paisaje de otoño, que forma parte de la tetralogía policiaca Las cuatro estaciones.
En entrevista, el también autor de Pasado perfecto, Vientos de cuaresma y Máscaras habla de su actividad literaria en un país cuyas condiciones de vida en los últimos diez años define como ''terribles''.
La charla se desarrolló en la casa del escritor, en Mantilla, La Habana, Cuba.
ųƑQué determina los temas de tus obras?
ųDepende de muchas cosas, pero fundamentalmente es la necesidad de comunicar algo específico. En Pasado perfecto quería comentar por qué vías se asciende políticamente en Cuba. Una de esas vías es el oportunismo. A la historia de un oportunista dedico esa novela. En el caso de Máscaras, quería hablar sobre la represión cultural en Cuba en los setenta, y ahí tenía prácticamente el tema elaborado, sólo faltaba darle forma literaria al asunto.
ųEn Máscaras te adentras en el mundo de la homosexualidad, práctica que fue perseguida y condenada en Cuba. ƑCuál fue la postura de los intelectuales frente a esta cacería de brujas?
ųHubo diversas posturas, pero creo que en aquel momento la que predominó fue la de aceptarla. La maquinaria que se movió alrededor del fenómeno de la homosexualidad en el 70, 71, corría sobre las ruedas de una tradición machista, de una falsa educación católica. En Cuba, el catolicismo siempre ha sido muy pragmático, utilizado más como representación social que como verdadera creencia. Eso, sumado a que en la religión afrocubana el machismo también es un componente muy fuerte, hizo que la homofobia funcionara de maravilla.
''Pienso que en aquellos tiempos la mayoría de los intelectuales consideraron que era necesaria esa especie de limpieza ideológica: homosexuales y personas que no comulgaban abiertamente con los principios de la revolución. Por eso hubo un gran silencio, un silencio que estaba dado porque los implicados directamente en el caso se convirtieron en lo que se ha llamado muertos civiles: no existían, no podían publicar, no tenían espacio en los periódicos, es decir, perdieron la voz. Los que la conservaron optaron por el olvido, por el desprecio y, en muchos casos, sobre todo en una generación emergente, por el oportunismo, por aprovechar los espacios que quedaban vacíos para convertirse en los representantes de la cultura cubana.
''Afortunadamente, la política es contingente, pasa, y el arte es permanente, queda. De los muchos que surgieron en aquella época con una visión política oportunista, hoy prácticamente no queda nadie, porque su arte estaba fundado en el vacío, no era la verdadera continuidad del proceso cultural cubano. Por eso, no es sino hasta los ochenta cuando los escritores y artistas consiguen que vuelvan a crearse espacios de reflexión, de debate, de análisis, que la cultura cubana se encuentre consigo misma. No es casual que, de pronto, a finales de los ochenta y durante los noventa, los escritores de culto entre los jóvenes sean José Lezama Lima y Virgilio Piñera, dos de los más fuertemente reprimidos en aquellos años. Lezama muere en el 76 y Virgilio en el 78, sin haber publicado un libro en diez años. No existieron en todo este tiempo. Que ahora sean reivindicados por las nuevas generaciones es muy significativo, muestra que las cosas siempre vuelven al nivel que les corresponde''.
ųSin embargo, en Cuba la represión continúa. Por ejemplo, la que actualmente se ejerce contra la prostitución, ejercicio que en muchos países está legalizado y aceptado como un medio de sustento.
ųMira, en el caso cubano la prostitución tiene características muy sui géneris y no implica necesariamente que las personas que se dedican a ella ųespecialmente las mujeresų lo hagan por una necesidad económica primaria. Durante 30 años no hubo prostitución en Cuba, porque se eliminaron las bases sobre las cuales se fundamentaba. Ahora, surgen nuevas condiciones de vida para el país, comienza a haber otra vez desigualdades, necesidades que se van haciendo indispensables para algunas personas de acuerdo a infinidad de características muy propias de la situación cubana. Pero la represión no soluciona el problema, podrá esconderlo o hacer que desaparezca por un tiempo, pero no lo eliminará. En cualquier caso, cada quien tiene el derecho de hacer con su cuerpo lo que quiera.
ųƑQue se haya legislado jurídicamente contra la homosexualidad y otras conductas "socialmente reprobables" y que ahora ųentre otras cosasų se reprima la prostitución, no prueba que todas las revoluciones terminan por traicionar a sus hijos?
ųMira, no lo había visto de esa manera y ahora, así de pronto, me sería un poco difícil poder hilvanar una respuesta. No estoy de acuerdo con que se reprima a la gente desde la fuerza del poder del aparato estatal. Cuba es un país muy machista, pero lleno de homosexuales de uno y otro sexo. Ello ha provocado un trastorno psicológico tan brutal que, a su vez, ha desencadenado la homofobia. En relación con lo que ocurrió con los homosexuales, la historia les ha dado la razón, y aunque no se han expresado disculpas públicas ha surgido una permisibilidad que, de alguna manera, significa una disculpa. El caso de la prostitución es distinto, porque no es el mismo fenómeno. Hay una distancia muy grande entre la homosexualidad ųque es una opción sexual del individuoų y la prostitución ųen la que el comercio del sexo es lo que la defineų. No tengo la misma mirada hacia el fenómeno de la prostitución, porque no creo que las personas que se prostituyen en Cuba tengan la necesidad absoluta de hacerlo.
En Máscaras, Leonardo Padura dice: "El tuvo miedo, y comprendió entonces qué cosa es el miedo, Ƒpor qué nosotros vamos a renegar de un sentimiento tan humano? Tal vez el más humano de todos".
ųƑPor qué siempre está presente el miedo en la literatura cubana contemporánea? ƑEl miedo es un estado endémico en Cuba?
ųMira, en la calle la gente dice que en Cuba lo que no es ilegal está prohibido y eso genera un sentimiento de miedo. Te pongo un ejemplo de la vida cotidiana: durante 40 años el mercado negro ha sido la opción de vida de muchas personas.
''Para unos, un medio de vida, para otros, una forma de conservarla. Si te enseño el paquetico de café que me dan cada 15 días en la bodega te podrás imaginar que no me alcanza ni para dos días. Tengo que comprarlo en el mercado negro y eso genera un estado de tensión que desemboca directamente en el miedo. Ahora, al estar tan demarcados los límites políticos, cualquier cosa que vaya más allá de lo correcto puede provocar miedo. Esta misma entrevista ųlas respuestas que te estoy dandoų podría provocarme mucho miedo, porque sé que existe la posibilidad de que un funcionario piense que estoy diciendo cosas que son políticamente incorrectas y venga a pedirme explicaciones. No estoy exento y ni a salvaguarda del miedo que sienten muchas personas en Cuba''.
ųƑTus libros fueron censurados?
ųSí.
ųƑLos sacaron de la circulación?
ųNo, no, eso no ha sucedido. En el año 83 trabajaba en una revista que se llama El caimán barbudo, de donde fui expulsado, porque se consideraba que tenía problemas ideológicos. He sufrido también represiones, críticas y la peor de las censuras: la autocensura. Sé que estoy en un juego de beisbol, que tengo que batear y correr hacia la primera base. A veces quisiera correr hasta la tercera, pero si lo hago estoy fuera de juego. Hay ciertas reglas dentro de las cuales tengo que moverme y esas reglas funcionan como mecanismos de autocensura.
ųLa tetralogía Las cuatro estaciones va más allá del ámbito de lo puramente policiaco, nos lleva a emprender el descenso hasta el fondo de la vida de una sociedad como la cubana, mostrándonos con frecuencia una imagen desalentadora ƑPuede el cubano aspirar al bienestar o, con su inagotable espíritu de sacrificio, continuará soportando infortunios?
ųLos cubanos merecemos tener más suerte, merecemos un futuro mejor. Los últimos diez años han sido terribles, han sido años de carencias de todo tipo, tiempos muy duros para la mayoría de la población. Se ha llegado incluso a pasar hambre en un país donde había desaparecido el hambre; han vuelto a surgir males como la prostitución, el proxenetismo, es decir, estamos viviendo una situación bien complicada, muy desalentadora en muchos sentidos. Durante años Cuba estuvo subvencionada por Rusia. Cuando desapareció el campo socialista, se rencontró consigo misma ųcon la Cuba realų, se quedó sola y se precipitó al nivel económico que le correspondía. Vivimos como un país pequeño del Caribe, con poco desarrollo industrial.
''Eso nos obliga a encontrar alternativas que a veces no son del todo gratas, pero que son necesarias para sobrevivir, como es la vía del turismo. Los cubanos deben buscar la manera de tener una mayor participación en la economía del país, el espacio es muy limitado y se insiste en mantener un control muy férreo sobre las estructuras económicas. Sé que no va a ser nada fácil que las cosas cambien. De ahí que algunas veces sea optimista y otras pesimista, de acuerdo con la realidad que estemos viviendo.
''Hace dos meses fui a Puerto Rico y vi cómo ahí la gente vive muy bien. Me di cuenta de que es un país subvencionado, un país creado desde Estados Unidos y lo comparaba con la Cuba de los ochenta donde, de pronto, había prosperidad y una posibilidad de vida material bastante extendida. Confío en la capacidad de recuperación de los cubanos, confío en que en el futuro encuentren soluciones viables para el desarrollo de nuestro país. Creo que la respuesta sería esa: los cubanos merecemos vivir mejor''.
ųHay quienes predicen que cuando Fidel Castro deje el poder Cuba dará un giro de 180 grados.
ųTratar de definir el futuro cubano cae por completo en el terreno de la ciencia ficción, en especial para una persona como yo, que vivo totalmente alejado de las esferas políticas. No sé qué se cocina en ellas, no las conozco, no soy asiduo y no tengo la menor información. Pienso que la intención de la cúpula política es que haya continuidad, que no se produzca la ruptura. Que se logre depende de infinidad de factores pero el propósito es la continuidad.
ųSe está gestando un clima de apertura.
ųPor supuesto, hay un proceso de apertura mental, económica, social y sexual indiscutible, un proceso que ha tenido que ser empujado desde abajo, cuando el arte cubano comienza a reflejar el lado oscuro de la realidad. El esfuerzo por levantar los techos de tolerancia se ha ido dando paso a paso y de una manera muy lenta pero a la vez insistente. A fuerza de voluntad, se ha logrado abrir espacios para el debate, la reflexión, la literatura y la creación. Mis libros se publican y difunden en Cuba a pesar de que, como tú dices, pueden dar una imagen pesimista de nuestra realidad; han tenido buenas críticas en los periódicos, aunque se les haya considerado libros que son, de alguna manera, no deseables. Hay, sin duda, una política cultural mucho más inteligente. La responsabilidad de esta apertura política se debe al actual ministro de cultura, Abel Prieto. Desde los años en que era el presidente de la Unión de Escritores, Abel ha venido haciendo un trabajo muy importante: lograr que se entiendan las especificidades del reflejo artístico.