La red epistolar
CUIDADO
šPOR FAVOR, REVISEN SU SILLA
CUANDO VAYAN AL CINE!
Un incidente ocurrió cuando una amiga de un trabajador de Femsa fue al cine y se sentó en una silla; ella sintió que algo la estaba pinchando. Se levantó para ver qué había sido y vio una aguja con una nota adjunta que decía "Bienvenida al mundo real, ya eres VIH positivo". Efectivamente, al ir al doctor le hicieron un análisis a la aguja y resultó VIH positivo. Para que el virus se refleje en un examen de sangre puede ser necesario que pasen hasta seis meses después de ser infectado.
šLa mayoría de nosotros sólo nos aventamos al asiento! POR FAVOR, REVISE SU ASIENTO. La forma más segura de hacerlo NO ES PALPANDO CON SU MANO, a ver si siente la aguja; al menos mueva el asiento varias veces para ver si hay algo y FIJESE MUY BIEN.
También en los teléfonos públicos, consumidores de drogas están poniendo sus agujas usadas en el orificio donde recibes el cambio para que las personas, al buscar su cambio o ver si alguien ha dejado algo, sean infectadas con hepatitis B, sida u otra enfermedad.
Este mensaje es enviado a todo el mundo para que se mantengan alejados del peligro. SEA CAUTO.
Esta información fue suministrada por los empleados de Teléfonos de México por medio del instructor y fue enviada por correo electrónico a todos los empleados de la policía metropolitana.
Este mensaje es un servicio social; coopere con su distribución y šcuídese!
šAH, CARAMBA!, PARA LA
LEY DE HERODES
No sabía que en la obra Entre mujeres había hombres --y que eran vistos como objetos sexuales--; han de ser travestis. Con razón tanto escándalo, si tienen engañado a medio mundo.
M.S. Gilberto Zamora
National Library of Medicine
Bethesda, MD 20894.
MUCHO GUSTO
Me da mucho gusto encontrar contribuciones de Lynn Fainchtein en La Jornada. La recuerdo muy bien con el mejor programa de radio del mundo: Salsabadeando.
šVientos por ustedes!
Saludos desde acá pa'todos.
Alfredo Jiménez Pérez
100 Savage Crescent
Palmerston North
New Zealand
(6) 3568341
SUPER FAN DE STAR WAR
Antes que nada buenas tardes; acabo de leer el artículo en Internet sobre Star Wars "The Phantom Menace" (de Jorge Caballero), en el cual me parece que tocas puntos muy interesantes y de interés para los cinéfilos y, como los llamas tú, la generación del Nintendo. Yo me considero un súper fan de la Guerra de las Galaxias y me gusta debatir ciertos puntos con la gente que le interesa.
Leyendo el final de tu artículo, la parte de lo que llamas errores, creo no compartir tu punto de vista con algunos de ellos, y trataré de dar mi explicación, las espadas láser tienen el poder de "cortar" como lo vimos con Darth Maul y Qui-Gon, pero eso también se vio en las primeras tres películas, cuando Ben Quenobi defiende a Luke en el bar de Mos esley y le corta el brazo a un alienígena, o cuando Darth Vader le corta la mano a Luke en la segunda y luego Luke se la corta a Darth Vader en la tercera; el que es un caso especial es la pelea entre Darth Vader y Ben Quenobi, donde Ben, al ver que Luke está presente, deja de luchar, concentra todas sus fuerzas y al contacto con la espada láser se "evapora", en lugar de "morir" para poder ayudar a Luke y estar presente siempre con él. Y el otro, el de la lucha verbal, todavía no era el tiempo para eso, ya que en esta primera parte apenas se sospecha de la existencia del Sith, pero no hay un enfrentamiento entre los buenos y los malos directamente (quitando las peleas de ObiWan y Quin-Gon contra Darth Maul, donde él nada más es el aprendiz); creo que este tipo de diálogos se concentrarán más en la segunda y tercera partes por venir, donde se enfrentarán Anakin, Obi Wan y Darth Sidius para convencer a Anakin de pasarse al lado oscuro de la fuerza y será la creación del imperio.
Estos comentarios los hago sin ninguna intención de ofender ni molestar, sino para darte un punto de vista más sobre este fenómeno que es Star Wars. En lo que sí estoy totalmente de acuerdo contigo es en que para los de la generación Nintendo la primera trilogía nunca podrá ser superada.
Quedo a tus órdenes para cualquier comentario.
Roberto Rodríguez Burckle