ƑCuánto valen los empresarios rescatados?
Carlos Fernández-Vega n La historia no es nueva: bancos pobres, banqueros ricos.
Los reportes oficiales revelan que Banamex, Bancomer, Bital y Serfin concentraron 50 por ciento de los beneficios del Fobaproa, es decir, alrededor de 420 mil millones de pesos de recursos públicos, o lo que es lo mismo, 11 por ciento del producto interno bruto.
Esa proporción, como bien diría el poco ágil lector Dionisio Pérez Jácome, ex vocero del gobierno federal y actual senador de la República, "ni la imaginación más catastrófica" la podría haber llegado a suponer.
Entre junio de 1991 y julio de 1992 se reprivatizaron las 18 sociedades nacionales de crédito, con lo cual el gobierno salinista captó alrededor de 12 mil millones de dólares. En el caso específico de Banamex, Bancomer, Serfin y Bital, la recaudación fue del orden de 8 mil millones de dólares, cantidad 5.25 veces menor que el monto de recursos públicos que les inyectó el Fobaproa. Negocio redondo.
Pero las cabezas visibles y los accionistas de esas cuatro instituciones rescatadas por el Fobaproa no sólo dedican sus capacidades y dineros a la actividad bancaria. Por el contrario, participan en una amplia gama de sectores económicos y en ellos no les va tan mal. ƑCuánto pueden valer los grupos comerciales, industriales y financieros de esos cuatro jerarcas (Roberto Hernández Ramírez, Eugenio Garza Lagüera, Adrián Sada González y Antonio del Valle Ruiz) y su grupo compacto de accionistas?
Prácticamente nada: alrededor de un billón de pesos (1.25 veces el saldo del Fobaproa), es decir, casi 100 mil millones de dólares. Ese sería el saldo en números aproximados, de acuerdo con reportes bursátiles.
Los empresarios citados, al igual que un número cada vez más reducido de barones del dinero, entretejen sus intereses e incrementan sus fortunas por medio de una amplísima y creciente gama de actividades económicas que abarca (sólo por citar algunas actividades) bancos, aseguradoras, afianzadoras, casas de bolsa, casas de cambio, empresas de factoraje, inmobiliarias, comercio, producción de bebidas, transportación, alimentos, hotelería y empresas deportivas.
Pero así son ellos, y como muestra un botón. En plena campaña presidencial, luego del asesinato de Luis Donaldo Colosio, el bolsista convertido en banquero Roberto Hernández Ramírez exhortó al electorado a votar en un solo sentido, dando cuenta de su profunda capacidad de análisis político: "Zedillo o el caos". Para regocijo de los mexicanos, la sentencia se cumplió en los dos casos.
Grupo Sidek (Simec y Situr): El consorcio tenía una deuda total cercana a los 2 mil 200 millones de dólares. Para el Fobaproa este adeudo representó "el riesgo de crédito más importante" en su política de rescate y salvamento. Con la banca nacional, los empréstitos sumaban cerca de mil 255 millones de dólares.
En la sesión 16 (30 de octubre de 1997), se informó al subcomité "del avance en las negociaciones de la restructura del Grupo Sidek, haciendo énfasis en que se está elaborando un plan de desinversión. Las ventas serán realizadas por la empresa, bajo la supervisión del Fobaproa a través de un Comité de Ventas controlado por el mismo fideicomiso".
La restructura propuesta consistió "en una liquidación ordenada de todos los activos de Sidek y subsidiarias. Los bancos recibirán CPOs de Sidek (serie A para deuda garantizada y B para quirografarios). Los CPOs A recibirán 0.76 centavos de cada peso de venta y los B 0.24 centavos. De esta forma (se está) dando flujo a todos los acreedores. Se estima que los acreedores A recuperen 100 por ciento y los quirografarios 31 por ciento".
El subcomité fue informado de que "de los bancos mexicanos no han firmado el memorándum de entendimiento Quadrum y Banorte. Nos encontramos en negociaciones con Banorte. Respecto al stand-still faltan firmar Quadrum y Banorte, así como Nacional Financiera y Banco Industrial de Jalisco", que llegaron a encabezar los hermanos Martínez Güitrón, propietarios de Sidek, Simec y Situr, entre otras cosas.
Por lo que toca a la banca extranjera, "West Merchant Bank pidió la quiebra de Situr y Sidestur. El abogado litigante de Sidek, Jaime Guerra, considera que no procede la demanda para la eminente restructura. Con respecto a Weston Group y Quinta Mac, se encuentran en negociaciones".
La restructura orquestada por el fondo se dio así: "Simec es uno de los activos más importantes de Sidek, cuya deuda no ha sido vendida a Fobaproa. Con el fin de incrementar el valor de recuperación, se está restructurando la deuda de Simec por un total de 256 millones de dólares, con plazos a diez años, periodos de gracia que van de 2 a 12 años y tasas de interés que fluctúan de 10.5 a 11 por ciento. Sidek, Fobaproa y el Comité de Bancos están elaborando un plan de desinversión (venta de activos). Las ventas serán realizadas por la compañía, bajo la supervisión del Fobaproa a través de un comité de ventas controlado por el fondo".
El consejo de administración de este consorcio fue encabezado por Jorge, José y Guillermo Martínez Güitrón (también accionistas en, cuando menos, Siderúrgica Guadalajara, Tubos de Acero, Banco Industrial de Jalisco -intervenido gerencialmente por el gobierno federal-, Super Diesel, Anglo, Fobursa, Progres, Casa de Bolsa Probursa, Grupo Mark, Astilleros Unidos de Ensenada, Procorp, Grupo Embotelladoras Unidas y Estral. Guillermo fue el presidente del consejo consultivo de Banco Internacional en Guadalajara. José, miembro del consejo de administración del Grupo Financiero Banamex-Accival que encabeza Roberto Hernández Ramírez. Y Jorge, consejero propietario de la serie B de Bancomer y miembro del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios).
Con ellos participaban, entre otros, Juan I. Gallardo Thurlow (empresario refresquero, presidente del consejo de administración del Grupo Embotelladoras Unidas; la Inmobiliaria GEUSA, la empresa de compra-venta de acciones de sociedades CONINVER, de la inmobiliaria GEU-GAM, del Grupo Azucarero Mexicano -6 ingenios en Michoacán, Jalisco, Sinaloa, Tabasco y Veracruz- y la Controladora de Negocios Azucareros; fue el representante del sector privado mexicano en las negociaciones del TLC; accionista en Nadro -casas comerciales-, Grupo Industrial Minera México, Seguros Olmeca, Casa de Bolsa Operadora) y Eduardo Legorreta Chauvet (accionista del Grupo Embotelladoras Unidas que preside Gallardo Thurlow; ex presidente de la casa de bolsa Operadora de Bolsa; preso por fraude bursátil en febrero de 1989 e inhabilitado 10 años por las autoridades financieras y judiciales para operar en el mercado bursátil -la inhabilitación vencería en 1999-; accionista mayoritario de Videovisa).
Además, participaban Enrique Robinson Bours Almada (Grupo Bachoco), Saturnino Suárez Fernández (accionista de Serfin, involucrado con los Gutiérrez Cortina en el rescate de los créditos del World Trade Center; ex accionista del Banco del Atlántico antes de la expropiación) y Sandra López Benavides (accionista de Bancomer, que fue el banco que encabezó el rescate de Calzado Canadá, empresa de López Benavides).
Grupo Cintra: Controladora de empresas aéreas, entre las que destacan Aeroméxico y Mexicana de Aviación, reprivatizadas en los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas, respectivamente. Originalmente fueron vendidas a un grupo de empresarios, entre los que sobresalían los hermanos Pablo e Israel Brener Brener, del Grupo Xabre. Pablo fue miembro de la comisión de financiamiento del PRI para la campaña presidencial de Carlos Salinas de Gortari.
El grupo Cintra fue dirigido por Gerardo de Prevoisin Legorreta, quien huyó del país luego de un fraude al corporativo. Desde su exilio, reconoció haber entregado 8 millones de dólares de la empresa a la campaña presidencial de Ernesto Zedillo.
Entre sus accionistas se encuentra Eugenio Clariond Reyes Retana (presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios entre junio de 1997 e igual mes de 1999, accionista del Grupo Financiero Serfin y cabeza del Grupo IMSA, y adelantado promotor del pase de charola en favor de Francisco Labastida Ochoa en 1999) y Carlos Gómez y Gómez (presidente de la Asociación de Banqueros de México y accionista del Banco Santander Mexicano).
El consejo de administración, en 1997, lo presidía Ernesto Martens Rebolledo, y participaban, entre otros, Enrique Hernández Pons (Grupo Herdez), Adolfo Lagos Espinosa (director general de Serfin), José Serrano Segovia (Transportación Marítima Mexicana) y María Eugenia Sidaoui Dib (consejera suplente).
En la sesión número 12 (26 de agosto de 1997), se abordó el asunto de la empresa Cintra: "Alberto Mulás (director de activos corporativos del subcomité) explicó la situación de la venta pública de acciones de Cintra; se pretende que el Fobaproa aporte un 6 por ciento de capital accionario del cual es propietario, para que la oferta pública de acciones alcance 24 por ciento (240 millones de acciones)".
Por su parte, el director general del fondo, Javier Arrigunaga, explicó que "en caso de que el fondo aceptara dicha propuesta perdería la posibilidad de tener una prima de control, al vender en el futuro el capital restante perteneciente al Fobaproa. Se sugirió que el 6 por ciento que se pretende adicionar a la tenencia accionaria de Nacional Financiera y al gobierno federal se aporte a prorrata de la tenencia de todos los accionistas en forma proporcional a su tenencia en el fideicomiso, de tal forma que Fobaproa siga manteniendo la mayoría de las acciones".
Al cierre de junio de 1999, el Fobaproa y el gobierno federal no habían resuelto el caso Cintra. Lejos de concretar la venta del paquete accionario y el problema, ahora son poseedores de 55 por ciento de los títulos del corporativo, con lo que, de facto, Aeroméxico y Mexicana de Aviación regresan al antineoliberal y vilipendiado rebaño sagrado de la propiedad federal.
Grupo Hernández Alvarez/Corfuerte: En la sesión número 13 (10 de septiembre de 1997), "se mencionó que se firmó la operación como se había autorizado en el Comité Central de Crédito (antecesor del Subcomité de Recuperación) con la empresa Agrobios, subsidiaria al 100 por ciento de Grupo Desc".
En este último corporativo participan, entre otros, Fernando Senderos Mestre, Alejandro Burillo Azcárraga (Televisa), Carlos Gómez y Gómez (presidente de la Asociación de Banqueros de México y cabeza del banco Santander Mexicano), Alberto Bailleres (Industrias Peñoles) y Jorge y José Luis Ballesteros Franco (remember Grupo Mexicano de Desarrollo, rescate de carreteras y salvamento de créditos personales).
La empresa involucrada es Alimentos del Fuerte, y los bancos, Inverlat, Bancen y Bancrecer. El monto a rescatar se aproximó a 21 millones de dólares. El nivel promedio de recuperación para los bancos se estimó en 57.6 por ciento. El caso se presentó al Comité Central del Fobaproa el 3 de febrero de 1997.
En la sesión respectiva, se subrayó que "con base en la evaluación realizada por la empresa Mckinsey and Company, quien concluye que no hay escenario previsible en el cual Corfuerte pueda alcanzar su punto de equilibrio sin una capitalización y restructura de sus pasivos, en adición al hecho de que Inverlat y Bancen, que representan 80 por ciento de la deuda, no tienen garantía adicional alguna, el comité autorizó restructura, capitalización y posterior venta de las acciones de la compañía a Hicks, Muse, Tate and Furst Incorporated (Hicks and Muse).
En función de dicha autorización, "Inverlat inició el proceso de formalización de los acuerdos. Sin embargo, Hicks and Muse se desistió de su oferta, viéndose Inverlat y la empresa en la necesidad de buscar un nuevo comprador".
"El 15 de julio de 1995, Inverlat recibió la propuesta de Agrobios, que no modifica el efecto monetario y el porcentaje de recuperación autorizado inicialmente por el Comité Central, consistente en:
"1. Los bancos realizan la capitalización de sus pasivos por 110 millones de dólares, con lo que recibirán 73.26 por ciento de las acciones de Corfuerte.
"2. Agrobios aporta 10.2 millones de dólares a través de un aumento de capital en Corfuerte, para que ésta adquiera las acciones propiedad de los agricultores de Alimentos del Fuerte que se encuentran afectadas en un contrato de fideicomiso. Estos recursos inicialmente los aportaba Inverlat.
"3. Agrobios adquiere de los bancos las acciones que representan 73.26 por ciento del capital social de Corfuerte, proveniente de la capitalización señalada en el inciso anterior, mediante un pago en efectivo de 55.9 millones de dólares.
"4. Inverlat restructura una deuda servible en Alimentos del Fuerte por 21 millones de dólares, a un plazo de siete años con tres de gracia, y una tasa de interés libor más tres puntos.
"La recuperación global es la siguiente: deuda remanente, 21 millones de dólares; pago efectivo, 55.9 millones; recuperación, 76.9 millones; factor de recuperación deuda, 0.5571; garantizada, 0; tipo de cambio, 7.85 pesos por dólar".
Inverlat y Bancen concedieron los créditos al Grupo Corfuerte sin garantía alguna que sustentara el pago. El otro banco involucrado en la operación, Bancrecer -hoy en quiebra-, aceptó garantías equivalentes a 50 por ciento del empréstito concedido. En promedio, la recuperación fue de 57.6 por ciento.