El rescate, equivalente a 170 años de deuda externa
Carlos Fernández-Vega n En el periodo comprendido entre febrero de 1995 y junio de 1999, el rescate y salvamento bancario aplicado por el Fobaproa, le ha costado a la nación el equivalente a casi 170 años de endeudamiento público externo (1830-1999), periodo en el cual los distintos gobiernos nacionales (liberales y conservadores, imperiales y dictatoriales, revolucionarios, modernizadores y neoliberales) acumularon una deuda externa cercana a los 85 mil millones de dólares.
Hasta marzo de 1998, la mayoría de los mexicanos mortales sólo veían en el Fobaproa una sigla más. Hoy, el organismo está en el centro del debate político, con miras a la sucesión presidencial del año 2000. Al mismo tiempo, genera un creciente y explosivo grito de ya basta, ante el saqueo institucionalizado que por décadas, y en contubernio con el poder político, han practicado los llamados barones del dinero.
Resulta obvio que a lo largo de la historia reciente de México las innumerables advertencias no han sido tomadas en cuenta por las distintas administraciones gubernamentales. De hecho, los que en 1982 aplaudieron -catárticos- a José López Portillo por expropiar la banca, en 1990 ovacionaron a Carlos Salinas de Gortari por reprivatizarla. Hoy, en el sexenio del bienestar para la familia, gritan y acusan de traidores a todos aquellos que cuestionan la viabilidad y legalidad del Fobaproa, y sus maravillosos resultados.
El primero de septiembre de 1982, José López Portillo concluía su sexto Informe de Gobierno subrayando: ''Puedo afirmar que en unos cuantos, recientes años, ha sido un grupo de mexicanos, sean los que fueren, en uso, cierto es, de derechos y libertades, pero encabezados, aconsejados y apoyados por los bancos privados, el que ha sacado más dinero del país que los imperios que nos han explotado desde el principio de nuestra historia''.
Pero las advertencias no tuvieron eco. En 1990, ocho años después de la expropiación, el salinato les limpió la casa, de nueva cuenta. Con ello, los ex banqueros y sus nuevos asociados, los bolsistas, volvieron a la cueva original, pero con una ambición mayor.
El capital financiero califica esas advertencias de simples cursilerías nacionalistas y las remite a la novela rosa. Pragmático que es, ese capital financiero no ha quedado satisfecho con succionar cuantiosos y crecientes recursos públicos que han sido desviados de su ruta natural: paliar la exorbitante deuda social. Sus representantes quieren, exigen cada día más y se sienten con ese derecho...
En el ciclo perpetuo de la crisis mexicana (a partir de 1976), los barones del dinero han sacado raja de la desgracia y el hambre de millones de mexicanos, exigiendo ser los primeros -en los hechos, los únicos- en obtener recursos, atención y salvamento.
Grupo K2: Propiedad de Abel Vázquez Raña. Junto con sus hermanos Olegario y Mario, también son dueños de la cadena de hospitales Angeles y de las mueblerías Hermanos Vázquez, entre otras cosas.
El monto involucrado en esta operación ascendió a mil 927.16 millones de pesos, que incluye un adeudo de Vázquez Raña al fisco por 129.71 millones de pesos.
En la sesión número 15 (7 de octubre de 1997), se dijo que ''Abel Vázquez Raña entregó al contralor general de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Mario Hernández Reyes, una nota manuscrita en la que señala que está dispuesto a entregar todo en pago, con excepción de las marcas K2, Expoprice, Reposet y Bendix, así como la empresa Teletécnica Video, que produce comerciales de televisión''.
Sin embargo, el Subcomité estimó que ''estas marcas en realidad no tienen valor''.
Hernández indicó que ''Abel Vázquez Raña también desea conservar un inmueble ubicado en la calle de Eulalia Guzmán. El consenso de los presentes fue en el sentido de que, en todo caso, lo único que se le podría aceptar que conservara serían las marcas y la empresa de producción de comerciales, pero ningún inmueble, por lo que el de la calle Eulalia Guzmán también lo tendría que entregar''.
El presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Eduardo Fernández García, de acuerdo con el acta referida, ''dijo que sería mejor explorar la posibilidad de declarar la quiebra en vez de aceptar la propuesta (de Vázquez Raña), con objeto de no contraer las contingencias fiscales, laborales y de cualquier otro tipo que pudiera existir. Asimismo, mencionó que debería estudiarse la posibilidad de seguir un proceso de liquidación en términos de quiebra, es decir, sin que se tengan que asumir las contingencias''.
El acuerdo del Subcomité fue ''analizar por parte de las áreas jurídicas de la CNBV y del Fobaproa la estrategia óptima, para así proceder a la quiebra o liquidación ordenada. Para este fin, que dichas áreas jurídicas se auxilien en el proceso de un abogado externo''.
Además, ''durante el proceso de liquidación de la empresa, si fuera el caso, que se busque en todo momento la venta de las empresas en marcha lo más rápido posible, contando para ese fin con el apoyo de Abel Vázquez Raña por su experiencia en el medio y contratando por otra parte a un despacho que se aboque a la estrategia de venta de la empresa''.
También se acordó ''evitar que Abel Vázquez Raña siga comprometiendo a la empresa y que no contrate ningún pasivo adicional, ni publicidad. En caso de liquidación ordenada, Abel Vázquez Raña deberá entregar todos los inmuebles, incluyendo el que se ubica en la calle de Eulalia Guzmán. Una vez que se tenga la estrategia, que se informe al Subcomité y se le comunique al señor Abel Vázquez Raña''.
Sin embargo, después de la capitalización promovida por el Fobaproa, Abel Vázquez Raña y su familia conservaron 64.36 por ciento del grupo, mientras que los bancos acreedores Unión y Banpaís se hicieron de 35.64 por ciento.
De acuerdo con los documentos del Subcomité, ''el convenio no ha sido contabilizado por los bancos, debido a que se encuentra pendiente de firma por parte del señor Abel Vázquez un convenio modificatorio''.
Rincón Sabroso: Empresa turística e inmobiliaria, cuyo accionista principal y presidente del Consejo de Administración es Mariano Mariscal Barroso, también propietario del Grupo Mar y la constructora Marhnos.
Rincón Sabroso es un desarrollo turístico en Huatulco, Oaxaca, que cuenta con un hotel de 120 habitaciones, 67 condominios y 55 lotes para villas. La relación accionaria, antes de la restructuración promovida por el Fobaproa, era: 42 por ciento del Fonatur, organismo gubernamental, y 58 por ciento Mariano Mariscal Barroso-Rincón Sabroso.
Los bancos involucrados en esta operación fueron Santander Mexicano (95.65 por ciento) y Bancrecer (4.35 por ciento). El monto económico involucrado: 179.65 millones de pesos, de los cuales 136.82 millones correspondieron a los riesgos asumidos por el Fobaproa.
El Subcomité de Recuperación negoció con el organismo gubernamental Fonatur, para que adquiriera el crédito del Banco Santander Mexicano y, con ello, quedarse con el control accionario de la empresa y las garantías otorgadas. El comité técnico del Fonatur aprobó la compra del crédito -en efectivo- por un total de 15.5 millones de dólares, aunque inicialmente se propuso un precio de 17.3 millones de dólares.
En la sesión número 6 (24 de junio de 1997), se dijo que ''para que la operación pueda llevarse a cabo, se requiere la autorización de la Secretaría de Hacienda a Fonatur, misma que de manera verbal ya se otorgó y se está en espera del oficio respectivo''.
La aceptación de esta propuesta, anota el acta respectiva, ''representa recuperar 84 por ciento del valor ajustado Fobaproa al 5 de junio de 1997 (para la porción de Santander Mexicano). El no concluir esta negociación representa un riesgo''. Por ello, el Subcomité solicitó, y obtuvo, autorización para ''aceptar la propuesta de compra de Fonatur'', pues significó ''una recuperación en efectivo equivalente al valor de compra, por lo que no existe quebranto''.
Grupo Industrial Casa: Consorcio dedicado a la fabricación de autobuses y autopartes. Los principales accionistas: Ricardo González Cornejo (96.53 por ciento), Elisa Tijerina Castillo (3.28 por ciento) y otros (0.19 por ciento). El monto involucrado ascendió a 148.5 millones de pesos, que con intereses ordinarios y moratorios se elevó a 209.8 millones.
En la sesión número 19 (5 de diciembre de 1997), el Subcomité de Recuperación acuerda aceptar la propuesta de pago de Ricardo González Cornejo (miembro de la Comisión de Financiamiento del PRI para la campaña presidencial de Carlos Salinas de Gortari), evitando con ello la quiebra de la empresa, y destaca que la recuperación por esta vía es mayor que si se emprendiera un proceso de quiebra. ''Particularmente en vista de que los activos de la empresa son mayormente herramienta para el ensamble de autos y microbuses, cuyo valor es muy bajo''.
De acuerdo con el acta respectiva, ''el dictamen jurídico de los bancos involucrados revela que no se ha encontrado ninguna posibilidad de fincar responsabilidades penales'' en contra del propietario.
Además, indica, ''se termina con la cultura de no pago que tradicionalmente han seguido los accionistas de esta empresa, quienes quedarán con no más del 10 por ciento de la nueva empresa. Con lo cual se llega a un caso más de empresas que pierden la gran mayoría de su capital''.
Los bancos involucrados en esta operación fueron Bancomer, Bancen, Cremi, Obrero, Banpaís, Unión, Bancrecer y Banco Nacional de Comercio Interior. Además, las empresas de factoraje Factor Multiva y Factor Margen, así como la Unión de Crédito Industrial de México.
Grupo Mexitlán: Los principales accionistas son Jaime y Julio Souza, quienes, además, fungieron como aval del consorcio en la operación, la cual involucró un monto de casi 92 millones de pesos, otorgado por Banca Promex.
El caso fue presentado al Subcomité en la sesión número 21 (23 de diciembre de 1997) y el acta establece: ''El licenciado Sigfrido Gunther (no identificado) explicó el caso en términos del documento que se acompaña como anexo 2, haciendo énfasis en que los avales no tienen nada a su nombre, las relaciones patrimoniales en poder de Banca Promex están mal elaboradas, los pagarés podrían considerarse nulos debido a que muestran tachaduras, los créditos originales documentados en dólares se dieron en moneda nacional y no se tienen evidencias de que se hubieran otorgado en dólares''.
Además, ''explicó que los accionistas están dando la totalidad de las acciones de la empresa, que incluye como sus principales activos 52 maquetas de edificios y monumentos nacionales, así como el inmueble en que se encuentran ubicadas las mismas''.
El vicegobernador del Banco de México, Guillermo Güemez, expresó que ''ante lo comentado y lo contenido en el anexo 2, se desprende que en caso de que se procediera a demandar, seguramente se lograría obtener -en caso de ganar la demanda- lo mismo que se está proponiendo en estos momentos, sólo que tal vez un par de años después con el consecuente deterioro de los activos''.
Con esa argumentación, se aprobó el rescate.
El Grupo Mexitlán se dedica a la explotación de un parque de diversiones que inició operaciones en agosto de 1991, en donde se exhiben réplicas a escala de los monumentos más sobresalientes de la arquitectura prehispánica, colonial y moderna de México. Dicha obra fue realizada por Pedro Ramírez Vázquez.
Grupo Mexitlán se integra por Impulsora Artesanal y Turística de Tijuana, Explotadora Fronteriza Artesanal y Corporación Mexitlán. Las dos primeras son las acreditadas y la última es aval en ambos casos.
Grupo Ponce García: Encabeza Fernando Ponce García, cabeza de la empresa Administración Peninsular Corporativa y miembro del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios.
El Grupo Ponce García es un consorcio refresquero fundado en 1947 con la empresa Embotelladora Peninsular, cuyo principal objetivo es la fabricación y distribución de la marca CocaCola en el sureste mexicano.
El 31 de julio de 1996, la compañía reestructuró su deuda con los bancos en la UCABE.
Por ello, dicen los documentos del Fobaproa, ''por el hecho de la reestructuración reciente y los beneficios de contar con nueva documentación, este grupo económico se había seleccionado para ser vendido dentro del Programa de Venta de Deuda Corporativa Reestructurada, teniendo un monto en Fobaproa de 642.8 millones de pesos. Con lo cual se le vino dando seguimiento administrativo, integrando la documentación apropiada''.
El 30 de septiembre de 1997 ''se llevó a cabo la emisión de la euronota de Grupo Ponce por un monto de 110 millones de dólares, cuyo agente fue Santander Investment. Con la emisión y el efectivo con que contaba la compañía (24.5 millones de pesos), se cubren todos los créditos del sector refrescos derivados de la reestructura''.
El monto cubierto a los bancos ascendió a 835.88 millones de pesos, incluyendo créditos en Fobaproa, recibiendo Banamex esta cantidad en su calidad de banco agente y repartiéndola entre los bancos acreedores de la siguiente forma (cifras a mayo de 1997): Banamex, 296.47 millones; Serfin, 128.24; Bancomer, 90; Inverlat, 170.76; Atlántico, 74; Bital, 29.12, y Sureste, 47.33. Fobaproa apoyó 642.8 millones de pesos.
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