La Jornada Semanal, 18 de julio de 1999
La ciudad y el alma se dirigen a mí
Con adjetivos
temblorosos;
En atmósferas de modales excelentes,
Los hacen
acudir de nuevo, como si supieran,
Mirando hacia uno y otro
lado.
¿Qué hago yo aquí? Confuso arrebato
O desolación
sencilla:
Lloro y me interno por tus ruas,
Oh, Lisboa, que tanto
te me agolpas y te pareces
A la ciudad que tramitan espejismos y
lágrimas.
Sólo en esqueleto contigo, te identifico siempre
mía
En alguna porción aparte;
No porque alojaste en esa
medida
Sollozos como enanos encantados,
Manjares y recuerdos en
escena.
¡Dejadme llorar de nuevo, dejadme llorar de
nuevo!
Lisboa entrevista de pasado
Oh, no me importa vivir de
que me olvides
Por segundos -pocos días-;
Sin saberlo, he pisado
sobre de mis suspiros
Como si sólo te rodearan, isla
voluntaria,
Sombras desunidas en cadencias
Sin luciérnagas, luna
ni saudades.