* Sólo busca velar por sus intereses, dice el productor
Sánchez: con Motion Pictures hay que negociar sin dejarse avasallar
* La comisión México-EU ''no hará milagros'', señala Valenti
Raquel Peguero * Para Jorge Sánchez, la visita a México del presidente de la Motion Pictures Association (MPA), Jack Valenti, busca ''velar por sus intereses". Al ser la industria cinematográfica ''más poderosa del mundo" y ver que aquí se trabaja en una política nacional, ''viene a tocar la campana y una buena manera es esta mesa de concertación que propuso. Sin embargo habrá que ver, porque sigue pensando lo inherente a sus intereses: el doblaje irrestricto y que la excepción fiscal los incluya. Lo cierto es que irremediablemente somos vecinos y habrá que sentarse a negociar y no dejarse avasallar".
La creación de la comisión binacional México- EU no se ve mal, pero no se puede perder de vista que ''van por todas las canicas", agrega el también productor Fernando Cámara y está por verse cómo se manejarán los financiamientos que propone, porque ''no entiende el cine como expresión de la cultura nacional", así que querrán hacer sólo ''comedias con Andy García, Salma Hayek y Jeniffer López que vendan" o venir a hacer películas que si bien generan empleos -como sucedió con Titanic- son sólo ''de peones y no somos una industria así". Esa situación, además, tuvo una ''consecuencia grave porque los proveedores incrementaron los costos, que son muy altos para los mexicanos".
Sin abundar en lo concerniente a la reunión que más de 20 productores sostuvieron con Valenti, los directivos de las compañías Latina y Resonancia, respectivamente, consultados vía telefónica por separado, llegaron a la misma conclusión: la MPA ''no quiere freno". Y si para ello debe cabildear, aquí está. En sus dos días de visita, Valenti estuvo muy ocupado y, aseguró en conferencia de prensa, ''contento" con los resultados de las reuniones que tuvo con el presidente Zedillo -al que fácil dedicó diez minutos de alabanzas-, los productores y, anteayer, con el secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, a quien le manifestó su esperanza de que la ''campaña contra la piratería se mantenga con buenos resultados".
Tuvo, además, una reunión ''social" con el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar, en la que ''no hubo nada, pues fue un encuentro amistoso", comentó el mismo Tovar, durante el coctel que el dirigente de la MPA ofreció a representantes de distribuidoras -majors, por supuesto-, exhibidoras y empresas de doblaje al que acudieron productores de ''la vieja guardia" y hasta Lucía Méndez, ''mi favorita", aseguró Valenti, quien fue recibido con efusividad.
ƑPugnar por una industria pujante?
En la conferencia, Valenti -muy hábil para escabullir las respuestas- dijo que Warner Brothers ''negocia con una empresa mexicana'' -no especificó cuál, pero es Videocine- la filmación de seis películas de las que no quiso adelantar nada ''porque aún no se cierran las negociaciones", y que la Fox ''distribuirá por lo menos seis cintas mexicanas en los próximos doce meses". No dijo cuáles, pero se sabe de dos: El coronel no tiene quien le escriba, de Arturo Ripstein, y Santitos, de Alejandro Springall.
Respecto de la creación de la comisión binacional -de la que se informó ayer en estas páginas- Valenti dijo que no hará ''milagros, pero es una oportunidad para dialogar y tratar de encontrar un suelo común". Con tono pausado y paternal, explicó que la idea, ''y se lo dije a María Rojo, es que nos digan qué les duele, les causa ansiedad, y diremos qué creemos que lo motiva y juntos lleguemos a un consenso que, puede no gustarme todo ni a los mexicanos, pero tendremos conclusiones con las que podremos llevar una vida familiar". Lo que quiere, aseguró, es ''ver una industria mexicana pujante y sana con público que asista al cine, porque así el mercado se expande y eso es bueno para todos".
En cuanto a si ve el cine como arte o negocio, señaló que es ''un matrimonio" entre ambos y por eso se debe recuperar. Ahora, ''si un gobierno quiere subsidiar películas de arte en su país, no tengo ningún problema con ello", lo que no quiere, aclaró, es que el gobierno de Estados Unidos se meta ''en el negocio del cine. Estoy por la libertad del artista creativo" y porque los inversionistas ''hagan las películas que quieran".
Habló de las ''sugerencias por escrito" que envió a la Dirección de Radio, Televisión y Cinematografía, para ''aclarar" la ley mexicana de cine, aunque no quiso especificar cuáles puntos son los que considera oscuros: ''No es el lugar para hablar de cuestiones técnicas", pero dijo que se necesita de la ''competencia para una buena industria'' y que en la medida que se revoluciona todo con Internet y lo digital, ''entre menos reglamentos tengamos, mejor". Y si la ley queda como está, ''la obedeceremos".