* Recuperar aulas en mangas de camisa, pide Arroyo


Zedillo: absurdo, creer que vaya a privatizarse la educación superior

Rosa Elvira Vargas y César Martínez * En Los Pinos, el presidente Ernesto Zedillo abrió un paréntesis en el discurso que dirigía a sus compañeros del Colegio Nacional de Economistas, para referirse a la ''desafortunada suposición'' que, dijo, ronda por la mente de algunas personas respecto a que el gobierno intenta privatizar la educación superior. ''Esa suposición es absurda'', aseguró.

Ciertamente, añadió, esta administración impulsa una economía de mercado, ''pero nadie en el gobierno ha planteado que queremos una justicia social de mercado'', y para ilustrar su dicho expuso algunos indicadores sobre el crecimiento de la matrícula escolar ųincluida la educación superiorų en los años recientes.

''El sistema educativo nacional ha sido construido con el esfuerzo de muchas generaciones y nos enorgullece a todos los mexicanos'', dijo el Presidente, en un mensaje dirigido a quienes suponen se privatizará la educación superior como derivación, dijo, del impulso que este gobierno ha dado a la transformación estructural de la economía.

No aludió directamente a la UNAM y a su ya prolongado conflicto, pero el ex director de la Facultad de Economía y dirigente del Colegio Nacional de Economistas, Juan Pablo Arroyo, había planteado ante el mandatario que existe la intención en muchos universitarios de ''acudir por nuestras instalaciones pacíficamente, en mangas de camisa''.

Más tarde, él mismo comentó en entrevista que esa propuesta ya se le presentó al rector Francisco Barnés y descartó que implique algún peligro, pues sería ''más riesgoso que entre la policía, porque tenemos la posibilidad de que en algún incidente de los propios radicales se generen actos de violencia''.

Arroyo Ortiz señaló que se trata de una idea en la que no sólo coinciden los economistas, sino muchos otros gremios. Dijo que ya están formándose los agrupamientos y que sólo están a la espera de que el rector les diga que se trata de una acción factible.

La recuperación de las instalaciones universitarias, planteó, sería realizada no sólo por académicos, sino también por profesionales y alumnos, pero se procedería de forma de no aceptar ninguna provocación, pues ''en el primer momento en que haya un indicio de violencia nos retiraremos, si es el caso que acepten nuestra propuesta''.