Apolo 11: 30 años
Antonio Sánchez Ibarra
Nos encontramos a 30 años de distancia de un suceso que indudablemente, si se intenta una evaluación, competirá fácilmente con aquellos que se quieran considerar como los más trascendentes del siglo XX: la llegada del ser humano a la superficie de otro cuerpo celeste.
La hazaña del Apolo 11 no sólo marcó el 20 de julio de 1969 como la fecha de la llegada del hombre a la superficie de la Luna, sino el inicio de la exploración espacial in situ, con presencia humana en otros cuerpos del sistema solar.
ƑCuánto hay que evaluar a partir de aquella fecha, inolvidable para quienes la vivieron? ƑCómo podemos ver en la distancia tal suceso que cimbró la imaginación e incrementó la esperanza en la especie humana?
Apolo 11, con la presencia de Neil Armstrong y Edwin Aldrin en la superficie del Mar de la Tranquilidad por un poco más de dos horas, fue la apoteosis de una carrera más política que científica por alcanzar un objetivo. Fue a su vez una hazaña para quienes tuvieron que cumplir la misión con éxito, desde el técnico que puso los remaches del Saturno V hasta el científico que planeó colectar partículas del viento solar con una delgada pantalla desplegada por los astronautas durante su caminata.
Fue un hecho inspirador para muchos en cuanto a la posibilidad de vencer grandes retos, a veces en el límite de la tecnología incipiente de la década de los 70. Fue la vivencia realzada por los medios masivos de comunicación y apagada inmediatamente en el siguiente vuelo.
Cierto es que posiblemente el impulso tecnológico que representó llegar a la superficie lunar fue el elemento de presión fundamental para alcanzar el desarrollo tecnológico que nos permite vivir envueltos en la actualidad de un mundo lleno de chips, sistemas de comunicación, Internet, microondas y otros recursos que quizá hubieran aparecido una década después sin tal objetivo de llegar a la Luna.
Los medios de comunicación le dieron al suceso vida y muerte, al pasar prácticamente desapercibidos los siguientes alunizajes del programa Apolo, excepto el del número 13 que, por el sensacionalismo, volvió a ocupar las ocho columnas de la prensa. Y como especie nos puso a prueba. ƑCuántos argumentaron infinidad de elementos para negar que tal hecho había ocurrido? ƑEstábamos preparados para tal paso? Quizá no, como no lo estamos aún para digerir muchos de los grandes alcances.
Se movió la paradoja de nuevo: podemos ser incrédulos ante una realidad sorprendente, como de la misma forma podemos adoptar una increíble fantasía como verdad absoluta.
"Es un pequeño paso para un hombre, pero un gigantesco salto para la humanidad", fue la frase de Armstrong al colocar su pie izquierdo en el polvoriento suelo lunar. ƑLa comprenden las nuevas generaciones? La generación del Apolo 11 puede ubicar claramente dónde y en qué condiciones se encontraba la noche del 20 de julio de 1969. ƑSabe la gente de hoy sobre tal suceso, cuando las misiones espaciales actuales no son claras si vuelan tripuladas o no, o viajan a la órbita terrestre o a la Luna?
Apolo 11, en su 30 aniversario, es un excelente momento para revisar, dimensionar o intentar evaluar la empresa de esta especie de viajar por el espacio con todas sus consecuencias, inmediatas y futuras.
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