La principal estridencia es hacer cosas malas que parecen buenas; apoyarse en el discurso de la tolerancia y ser intolerante; ser crítico y no aceptar la crítica; ver la astilla en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio.
Resulta estridente que mientras el PRD busca la alianza con el PAN, este último se posesiona ahora cínicamente de la crítica al Fobaproa y el financiamiento ilegal al PRI. Estridencia es que en Acapulco el PRD apoye un candidato ahora panista. ¿La alianza implica también liquidar al PRD en Guerrero?
Es una estridencia que la alianza con el PAN se presente como una propuesta ``inédita'', olvidando que la 57 Legislatura se inició con un frente opositor que no logró mantenerse unido en torno al debate económico sobre el Fobaproa. ¿Es posible una coalición electoral sin determinar las diferencias programáticas y sus limitaciones? ¿Sólo es posible una coalición electoral despolitizando al electorado?
Estridencia es también que en la frustrada elección del 14 de marzo hubo mil 528 impugnaciones al proceso, de las cuales Amalia García interpuso 440 contra Jesús Ortega; 383 de Ortega fueron contra Amalia; 84 de Saucedo contra Amalia, y 356 de Rosa Albina contra los tres primeros. Estos cuatro candidatos realizaron 82.6 por ciento de las impugnaciones. La planilla de Raúl Alvarez Garín sólo interpuso nueve impugnaciones. ¿A quién se le podría atribuir el calificativo de ``salvaje'' y beligerante impugnador?
Toda crisis de dirección política causa estridencia, pues el vacío y la falta de iniciativa no se llena con más vacío y silencio. El PRD está paralizado, pasmado, y a falta de unidad programática, organizativa y estratégica sólo depende débilmente de su registro y prerrogativas. Los riesgos de desbandada constituyen un riesgo ante la falta de identidad propia; su estructura está prácticamente resquebrajada por la pulverización de intereses locales y nacionales, que sólo una iniciativa de fondo puede sacar adelante. Tiempo hay suficiente, pues en 1988 la candidatura de Cárdenas se hizo mayoritaria en febrero, luego de la visita a La Laguna. Estridencia es que el PRD se cierre y las corrientes hayan pactado ya las candidaturas a diputados y senadores en todo el país, para lograr ``la unidad'' de una planilla.
La política de alianzas está llena de inconsecuencias estridentes, pues al mismo tiempo que se deposita casi toda la energía y esfuerzo del PRD, nada se advierte de las restricciones legales que ahora persisten. ¿Por qué no se responde claramente a la idea de PAN, PCD y PDS que plantean como condición para la alianza con el PRD que éste retire la candidatura de Cárdenas? ¿Volverá la burocracia del PRD a las andadas, como en 1997, diciendo ahora que Cárdenas es un obstáculo para la unidad opositora y le pedirán de nuevo que se retire como en 1994, cuando pactaron con Zedillo quién sabe qué?
No es estridente reflexionar sobre el hecho de que el triunfo del PRD en 1997 en el Distrito Federal, se debió a muchos factores, pero el básico fue la imagen de un partido con identidad propia, un candidato consecuente y un programa. ¿Cuál es el fondo de pretender revertir esta experiencia y cambiarla por una hipotética alianza-fusión? ¿Está segura la dirección del partido que la base perredista votaría por Fox o que la base del PAN votaría por Cárdenas, garantizando la suma cuantitativa? Liquidar al PRD es una determinación histórica estridente.
La estridencia que no se puede ocultar es que la ley electoral, con respecto a las coaliciones, implica ceder en los hechos los registros en pos de la coalición, que será determinada políticamente por el perfil del candidato que la represente en la elección y nadie está dispuesto a cederlo. La responsabilidad es del PRI, en efecto, pero entre la base de las oposiciones no hay claridad porque no se quiere que haya claridad en el PRD, que sigue siendo el partido a vencer.
Hasta hoy, el balance de la política de alianzas aprobada cupularmente por el Consejo Nacional del PRD es negativo, pues la sola búsqueda de la alianza entre izquierda y derecha ha despolitizado precisamente a los segmentos más activos de la sociedad y los ha sumergido en una falsa expectativa, que por lo menos es ahora paralización e incertidumbre.
La burocracia del PRD ha hecho de la estridencia un conjunto de frases suaves y prefabricadas. El ocultamiento y el silencio, nunca han sido los espacios de los demócratas, y por eso para resolver la situación del PRD hay que ir a la esencia del propio partido, pues este proyecto no sólo es de los perredistas sino del pueblo de México para liberarse y transformarse. Hagámoslo sin estridencias, reconociendo que sólo nos salva la memoria.