Julio Boltvinik
Anatocinismo*
El informe de auditoría de Mackey no es lo primero que conocemos del Fobaproa, ni será lo último. En la misma semana de su presentación, López Obrador ha vuelto a dar muestras de sus habilidades político-detectivescas y ha presentado las actas de 23 sesiones del Subcomité de Recuperación del Fobaproa. Estas han empezado a ser publicadas por La Jornada (22/07/99). Asistimos así al diálogo íntimo entre los funcionarios que decidieron aceptar la cartera de los bancos a cambio de pagarés del Fobaproa. Los diálogos muestran un nivel de convivencia entre las partes difícil de exagerar. Estas actas aparentemente no las conoció Mackey. López Obrador sintetiza lo que las actas muestran: ``el subcomité actuó con discrecionalidad y preferencia hacia algunos empresarios ligados al gobierno, y lejos de cobrarles los préstamos concedió nuevos créditos, realizó quitas a sus pasivos y aceptó, en pago de las deudas, bienes por debajo del monto de los préstamos''. El caso del Grupo Infomin muestra la manera de proceder de los ``salvadores'' de la banca y del país. Eduardo Fernández se preocupa no por lo que están haciendo, sino por lo que se puede pensar de lo que están haciendo: ``el riesgo de que se malinterprete la aceptación de la propuesta (una segunda restructuración de sus pasivos) como una restructura (sic) acelerada, tomando una pérdida fuera de parámetros en beneficio de esta empresa, en la que su principal accionista, Alfredo Miguel Afif, tuvo a su cargo la recolección de fondos del sector privado en apoyo a las campañas del PRI. Sobre todo, aceptar la presente propuesta significa un segundo beneficio en muy corto periodo'' (La Jornada 22/07/99).
Marco Provencio se apresuró a declarar que el ``informe de las auditorías va a desilusionar a los partidos políticos de oposición, porque no se desprenden de ellas pruebas para enjuiciar a funcionarios públicos''. Lo mismo hicieron voceros del PRI y el propio Gurría. En concierto, los involucrados han querido aprovechar el informe de Mackey para minimizar las ilegalidades incurridas por los banqueros y por el gobierno. Haciéndose tontos han querido hacer creer que las auditorías identificaron, por cuenta propia, sólo los actos ilegales que ya se están persiguiendo. Por ejemplo, la Asociación de Banqueros de México, en inserción pagada, declaró que: ``las operaciones detectadas como ilegales durante el proceso de las auditorías ya habían sido identificadas por las autoridades'' (Reforma, 21/07/99). Todos ellos saben muy bien, sobre todo el señor Gómez y Gómez, que Mackey no podía detectar actos ilegales y que lo que incluye en su informe es lo que le informó la CNBV. En efecto, en el Capítulo VII, titulado ``Transacciones reportables'', Mackey enumera algunas limitaciones de la auditoría y advierte: ``no podemos asegurar que nuestros procedimientos hayan identificado todas las Transacciones reportables'', añade: ``Aún más, no somos capaces de proporcionar una opinión de si las Transacciones reportables descritas en esta sección son ilegales''. Cuando presenta las cifras de transacciones ilegales que tan felices han hecho a los priístas (porque ``sólo'' son 6 mil millones de pesos), señala: ``Un número de Transacciones reportables han sido identificadas por la CNBV y/o ciertos bancos como potencialmente ilegales'' (Tomado de Infosel, página Web). Es decir, como Mackey cita las cifras de la CNBV sobre transacciones ilegales, se quiere dar la impresión que es un cálculo propio del auditor. Y se concluye que la oposición se desilusionará porque no se van a encontrar pruebas para enjuiciar a funcionarios públicos. Cinismo sobre cinismo: o sea, anatocinismo.
El grueso de las transacciones ``reportables'' están formadas por lo que se llama préstamos relacionados. Por ejemplo, dice Mackey: ``Una gran cantidad de préstamos a accionistas hecha con el propósito de suscribir su adquisición de acciones fue evidente en nuestra revisión de diversos bancos. En el grado en que dichos préstamos fueron realizados sin recursos del deudor o donde la única garantía son las mismas acciones, surgen serias dudas sobre su recuperación''. De este tipo de préstamos o similares la auditoría identificó 42 mil millones de pesos, que fueron absorbidos por el Fobaproa y ahora serán oficializados como deuda pública. Los pagaremos usted y yo. Pero pueden ser mucho más. En efecto, en otra parte del informe dice Mackey: ``Nosotros tuvimos acceso a bancos intervenidos formalmente, pero las autoridades reguladoras restringieron severamente nuestro acceso a los bancos intervenidos de facto. Estos bancos representan una proporción más grande del sistema (y de los costos potenciales) que los bancos intervenidos formalmente'' (Citado por Wilbert Torre, Infosel, página Web). Es decir, puede haber muchísimas más actividades reportables. Este informe va constituir sólo un paso más en la aclaración del asunto Fobaproa. Otro elemento importante serán las actas hechas públicas por López Obrador. Y vendrán otras acciones y auditorías. El anatocinismo debe combatirse a fondo.
* Así como anatocismo quiere decir cobro de intereses sobre intereses, anatocinismo es cinismo sobre cinismo.