n Podría ser el principio de una solución, dice


"Ejercicio de negociación", la propuesta de eméritos: Peimbert

José Galán n Si las propuestas elaboradas y presentadas por ocho profesores eméritos para poner fin a la huelga en la UNAM son consideradas "razonables" tanto por el Consejo General de Huelga como por rectoría, "podría constituirse en el principio de una solución negociada" aunque, reconoció Manuel Peimbert, uno de sus autores, "ninguna de las partes está totalmente de acuerdo con el escrito".

Como principal tema de debate anoche en el Foro de Discusión y Análisis hacia la Transformación Democrática de la UNAM, subtitulado El Congreso Resolutivo, el documento de los ocho eméritos, leído ante la asamblea por el propio Manuel Peimbert, y que propone a las partes en conflicto la apertura de espacios de discusión y análisis para temas como los reglamentos de pagos, inscripciones y exámenes; las relaciones Ceneval-UNAM, y la suspensión de sanciones previstas por la ley universitaria hacia los paristas, "constituye simplemente un ejercicio de negociación".

Ante los presentes anoche en al auditorio Carlos Lazo de la Facultad de Arquitectura, sede de la asamblea local de huelga, Peimbert advirtió que el documento "no representa el punto de vista de ninguno de los ocho firmantes, sino el consenso entre todos", y reconoció que las propuestas abarcan "un espectro político e ideológico muy grande: hay allí posiciones cercanas a las autoridades, y también cercanas a los huelguistas".

"Hay varios documentos similares, producidos por distintos grupos de académicos e investigadores, que apuntan a explorar posibilidades de solución negociada", dijo el maestro emérito. "Si este documento es considerado razonable por las partes, podría entonces jugar un papel importante en la solución de la huelga, incluyendo la incorporación de otros documentos elaborados por miembros de la comunidad".

Luego de leer ante el auditorio el desplegado publicado en La Jornada, la mesa, moderada por el consejero universitario Luis Rico Aranda, de esa misma facultad, abrió la sesión de preguntas y respuestas.

Catorce preguntas de otros tantos estudiantes, académicos, investigadores y padres de familia fueron anotadas por la mesa y, en respuesta a las inquietudes, Manuel Peimbert informó a la asamblea que, para alcanzar el sentir de la comunidad universitaria y plasmarlo en el documento, "discutimos antes con personal académico de distintos colegios, investigadores, académicos, autoridades universitarios y estudiantes miembros y no del movimiento estudiantil".

"No somos ni representantes de las autoridades ni de los estudiantes, sino que simplemente hemos hecho un ejercicio de cómo podría ser una solución negociada. Pero está a discusión de las partes".