* Multitudinaria celebración del 20 aniversario de la Revolución Sandinista


Promete Ortega recuperar el voto perdido en elecciones anteriores

* Recuento histórico y una gran lluvia de adjetivos contra los ausentes; críticas del MRS al FSLN

Blanche Petrich, enviada, Managua, Nicaragua, 19 de julio * Convocados por la nostalgia de una victoria memorable, por la costumbre de "tomar" la plaza cada 19 de julio desde hace 20 años o por el llamado del Frente Sandinista de Liberación Nacional, segunda fuerza política del país, una multitud --se calculan oficialmente 50 mil-- se congregó esta mañana a celebrar un aniversario más de la caída de Anastasio Somoza.

Para la directiva sandinista, reunida en un templete cubierto, el acto tuvo visos de un arranque de la carrera electoral, a pesar de que para el relevo presidencial faltan aún dos años. El líder nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional, Daniel Ortega, afirmó en su discurso que el año próximo, en los comicios municipales, su partido recuperará el voto perdido en elecciones anteriores, "porque los que votaron en contra nuestra en 1990 y en 1996 hoy ya están decepcionados del neosomocismo --así llamó él a los partidos que lo han sucedido en el poder, la Unión Nacional Opositora y el Partido Liberal--y ya se dieron cuenta que el FSLN es el único que no abandona a los pobres y a los campesinos de este país."

Precisamente de pobres parecía estar llena la plaza esa mañana. Los grupos estudiantiles de antaño, los sectores medios, la intelectualidad y la cauda de jovencitas enamoradas del aura heróica de los jefes sandinistas de otros tiempos han desaparecido del montaje de las celebraciones del 19 de julio. También desapareció la ley seca que se solía imponer cuando los sandinistas, entonces gobierno, organizaban sus actos masivos. Era notable el detalle porque el ron y las cervezas habían estado regando las gargantas de los manifestantes desde la noche anterior, causando efectos notorios entre miles de hombres y mujeres que ondeaban banderas y vitoreaban consignas sin mucha coherencia ni estabilidad.

NICARAGUA_SANDINISTAS_MAP En los discursos oficiales, a cargo de los dos "históricos" de mayor rango que aún permanecen en la dirección del FSLN, Daniel Ortega y Tomás Borge, hubo un poco de recuento histórico, algo de nostalgia y una gran lluvia de adjetivos, al cual más ofensivo, en contra de algunos de los ausentes. Ninguno de los dos los llamó por su nombre --Sergio Ramírez, Dora María Téllez, entre los principales-- y nadie mencionó por su denominación al Movimiento de Renovación Sandinista. Pero Borge, poeta durante sus años de clandestinidad, ministro del Interior durante sus años en el poder y ahora segundo de a bordo del Frente, casi no habló de otra cosa durante los tres cuartos de hora que le tocaron como orador. "Los mentirosos, los resentidos, los calumniadores, los desteñidos, los traidores. Los sanchos panzas enfrentados a sus alucinaciones que buscan pegarse a las ubres del poder con las posiciones más antisandinistas de la historia", fue uno de sus fragmentos.

Pero a esa hora el mitin no había llegado a su clímax. Cuatro horas después de la hora de convocatoria llegó el secretario general del partido y ex presidente, Daniel Ortega, él y su abundante prole bien protegidos por un fuerte cuerpo de seguridad. La agitación de la gente demostró que su figura aún "jala", como dicen.

Circulando entre la gente de los barrios marginales de Managua y de algunos pueblos aledaños que llegaron a festejar, algunos solidarios extranjeros, restos de aquella ola de "sandalistas" que llegaban en racimos para vivir la experiencia de la revolución, tomaban fotos, repetían los estribillos de las canciones revolucionarias y fotografiaban alguno que otro chamaco, ataviado como icono de los combatientes sandinistas. Estos belgas, franceses, alemanes de la era post sandinista vienen con menos carga ideológica, pero igual sentimiento de solidaridad humana. Son, en su mayoría, internacionalistas del Mitch.

El eje del discurso de Daniel Ortega lo ocupó el tema de las reformas constitucionales que están a debate en la Asamblea. A pesar de que está en juego una alianza del FSLN, segunda fuerza, con el partido oficial para sacar adelante estos cambios, Ortega llamó "enemigo", "fraudulento" y "neosomocista-neoliberal" al gobierno de Arnoldo Alemán.

Dijo que el fraude electoral cometido por el PL en los comicios de 1996 en detrimento del FSLN generó inestabilidad en Nicaragua. Y argumentó, de ahí, la importancia que tienen las reformas electorales y constitucionales que están en el candelero y que han provocado, no sólo las renovadas críticas de los disidentes del MRS, sino nuevas divisiones al interior del partido.

Ortega Saavedra explicó que el FSLN busca garantizar la presencia de partidarios suyos en el Tribunal Electoral "para que no nos vuelvan a robar los votos". En términos parecidos explicó el resto de las iniciativas recurriendo a un mecanismo que en los últimos años ha ensayado y le ha resultado exitoso en su manejo ante las multitudes, "preguntándoles" y "consultándoles". De manera que desde la explanada de la plaza la gente respondía "siiiiií" o "noooooo" a la arenga de su dirigente. Con tan mal tino que al preguntar después de una larga explicación si entonces la gente estaba de acuerdo con culminar la negociación con el PL sobre estas reformas, la gente confundida por el sol, las cervezas y la bulla respondió "nooooo".

Faltó, entre los oradores que se esperaban y cuya presencia se especulaba días antes en la prensa, Edén Pastora. El viejo comandante Cero, después disidente y posteriormente líder contrarrevolucionario, anda en los últimos tiempos en búsqueda de alguna alianza y un espacio de acción política en las filas del FSLN.

En estos nuevos tiempos a este tipo de aliados ya no se le hacen ascos en la dirección del partido, ya que buena parte de la base campesina que ahora soporta las estructuras del frente en el campo son alianzas entre los recontras (los contrarrevolucionarios que volvieron a alzarse en armas por la falta de cumplimiento de promesas del gobierno de Chamorro) y los recompas, ex combatientes sandinistas que también se rearmaron por las mismas razones. Los pactos y acuerdos que Ortega fraguó entre estos dos grupos y la forma como desactivó en su momento aquella peligrosa bomba de tiempo, le significó entonces y aún ahora un importante activo político.

A algunos kilómetros de la plaza, frente a la explanada de la Universidad Centroamericana, unas 500 personas vitoreaban a la dirigente del MRS, Dora María Téllez --la ex comandante Dos--, quien arengaba duramente el acto en contra del pacto FSLN-PL. "Están vendiendo --dijo-- el legado de Sandino".

Mañana habrán pasado los aires de fiesta en Managua y el debate político continuará en torno al pacto, contra el que nadie se atreve a apostar que será aprobado en el Congreso. Y mientras este tema ocupa todo el espacio de la discusión, poco se habla de los otros problemas de Nicaragua, su creciente depauperación, la reconcentración de la propiedad de la tierra, la falta de educación, salud y alternativas para sus millones de pobres. Alguna vez esas habían sido las prioridades de una revolución que triunfó hace 20 años, pero que concluyó hace diez.