Astillero Ť Julio Hernández López
En una reacción explicable por las evidencias de que su propia campaña no logra levantar el vuelo, Francisco Labastida Ochoa se lanzó ayer duro y directo contra los dos flancos más delicados de Roberto Madrazo Pintado: el salinismo y el dinero.
En pláticas privadas, de manera insistente, tanto el precandidato sinaloense como gente de su círculo íntimo habían insistido en días anteriores en los graves riesgos que para la salud pública de la nación significa el crecimiento de la precandidatura del tabasqueño.
Dicho en pocas palabras, los labastidistas aseguraban que Madrazo Pintado estaba siendo apoyado de manera clara e indudable por el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, quien le estaría allegando tanto recursos económicos como compromisos personales de personajes del poder político y económico beneficiados por el salinismo, y también le estaría poniendo a su servicio los diversos medios de comunicación (impresos y electrónicos) controlados por la familia que busca vengarse del zedillismo, cuyo precandidato es Labastida Ochoa.
La hora de la revancha
Según las versiones dichas en reuniones personales, sin derecho a ser reproducidas revelando la fuente, la postulación de Madrazo Pintado ha sido un reto personal lanzado por Salinas de Gortari a Ernesto Zedillo, buscando no sólo influir en el futuro político, mediante una negociación con el poderoso actual, sino más bien pretendiendo arrebatar ese poder para, desde ahora, comenzar a escribir la historia de la revancha salinista que, desde luego, pasaría por la construcción del más triste y doloroso escenario para el futuro ex presidente y algunos de sus familiares directos o políticos.
Para cumplir con tales propósitos, el salinismo habría metido tanto dinero como sus pasiones le indican que es necesario para garantizar la victoria de su abanderado. Ese representante del salinismo tendría al mismo tiempo el apoyo económico poderosísimo del hankismo, que siempre ve toda campaña como una inversión redituable, y del propio madracismo, que durante varios años de ejercicio del poder en Tabasco ha hecho su propia fortuna de buen tamaño.
El nuevo Gastón Billetes
Juntos tales factores, frente a un deshilachado zedillismo que no atina a promocionar y posicionar bien a su candidato, dan como resultado que ``el billete'', como dijo ayer Labastida Ochoa, esté manejando información, promocionando estudios y encuestas, ganando presencia pública en favor del nuevo Gastón Billetes que, remozado, en su nueva versión luce bigote, cabello tinto y sonrisa de comercial de televisión.
Cuidado, que Salinas te quiere dar otro Madrazo
Pero todos esos comentarios que era posible escuchar muy en privado, ahora salieron a la luz pública, de manera sintetizada, en Monterrey. En aquella capital norteña, Labastida Ochoa escuchó la petición de un reportero para que opinara respecto al lema usado por gente de su adversario tabasqueño: ``para un dedazo, un Madrazo''. El acusado de ser producto del dedazo reviró, diciendo que él había escuchado por allí una frase que decía: ``cuidado, que Salinas te quiere dar otro...''.
Aún cuando el pudor labastidista no quiso completar la frase, es evidente que continuaba el juego de palabras respecto al apellido del tabasqueño.
En esa misma visita, al ser requerida su opinión respecto a la encuesta de opinión de Indemerc-Louis Harris, Labastida Ochoa hizo diversas consideraciones, y señaló que él no ganaría con encuestas, sino con votos. Más adelante, diría que él le apuesta a la gente, no al dinero.
El verdadero choque de trenes
El choque de trenes, como se ve, ahora sí parece estar en curso, y no entre la oposición y el poder, sino, más bien, entre las dos facciones del verdadero poder: el salinismo y el zedillismo.
La reacción de Labastida Ochoa, por lo demás, podría ser el inicio de un repunte declarativo, y hasta de actitud física, del candidato oficial del zedillismo.
El sinaloense estaría en trance de entender, y actuar en consecuencia, que a su benefactor Ernesto Zedillo, al que ha profesado pública garantía de amistad a toda prueba, la mejor manera de ayudarle a que tenga una ex presidencia más o menos tranquila sería ganando la candidatura priísta y luego la Presidencia de la República y que, a como están hoy las cosas, con un Roberto Madrazo crecido por el apoyo salinista y el abuso del dinero, la mejor manera de conseguir esos dos objetivos es la de asumir actitudes más abiertas, menos sumisas a los dictados de Los Pinos.
Romper para estabilizar, recomendaba el ex presidente López Portillo como fórmula para los recién llegados al máximo poder a los que estorbase el antecesor. Criticar para crecer, podría ser hoy la máxima aplicable para el caso labastidista.
Astillas: Ayer se relataba en esta columna el raro perfil de Rutilio Escandón, uno de los dos candidatos a presidir el PRD chiapaneco, a quien las circunstancias hacían aparecer como promovido por instancias gubernamentales para entorpecer la posible candidatura unitaria de Pablo Salazar Mendiguchía al gobierno estatal. A la misma hora que esta columna se imprimía, el citado Escandón protagonizaba un incidente turbio. Un grupo de sus seguidores se presentó en la madrugada en las oficinas del PRD estatal, donde se guarda la paquetería de la elección del pasado domingo, con la intención de introducirse al inmueble. Del hecho fueron avisados los corresponsales de La Jornada y de Proceso y un fotógrafo de Notimex. Descubiertos, los seguidores de Escandón se retiraron, pero éste, el candidato, presunto nuevo líder estatal perredista, agredió verbalmente a los periodistas, acusándolos de ``intimidar'' a sus ``observadores'' y negándose a explicar la razón de su visita con olor a mapache... ¿Recuerda usted un ente denominado Corriente Renovadora, que se había desvanecido después de soportar y apuntalar aquel dedazo con el que se impuso a José Antonio González Fernández como nuevo presidente nacional del PRI? Bueno, pues tal corriente ha retomado la sana costumbre de hacer declaraciones y propuestas que, entre más estridentes y audaces resultan menos defendibles a la hora de los hechos.
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