La Jornada jueves 2 de septiembre de 1999

Astillero Ť Julio Hernández López

Si este país se rigiese por una monarquía, tal vez el emperador haría perseguir y castigar ejemplarmente a quienes, pretendiendo defenderle de un falso peligro, acabasen echándole a perder un acto de protocolo.

Afortunadamente para muchos legisladores y directivos priístas no sólo no hay monarquía, sino que, aun en el marco del poder presidencial mexicano, son nulas las posibilidades de que el personaje al que ayer le opacaron el mensaje de su quinto Informe de Gobierno pueda castigarles de manera alguna.

Pero, si de algo habría de cuidarse el mandatario que ayer visitó el palacio de San Lázaro es de quienes presuntamente son sus compañeros de viaje, de partido.

No me ayudes, compañero de sector y de partido

Porque, en realidad, quienes ayer contrastaron las palabras con los hechos, quienes pusieron a contraluz el discurso con la realidad, quienes dijeron con sus desplantes mucho más que los párrafos del Informe oficial, fueron los priístas, que se mostraron intolerantes ante la crítica, iracundos por la falta de sumisión del Poder Legislativo ante el Ejecutivo, cobrizos tras la apariencia dorada.

Y es que, a juicio de los priístas sacados de quicio (es decir, desquiciados), no era válido que el presidente de la mesa directiva, el panista Carlos Medina Plascencia, hiciese crítica dura, seca, directa, del Informe que recientemente había rendido el presidente Zedillo.

¿Y qué dijo el Presidente? Lo que debía decir: recuento de logros, ennumeración de hechos, relatoría de avances. Y frente a ese rito presidencial repetido durante décadas, al que los priístas hubieron tributado con impunidad durante esos setenta años aplausos de complacencia, discursos de humillación, ahora se presentó una respuesta que no tuvo la brillantez teórica de aquella ocasión cuando Porfirio Muñoz Ledo rompió el ceremonial de incienso al poderoso, pero que sí tuvo el contenido suficiente para desequilibrar a buena parte de la bancada del tricolor.

Una respuesta, la del guanajuatense Medina Plascencia, que fue directamente a la esencia del discurso presidencial, que puso en entredicho las frases fáciles de la autocomplacencia, los datos cómodos para el lucimiento, la realidad virtual de la tecnocracia. Una respuesta que, tal vez por ser tan directa, por incidir de manera clara en la esencia de lo dicho por el presidente Zedillo, provocó entre los priístas los arrebatos que ya han mostrado en otras ocasiones similares pero que ahora, a unos meses de las elecciones más importantes del presente siglo (después de las maderistas), dan una muestra clara de los extremos a los que puede llevar a los detentadores del poder la amenaza cierta de que lo lleguen a perder.

Epidemia de Bronxitis

Medina Plascencia que, sin embargo, y a pesar de la epidemia de Bronxitis que ayer se dio entre los priístas, se mantuvo firme, tranquilo, tal vez porque sabía que, dijesen lo que dijesen, hiciesen lo que hiciesen, los priístas sabían que no podían dar a la nación un espectáculo negativo más allá del que la presencia presidencial podría permitir.

Medina Plascencia, que fue aplaudido por los priístas cuando en ocasiones anteriores había intervenido para pedir a opositores desbordados que guardaran silencio, y que escucharan con atención el mensaje presidencial, pero que luego fue largamente abucheado, insistentemente interrumpido, cuando replicó el Informe zedillista.

Y así, en ese contraste de las palabras con los hechos, quedaron mal plantadas las frases presidenciales que hablaban de tolerancia. ``Por la democracia -había dicho el Presidente- he practicado y he alentado la tolerancia''.

Eso que llaman tolerancia

Y había explicado: ``Tolerancia es respetar las prácticas y las opiniones de los demás, aunque sean diferentes a las nuestras... Tolerancia es aceptar que los demás no piensen como nosotros, es aceptar que no actúen como nosotros, es aceptar que no decidan como nosotros''.

Además, minutos antes de que comenzara el estallido priísta contra la alocución de Medina Plascencia, el presidente Zedillo había asegurado que, ``por fortuna, los mexicanos somos un pueblo tolerante''.

Pero, los priístas tradicionales, la clase política que sobrevivirá al zedillismo (y que renegará de él en cuanto deje plenamente el poder) no soportó que en lugar de miel hubiese críticas directas, que se mencionara el hecho de que el crimen organizado había manchado el proceso electoral de 1994, y que el despilfarro fue también característica de aquellos comicios, cuyos fantasmas todavía rondan el presente con colguijes en los que muestran depósitos de millones de dólares a las campañas de aquella fecha.

La tolerancia, un bello concepto

Astillas: El abogado Samuel del Villar ha aportado al gobierno cardenista éxitos indudables. Cuando se abatía sobre el jefe del gobierno capitalino la furia encubridora de quienes deseaban convertir en santo y mártir a Francisco Stanley, para impedir que se cometiera el sacrilegio de indagar sus andanzas, Del Villar logró confirmar un dato que comenzó a desvanecer las aureolas con las que se pretendía rodear al cómico asesinado y a su corte: la adicción a la cocaína. Sin caer en excesos se puede decir que ese momento fue fundamental: de haber continuado la irresponsable embestida acaudillada por Televisión Azteca, y secundada por Televisa, probablemente la figura política de Cárdenas hubiese sido dañada de manera grave. No está de más, pues, decir que con sus lances de investigador, Del Villar salvó la viabilidad de un gobierno democrático frente al golpismo mediático. Ahora, cuando ha dado un paso más en el cumplimiento de su responsabilidad pública, Del Villar es acosado por los abogados del narcotráfico hecho poder (abogados en el sentido estricto jurídico y en el amplio, que corresponde a los medios y personajes que abogan en esa línea). Uno de esos litigantes ha advertido a Samuel que la consignación de Mario Rodríguez Bezares será ``el infierno'' para el procurador capitalino. La advertencia hecha ayer por el homólogo federal, Jorge Madrazo, de que podría abrirse una investigación sobre esa variable de la amenaza, que son las infernales referencias, ayuda a la necesaria protección de un funcionario que ha actuado con honradez, con eficacia y, dado el tamaño de los riesgos a los que se ha enfrentado, con patriotismoÉ Según un cable emitido ayer por Notimex, diversos amigos del citado Rodríguez Bezares organizan para este domingo un festival artístico de apoyo al implicado en el asesinato de Paco Stanley. La promotora principal del acto es la cantante María del Sol y, de acuerdo con la nota dada a conocer por la agencia noticiosa oficial, participarán personajes de la farándula como Eric del Castillo, Alejandra Maldonado, Los hermanos Carreón, Alberto Angel El Cuervo y Humberto Cravioto, entre otros. ¿Se sumará Televisión Azteca a la generosa cruzada pro Mayito? ¿Habrá transmisión en vivo, durante largas horas? ¿Se aprovechará la ocasión para grabar nuevas escenas de los anuncios de Dí no a las drogas?... Pablo Gómez colocó en el centro de la discusión su propuesta de una convergencia opositora dirigida a aprobar en el plano legislativo iniciativas favorables a los intereses de las mayorías y no de los priístas.