* En su libro La palabra sagrada recoge la cosmovisión del pueblo otomí
La poesía es voz de resistencia y exhorto a la fraternidad: Bermúdez
* Se deben respetar todas las culturas y semillas sin importar su color, dice el vate indígena
Angel Vargas * Lo mismo en su ser que en su quehacer, Thaayrohyadi Bermúdez de la Cruz procura sintetizar la sabiduría y los sentimientos ancestrales que su pueblo, el otomí, se ha procurado desde que vio la luz del cosmos ''hace muchos miles de años".
Nacido en abril de 1968 y originario de la comunidad de Jiquipilco El Viejo, Temoaya, estado de México, Resplandor del sol (castellanización de su nombre) es un poeta indígena que encuentra en su lengua originaria el secreto de lo sagrado, la voz para comprender las relaciones internas y externas del ser.
En su primer libro, La palabra sagrada (Ro mähki hñä), recoge la cosmovisión de su pueblo mediante el ejercicio poético: ''Es la síntesis de los sabios consejos de los ancianos y de los sueños y las esperanzas de nuestros padres; es la palabra profunda que no sólo vive en nuestro corazón, sino también en la parte más vasta de la Tierra y del Universo.
''Para nosotros los otomíes todo es sagrado y, en ese sentido, mis poemas son plegarias a la vida y al cosmos. Con la palabra manifiesto un mundo muy conocido, una historia de varios miles de años, pero también el fuego del espíritu, dignidad, voluntad y esperanza de reunificación."
Canto con rostro propio
Inculcado en los valores de una cultura que venera el lenguaje, porque ''tiene que ver con una actitud de seguir un camino que lleva a un estado de armonía y de respeto con la madre Tierra, el padre Sol y la abuela Luna", el también promotor cultural explica que la poesía es parte inherente a la vida de los pueblos indígenas, a su historia y su sabiduría.
Explica: ''La poesía es el camino más cercano para encontrar el interior de un pueblo y para expresar el exterior de una persona; la luz que permite aclarar nuestro rostro de manera más inmediata; el canto, la plegaria, el consejo, la forma más sutil de transmitir conocimiento; la sabiduría arropada de metáforas y conceptos puros y simples; la vida cotidiana.
''La poesía es lo que nos permite hermanarnos con el mundo y con los demás. Es la cuerda que nos acerca y nos ayuda a compartir nuestras vivencias y la alegría de existir. Es una forma de practicar el principio de vivir el aquí y el ahora; el lenguaje de estar en el instante sin salirse de la realidad.
''La poesía indígena tiene rostro propio, en tanto que nace de una raíz profunda y milenaria, y de que tiene un corazón y conceptos muy suyos. Pero también tiene similitudes con otros cantos, por distantes que sean. En ella también existen los conceptos universales de libertad, igualdad, amor, democracia y paz, que nos unen con el mundo."
En ese sentido, el joven escritor acota que es un género que no sólo se refiere a México, sino que predica la unión de todos los pueblos del planeta:
''Es una poesía que se preocupa por el presente y que procura mejorar el futuro. Le duele cómo se destruye la humanidad y por eso le lanza mensajes de que se respete a sí misma, de que respete todas las culturas y todas las semillas sin importar de qué color sean."
Asevera que la función de este tipo de canto va más allá de lo romántico o lo amoroso, ya que también es una voz de resistencia que habla de democracia, justicia, libertad e igualdad, así como del nuevo amanecer y del rencuentro de los seres con sus raíces. "Es una poesía que llama a la armonía, algo muy lejano de lo que propone el lenguaje occidental".
Thaayrohyadi Bermúdez manifiesta su dicotomía de felicidad y tristeza por ser el único estudiante de su comunidad, de mil que al parejo de él comenzaron sus estudios, que concluyó una carrera profesional. Egresado de la licenciatura en turismo por la Universidad Autónoma del Estado de México, también expresa su alegría de pertenecer a un pueblo de poetas por naturaleza, el otomí, integrado ''por 5 millones de habitantes, aunque cifras oficiales sólo reconozcan una centésima parte".
Distribuida a lo largo de la meseta central de México y aunque dividida por fronteras estatales, ''la nación otomí (compuesta por los ñätho, ñähñu, 'nuhmu y ñuhu) ha logrado resistir como los mezquites, como el maguey, como el amate (...) Es un pueblo de poetas en el que florece y vibra la palabra bella, en el que se le canta a todo, lo mismo a la vida que a la muerte, al arroyo y al árbol, que a la mujer y al erotismo", explica.
Lanzar luces de alivio
Bermúdez, también locutor y periodista, enfatiza sus parabienes y orgullo de que la literatura en lengua indígena paulatinamente abra su espacio dentro de la narrativa imperante en el país. Aunque aclara que este espacio no es producto de ningún tipo de concesión, sino de una lucha de mucho tiempo.
Indica que el resto de la sociedad del país ve con agrado esta expresión de los pueblos, al considerarla como algo fresco y novedoso. Pero subraya que resulta imprescindible que no sólo sea tomada por ese sentido, ''sino que razonen que este tipo de literatura es la otra parte de su rostro y de su raíz, y de que no sólo deben mirar hacia lo europeo".
A juicio de Resplandor del sol, quien comparte su intención de hacer una novela sobre el origen de su pueblo, ''hoy más que nunca" la literatura indígena tiene mucho por aportar al mundo, en el sentido de que lanza luces de alivio a los problemas que aquejan a la humanidad.
''El poeta siempre se adelanta a los sucesos y proyecta con mayor claridad las soluciones. La poesía puede ser determinante para detener guerras, hambres y el exterminio de los pueblos, ya que no tiene límites y siempre sustenta la palabra verdadera y transparente", afirma.
Para concluir, el vate otomí enfatiza que ''en la poesía en lengua indígena cada palabra y frase es una vida y una historia; cada concepto es una misión y un llamado para vivir en armonía".
(Con edición conjunta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional Indigenista, y prologado por Carlos Montemayor, La palabra sagrada será presentado hoy, a las 18:00 horas, en el auditorio Alfonso Caso del INI, ubicado en avenida Revolución 1279, cerca de la estación del Metro Barranca del Muerto.)