EL TONTO DEL PUEBLO Ť Jaime Avilés
Fox: Guanajuato siglo XXI

1

El software al poder. Desde hace dos años, en el patio central de los 27 palacios municipales de Guanajuato donde gobierna el PAN, cada miércoles a partir de las 9:00 los alcaldes en persona, acompañados de su gabinete en pleno, atienden a la ciudadanía que llega, como es natural, con grandes y acuciantes problemas.

--Esto nos ha permitido eliminar a los coyotes, conectar las demandas con las respuestas en mucho menos tiempo, y a los políticos les sirve como termómetro para medir su popularidad --explica Ramón Muñoz Gutiérrez, coordinador de asesores de Vicente Fox y autor de esta idea.

--¿En qué te inspiraste? ¿En los sábados rojos de Moscú?

--No me lo vas a creer: te juro que se me ocurrió viendo los Martes de Plaza de Comercial Mexicana.

Si alguien posee la clave del éxito de Fox éste es Ramón Muñoz. Ex jesuita, graduado en filosofía y en psicología, ex jefe de personal de la iniciativa privada, ex diputado, ex miembro del ayuntamiento de León, joven de 38 años, me recibe en su extravagante oficina: una cafetería en un centro comercial de Irapuato, donde un secretario, desde otra mesa, le maneja la agenda mediante un celular. Fue Muñoz quien convenció a Fox de poner en marcha lo que ahora oficialmente se llama ``reingeniería de procesos''.

2

Dar el plus. ``Cuando llegamos al gobierno estatal hicimos una gráfica de los procesos de adquisiciones. Vimos que para comprar un lápiz, una computadora o un tractor se requerían cien pasos. Con las gráficas que sacamos podríamos tapizar toda esa pared. Entonces lo que hicimos fue invertir en un software alemán, llamado SAP, que costó una millonada de dólares pero nos permitió acelerar todos los procesos ganando en calidad. Hoy, desde este café, si hubiera traído mi lap-top, la conecto al celular y puedo ordenar que se compre lo que sea.''

A Fox, agrega, ``le gustó mucho esta solución y empezó a decirme: Oye, Ramón, hazme una reingeniería para acabar con este problema o con este otro, y de tanto que el gobernador habló de reingeniería, de rediseño de procesos, el término se posicionó en todas partes y ahora todo el mundo lo conoce así''.

A la antigua burocracia priísta, dice, ``la reubicamos, la capacitamos, les dimos estímulos para que se integraran aportando sus propias iniciativas, y la reacción que han tenido los que estaban acostumbrados a no trabajar ha sido óptima. Hoy los empleados del gobierno de Guanajuato saben lo que es dar el plus, o sea, la calidad agregada en todas las acciones que emprendemos''.

Fíjate, le digo, qué diferencia: un día antes de dejar el poder en la ciudad de México, Oscar Espinosa Villarreal dejó cien burócratas del PRI, con base de planta, en cada una de las delegaciones del DF. Cárdenas no pudo quitar a nadie, y eran en cada caso cien huevones con la consigna exclusiva de estorbar.

``Nosotros no tuvimos ese problema --asegura Muñoz--. A nosotros nos entregó el poder un gobierno panista y no heredamos ese tipo de trampas.''

3

La visión del PRI. ``El gobierno de Vicente Fox ha sido sumamente elitista'', asegura Carlos Chaurand Arzate, presidente del PRI guanajuatense. ``Apoyó a los empresarios que cuentan con recursos, no a las grandes masas de desposeídos. Fox se va dejando un cúmulo de errores y fracasos. Creó una nueva burocracia para promover su imagen en el exterior. Y en materia de salud y educación ahí están las cifras'', dice el dirigente interino, a quien le ha tocado renovar todos los comités municipales de su partido mediante elecciones abiertas, como ensayo para la contienda nacional interna del 7 de noviembre.

``¿Dónde está la educación para todos que tanto presume Fox? Hay un millón 700 mil guanajuatenses que no terminaron la primaria durante su mandato. En Celaya, para una población de 500 mil habitantes hay una sola preparatoria''. Encarrerado, agrega: ``¿Y de qué puede jactarse en salud? En San Miguel de Allende, los panistas persiguen a las parteras empíricas. ¿Política de pleno empleo? Eso únicamente en el corredor industrial (Celaya-Salamanca-Irapuato-León), pero Fox olvida que las grandes fábricas que tenemos ahí, así como el Aeropuerto Internacional del Bajío, no las trajo la administración del PAN: son fruto del esfuerzo de los gobiernos priístas''.

4

Futbol y progreso. Hablan jóvenes empresarios de Celaya. ``Con el gobierno de Fox claro que sentimos un cambio. Arregló el problema de la seguridad; en León todo el mundo tiene empleo, en Irapuato, en Salamanca. Pero en Celaya es distinto. En Celaya si el Celaya (Futbol Club) va bien, Celaya va bien: llega el dinero, llega el turismo. En lo que no ha actuado el gobernador es en la cosa del narco. Hay que ver nomás el hotel Plaza Celaya para darse cuenta de que es un lavadero''.

--Yo veo otro problema --les digo--. En todo Guanajuato la birria no tiene caldo y la comida en general es muy insípida...

--Qué raro, porque en Celaya la comida es riquísima...

5

Silao... ¿Cuántas cantinas hay en Silao? Quién sabe, pero en la que zumba de gusto a dos cuadras del templo mayor hay un mariachi de sólo cinco instrumentos que ilustra de maravilla lo que Monsiváis, en su reciente ensayo sobre José Alfredo Jiménez, llamó ``el apogeo del acabóse''. Un borrachito sombrerudo canta: ``Por mujeres como tú hay hombres como yo, que se entregan al alcohol...''. Y la música, verdá de Dios, enchina el alma.

En una callejuela, frente al convento de las madres rompopinas (que fabrican rompope y flan), cien personas llevan horas de angustia frente a una casita pobre y triste. Es la oficina local del PRI. Adentro están contando votos. Diana Gaytán, reportera de El Correo, me dice que en las casillas de la zona urbana había cinco votos en promedio a las 15:00 horas. El ``ejercicio democrático'' finalizó a las 16:00 y la espera, explica, es porque falta la casilla de La Yerbabuena, una aldea perdida en los campos. A las 19:30 la urna aparece al fin y sobre el acta que la sella leo que contiene ¡141 boletas cruzadas! A las 20:15, desde la esquina se acerca otro mariachi porque es el momento de celebrar.

Para renovar la dirigencia municipal del PRI de Silao compiten cuatro planillas: blanca, roja, verde y café. La café es la única que ha pagado anuncios en la prensa de León y Teodoro Mozqueda, su candidato, ``va a ganar porque va a ganar'' aunque nadie haya votado. Pero a las 20:35, la gente de Mozqueda sale y pide que el mariachi se vaya porque sus adversarios, vigilando el recuento, se han unido para clamar ``¡fraude!'' Es el ``nuevo'' PRI. El ``ejercicio'', oiré hasta la saciedad, es un ensayo para los comicios internos del 7 de noviembre. Perfecto. Me voy a dormir feliz.

6

De gira con Fox. Estábamos en la capital del estado de Guanajuato, a bordo ya de la camioneta-oficina de Vicente Fox, y yo me disponía a soltar la primera pregunta de la entrevista que me habían encomendado cuando sonó un celular y uno de los muchos ayudantes del gobernador contestó y dijo que era Martha Zamarripa, en vivo, desde una estación radiofónica de Monterrey. ``¡Qué gusto, Martha! ¿Cómo estamos?'', saludóla Fox con destreza impersonal, y entonces el pequeño Rodrigo Fox, moreno, gordito, huraño, feliz de ir sobre las rodillas de su famoso padre, estiró la mano y le subió al estéreo. En el vehículo, y sin duda en miles de hogares de Nuevo León, todos oímos a Fox hablando de sí mismo y de su obra, con un fondo rítmico de hip-hop que machacaba: ``No se fracasa si se empieza un comienzo, no se fracasa si se empieza un comienzo''.

Cuando la carretera a Irapuato nos libró al fin de Martha Zamarripa y de todos los celulares del mundo, Fox puso en marcha una táctica defensiva para replicar a mis preguntas, soltando largas, kilométricas parrafadas, sin admitir interrupciones, hasta que un pequeño gentío, en el patio de una maquiladora de ropa, llamada Emporio, a la orilla de la pujante ciudad fresera, lo obligó a suspender su bien articulado monólogo.

En el interior de la planta --dos naves de techos cóncavos, calurosísimas, de buena luz solar, con una compleja instalación eléctrica aérea para alimentar a las numerosas máquinas de costura--, las trabajadoras, jóvenes de 18 a 22 años en su gran mayoría, vieron pasar a Fox, a los patrones y a los funcionarios estatales y municipales convidados al ágape, mientras yo copiaba un cartelito pegado a una columna de carga: ``¿Quieres ganarte 100 pesos? Si ves que tus compañeros rayan la pared, comunícaselo a Daniel o Alejandra''.

De sindicato, contrato colectivo o prestaciones ninguna de las trabajadoras osó hablar. Entonces nos trasladamos a una segunda maquiladora, entre Irapuato y Salamanca. Allí estaban los jóvenes hermanos Tomé en una escenografía semejante a la anterior, pero mucho más grande. Las obreritas habían recibido de obsequio un mandil rojo y todas se formaban en hilera para desfilar ante Fox y entregarle cada cual una rosa. Con su gigantesco ramo de flores, el gobernador inició el recorrido, vio las voluminosas lavadoras de mezclilla y casimir, supo que el agua sucia era tratada y empleada para regar un campito de alfalfa y se mostró muy satisfecho.

Los hermanos Tomé han viajado con él varias veces al exterior, en busca de recursos para fábricas como ésta, donde tampoco hay sindicato, contrato colectivo o prestaciones. Las niñas entran a las 8 de la mañana, salen a las 5 de la tarde y cuentan sólo con media hora de descanso. A menudo les piden horas extras o laborar sábados, domingos y días festivos con una paga adicional, pero a lo mucho, me confesaron un poco a hurtadillas, cuando mejor les va, cobran 700 pesos por semana.

Durante la ceremonia de inauguración de las nuevas instalaciones de Maquila T, todo fue gratitud en los discursos: de los Tomé hacia Fox, de Fox hacia los guanajuatenses que le dieron ``el privilegio de servirlos con eficiencia'' y de una anciana señora que pronunció su alocución en inglés y fue, quizá por ello, la más aplaudida.

En Maquila T no había carteles contra los que escriben en los muros; sin embargo, en una de las letrinas portátiles colocadas en la nave mayor, porque no hay más servicios sanitarios a la vista, alguien había garabateado sobre la cara interior de la puerta, a 30 centímetros del excusado: ``Jorge el (supervisor) de segundo (turno) chinga tu puta perra maldita asquerosa madre''. Para el banquete, los Tomé dispusieron en el patio exterior un enorme baldaquín blanco, una mesa de honor en forma de herradura, una docena de mesas con manteles blancos, platos de loza blanca, cubiertos de plata, vasos de cristal, una barra con alcoholes y aguas frescas, y un menú de carne asada con nopales, todo ello amenizado por la Banda Alaska, de 12 ejecutantes, que interpretó una sola pieza: La vida no vale nada, con un sonido tan pero tan suave que resultó inaudible.

A pocos metros de ahí, bajo un grosero toldo rojo con letreros de Coca-Cola, en sillas y mesas de lámina, adocenadas y urgidas a comer y levantarse rápido para que sentáranse las demás, las obreritas, atendidas con platos, vasos y cubiertos de plástico, masticaban monótonos bocados de tinga con frijoles refritos, mientras los periodistas observábamos el cuadro porfiriano con la panza vacía, chamuscándonos al rayo de sol, cosa que para una guapa colega del diario A. M. ``es lo que se acostumbra en las giras de Fox''.

[email protected]