n Su testimonio ha sido avalado por los jueces
Ex jefe de escoltas de Raúl Salinas, una de las claves para inculparlo
Juan Manuel Venegas n El testimonio del teniente coronel Antonio Chávez Ramírez, del Estado Mayor Presidencial y ex jefe de escoltas de Raúl Salinas de Gortari, es el que finalmente ha prevalecido y fundamentado la acusación en su contra por el homicidio de José Francisco Ruiz Massieu. Dos jueces, de primera y segunda instancia, han dado validez a las declaraciones de un personaje que, curiosamente, apareció sólo hasta que a alguien se le ocurrió inventar la trama de La Paca y la osamenta de El Encanto.
Chávez no había aparecido en las hipótesis de trabajo de los investigadores, sino hasta que el ex fiscal del caso Ruiz Massieu, Pablo Chapa Bezanilla, recibió de manos de la vidente Francisca Zetina, La Paca, aquella carta en la que se decía que Raúl Salinas había matado, de un batazo en la cabeza, al todavía desaparecido Manuel Muñoz Rocha.
Como ahora se sabe, la historia del asesinato de Muñoz Rocha y su entierro en los jardines de El Encanto fue totalmente preparada por Zetina, María Bernal y sus cómplices, y avalada por Chapa Bezanilla en una de las más negras páginas de la procuración de justicia en México: ni Salinas mató a Muñoz Rocha, ni Chávez Ramírez le ayudó a ocultar el cuerpo, como se leía en la carta referida.
Pero el militar fue llamado a declarar y si bien negó toda la historia de la osamenta de El Encanto, presionado relató tres pasajes que los jueces han considerado ''contundentes'' para acreditar la responsabilidad de Salinas de Gortari en el asesinato de Ruiz Massieu.
El juez tercero de distrito del estado de México, Ricardo Ojeda Bohórquez, y ahora el magistrado del primer tribunal unitario del segundo circuito judicial, Tomás Hernández Franco, han analizado las versiones de Chávez. Los dos les concedieron ''absoluta credibilidad''.
La primera de las ''pruebas'' aportadas por el teniente coronel sostiene que él acompañó a la familia Salinas de Gortari (Raúl, entre ellos) al Hospital Español, donde fue atendido en sus últimos minutos de vida Ruiz Massieu. El les abrió paso entre la multitud que se congregó a las afueras del nosocomio y se percató de que Manuel Muñoz Rocha se acercó a Raúl Salinas y ''caminó a su lado'' rumbo a la puerta del hospital.
Chávez Ramírez aporta en sus testimonios una segunda prueba que involucra, incluso, al ex presidente Carlos Salinas de Gortari y a su ex secretario particular, Justo Ceja Martínez, quien por cierto se halla prófugo de la justicia. Según esta declaración, el ex mandatario, a través de Ceja, financió un curso de inglés en el extranjero al teniente, al que le entregaron en efectivo el agradecimiento por ''la solidaridad'' con la familia.
La tercera ''evidencia'' que ofrece el ex jefe de la escolta de Raúl es contundente en el proceso. Por órdenes del hermano del ex presidente ųaseguraų, se encargó de ocultar, la noche del 29 de septiembre de 1994, el automóvil en el que Manuel Muñoz Rocha llegó a visitar a Salinas.
Estas declaraciones son consideradas las ''más firmes" dentro del proceso contra el llamado hermano incómodo y, curiosamente, sólo se pudieron conseguir a través de una historia falsa, que aún no se sabe a quién se le ocurrió: la de La Paca y la osamenta de El Encanto.