n Felicita el ministro de Defensa al ejército por golpes a la insurgencia
Destituye Pastrana a general por la matanza de 36 campesinos
n Comenzaron a normalizarse las actividades laborales en Colombia luego del fin del paro general
n Unos mil guerrilleros han sido abatidos por las fuerzas armadas en lo que va del año, dice Bogotá
Dpa, Afp, Ap y Reuters, Santafé de Bogotá, 2 de septiembre n En tanto que el presidente Andrés Pastrana destituyó a un comandante del ejército a causa de una ma- sacre de campesinos, el ministro de Defensa, Luis Fernando Ramírez, felicitó a las tropas por los golpes que le han propinado a la insurgencia en los últimos días.
En momentos en que el ejército y la fuerza aérea llevan a cabo una ofensiva en el departamento de Casanare contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Pastrana ordenó el pase a retiro del general Alberto Bravo para facilitar una investigación en torno a una matanza de 36 campesinos por paramilitares de derecha.
La masacre, ocurrida entre el 20 y el 22 de agosto en los poblados de La Gabarra y Tibú, en las selvas del Catatumbo, departamento de Norte de Santander y cerca de la frontera con Venezuela, fue perpetrada por los paramilitares de Carlos Castaño sin que Bravo haya intervenido, pese a que se había anunciado el plan.
Aunque en su momento Bravo respondió a las denuncias de organismos no gubernamentales que el asunto de las masacres era una "quimera fantasiosa" ya que sus tropas se mantenían vigilantes, ahora justificó que el ejército es el primero en lamentar lo ocurrido pero que con pocos hombres es imposible controlar la región.
Sostuvo que los paramilitares se movilizan porque se apoyan con "altísimas cantidades de dinero del narcotráfico", y criticó que después de 30 años de servicio y lucha contra la subversión se le eche y humille, lo que atribuyó a una "treta" de la guerrilla ya que en mayo apoyó al renunciante ministro de Defensa, Rodrigo Lloreda.
Bravo, quien el lunes había sido suspendido de su cargo de comandante de la quinta brigada del ejército en Norte de Santander, es el tercer general retirado en forma abrupta por el presidente en los últimos cinco meses, ya que en abril habían sido alejados otros dos generales por causas similares.
Aunado a las denuncias, el delegado especial en Colombia de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ander Kompass, había acusado al gobierno de negligencia en prevenir las matanzas de Catatumbo.
Más aún, en relación a la nueva matanza de los paramilitares efectuada recién el miércoles en Yolombó, Antioquia, este día se dijo que el número de víctimas civiles se elevaría a 30, luego que un portavoz del hospital de la localidad dijo que habían sido ingresados 20 cadáveres y que otros 10 cuerpos estaban siendo trasladados.
Reporte triunfalista
Ante el Congreso el ministro de Defensa, Luis Fernando Ramírez, confirmó reportes de jefes militares en el sentido de que unos mil guerrilleros han sido abatidos en lo que va de este año, y felicitó a las tropas por los golpes asestados en los últimos días a las guerrillas, principalmente a las FARC.
De esta manera se refirió a las 47 bajas que el ejército colombiano propinó a las FARC durante la víspera en combates en Hato Corozal, en Casanare, cuando los rebeldes fueron repelidos al intentar atacar el cuartel y asaltar el estatal Banco Agrario.
Al parecer los guerrilleros fueron sorprendidos por una rápida respuesta del ejército, que cercó la población y contó con el apoyo de helicópteros artillados. Muchas de las bajas ocurrieron en camiones con explosivos en que huían los rebeldes y que fueron alcanzados por el fuego de los helicópteros.
En ese marco, las fuerzas armadas continuaban con una amplia ofensiva de persecución de las columnas de las FARC, pues últimamente el llamado Bloque Oriental ha sufrido duros golpes, a decir del segundo comandante, general Néstor Ramírez.
Los mandos militares dijeron que la tropa continúa su ofensiva porque las operaciones apuntan a capturar a Germán Briceño (Grannobles), el jefe militar del Bloque Oriental y hermano del número uno de las FARC, Jorge Briceño (Mono Jojoy).
No obstante, el general Ramírez explicó que las tropas se han abstenido hasta el momento de rescatar la planta hidroeléctrica que desde el martes columnas guerrilleras de las FARC mantienen tomada en Anchicayá, cerca de Buenaventura, pues no quieren poner en riesgo la vida de unos cien operarios y siete periodistas retenidos.
La guerrilla ha permitido el trabajo normal de los obreros de la central, y demanda una reducción de 30 por ciento de las tarifas del servicio de electricidad, pero la empresa que opera la hidroeléctrica dijo que las tarifas no son asunto de su competencia sino de las autoridades en Bogotá.
Mientras tanto, este día comenzaron a normalizarse las actividades laborales en Colombia luego de que en la noche del miércoles las tres principales centrales obreras y el gobierno llegaron a un acuerdo para poner fin a una huelga nacional por tiempo indefinido, que sólo duró 48 horas y era en repudio a la política laboral y económica gubernamental.
Trabajadores del transporte público, la educación, rama judicial, hospitales estatales, algunos despachos públicos y los empleados de Ecopetrol comenzaron a retomar sus actividades luego de que las partes alcanzaron un pacto de siete puntos para levantar la huelga.
El gobierno del presidente Pastrana se comprometió a liberar a los trabajadores detenidos y a no tomar represalias contra quienes participaron en la huelga, y dijo que si bien habrá diálogo, no serán negociables temas como el pago de compromisos internacionales o la negociación con el Fondo Monetario Internacional.
En otro plano, Venezuela y Colombia se plantearon restablecer el diálogo directo y descartar comentarios a través de la prensa.
Venezuela, que aclaró que nunca participará en una fuerza multinacional para incursionar en otros países, anunció que el presidente Hugo Chávez se reunirá con su colega brasileño, Fernando Henrique Cardoso, el próximo día 4 para tratar sobre asuntos bilaterales y el tema de las FARC.
En una entrevista en Sao Paulo, Cardoso desestimó los temores de una intervención militar estadunidense en Colombia, después de preguntarse si no ha sido suficiente la experiencia de Vietnam.