Ť Abrirán retrospectiva del pintor en ese recinto
De manera póstuma, por fin llega Enrique Guzmán al MAM
Ť El artista siempre tuvo buena fortuna crítica, dijo Del Conde
Merry Mac Masters Ť El pintor Enrique Guzmán (1952-1986), por fin llega al Museo de Arte Moderno aunque sea en forma ''demasiado" póstuma, puesto que desde los años setenta se planteó que pudiera exhibir allí, indicó Teresa del Conde. El artista siempre tuvo ''buena fortuna crítica". La directora del MAM acotó que eso fue bastante antes de algunos incidentes que vinieron a redundar en su suicidio. Guzmán fue, y ''no hay por qué ocultarlo", un enfermo mental ''severo", continuó Del Conde, quien tuvo oportunidad de tratarlo ''desde el Instituto de Investigaciones Estéticas", durante el tiempo que permaneció bajo la supervisión de Francisco de Hoyos, en la Galería de Arte Joven, y del doctor Alberto Virgen. El ''diagnóstico" determinó una personalidad esquizoide que sufría con frecuencia brotes severos. Este hecho, apuntó la investigadora, redundó en la destrucción de un cuadro suyo, una noche en la Casa de Cultura de Aguascalientes.
Ayer, en conferencia de prensa para anunciar la retrospectiva Enrique Guzmán. Su destino secreto, curada por Luis Carlos Emerich de acuerdo con un proyecto gestado en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, el escritor de arte Jaime Moreno Villarreal encontró ''notable" que un artista que no haya hecho cuerpo con su generación ''actualmente se establezca como una punta de lanza de lo que puede haber sido la posmodernidad en México". No obstante, su obra muestra ''tal cantidad de material simbólico en el que podemos reconocer a su generación". Para el autor, a diferencia de tantos artistas que participaron en grupos, en el caso de Guzmán la ''opción vital" que tomó ante el ''desengaño", e independientemente de su condición mental, se manifiesta en su obra como ''despedida" y en ese sentido ha sido retomado por la crítica como una visión ''posmoderna". Esa necesidad de ''ausentarse" se manifiesta en el contenido nostálgico de su pintura desde un principio, aseguró.
Obra espléndida y única
La escritora y crítica de arte Raquel Tibol retomó lo expresado por Moreno Villarreal y aseveró que ''una cosa es tener problemas de comunicación con los demás y otra es no pertenecer a una generación o grupo". Recordó que Guzmán hizo vida colectiva en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda, en el Concurso Nacional de Escuelas de Artes Plásticas, a la vez que entró a uno de los grupos más vanguardistas, Peyote y la Compañía. Respecto de la condición del expositor, Tibol dijo que igual que ocurre con otros artistas que tienen patologías en su vida particular y biológica, ''no está dicho con locura esta condición personal en su arte pictórico".
Tibol retomó un tema aludido por Del Conde: el hecho de que Guzmán no haya obtenido el premio único del primer Salón Nacional de Artes Plásticas, sección de pintura, en 1978, y que lo llevó a agredir la obra premiada de Beatriz Zamora. Al decir de la crítica para ese hombre ''obsesionado por el acto de producir y de participar en concursos", el shock lo ''caló" profundamente y ya no volvió a levantar cabeza. Cuestionó el hecho que en la muestra no estuviera ningún cuadro de la fase final de Guzmán, cuando rompe con la etapa abstracta y entra en una especie de mediocridad, de academia. Preguntó: Ƒqué le pasa a un joven tan intenso como Guzmán, que tiene la obsesión de la muerte, de la eliminación personal y de pronto con mucha paciencia se pone a hacer frutitas y florecitas? Recapituló: ''Guzmán fue un introvertido, no un solitario, fue una persona enferma, pero un productor que en pocos años realizó una obra espléndida y única".
Respecto del comentario de Tibol, Luis Carlos Emerich dijo haber pensado mucho incluir los últimos trabajos de Guzmán. Si no lo hizo fue porque ''sentí que brincaban con una crueldad espantosa sobre la propia obra". Del ''viraje drástico" que tomó su obra, Emerich indicó: ''Guzmán se hizo muy religioso ųmístico era desde siempreų y casi todos los temas tienen que ver con la cruz, el Cristo crucificado. Hizo unas estructuras que podrían ser remotamente góticas y que venían un poco de su obra abstracta que tampoco incluí. Preferí mostrar lo mejor de él". Agregó que quiéralo o no ''en la curaduría se estableció un vínculo emocional con Enrique que sólo fue latente en vida, nunca se dejó recibir la admiración que tenía por él".
(Enrique Guzmán. Su destino secreto incluye 109 obras entre pintura y dibujo, con guión museográfico de Guillermo Sepúlveda ųen Monterrey fue de Teresa y Ana María Pecaninsų; será inaugurada mañana, a las 20:00 horas, en el MAM.)