Hoy y mañana, en El Hábito; temporada de 5 funciones
Malgretú, viva imagen de la ciudad de México; cabaret de resistencia
Los fondos, para realizar espectáculos callejeros sobre temas como Chiapas y Pemex
Emma Thomas, especial para La Jornada, Tecamacharco, 2 de septiembre n A la redacción del semanario Las Cabras llega, demacrado, el periodista Jaime Avilés. "Hace quince días no duermo", presume, eufórico sin embargo, tras el estreno de su más reciente cabaret: Malgretú (contra viento y marea), que marca su retorno al escenario de El Hábito, hoy y mañana a las 22 horas.
--ƑPor qué Malgretú y no Malgré-Tout?
--Al principio era Malgré-Tout, pero en el primer ensayo los actores lo decían tal como se lee en español y no como suena en francés. Por eso opté por una solución fonética. Nuestra Malgretú pretende conmemorar el primer centenario de la escultura más notable de Jesús F. Contreras, una pieza en mármol que el Munal tiene secuestrada debajo de una escalera. Los chilangos, no obstante, conocemos de siempre la copia en bronce que se encuentra en la Alameda, cerca del Hemiciclo a Juárez. Un logro de este espectáculo sería que el original fuese devuelto a la ciudad de México y colocado en un sitio donde todo mundo pueda admirarlo. A fin de cuentas, desnuda, maniatada por la espalda, encadenada por los pies, Malgré-Tout es la viva imagen de la ciudad de México: este nuestro monstruo amado que a pesar de todo resiste y aspira a liberarse, como el resto del país.
--En los programas de mano, Jaime Avilés aparece como director de El Teatro del Sombrero. ƑQué broma es ésta?
--El Teatro del Sombrero es una organización recién nacida, que se propone convertirse en matriz de un sinnúmero de compañías de teatro de calle. En El Hábito estamos desarrollando una breve temporada de cinco funciones, con boletos preferenciales de mil pesos y entradas generales de 150, para formar un fondo que nos permita montar cinco espectáculos callejeros, aparte de éste, sobre temas como Chiapas, Pemex, la CFE, la educación gratuita y el Fobaproa, que serán el eje del debate electoral en que el país va a sumergirse. La idea es constituir una compañía teatral en cada una de las delegaciones del DF, moverlas dentro de la ciudad y mandarlas a las cien ciudades más importantes del país, no sólo a dar funciones sino a impartir talleres y convocar a los teatreros de provincia a sumarse a nuestro esfuerzo. Parecerá exagerado, pero queremos provocar un movimiento nacional de teatro de calle, articulando una amplia red de actores, dramaturgos, escenógrafos y directores escénicos.
--ƑNo es un disparate de tu parte?
--Puede serlo y quedarse en una buena intención. Pero vamos de prisa. En breve, si reunimos la lana suficiente para arrancar ya, pensamos enviar una primera compañía a dar funciones de Malgretú en los lugares más calientes de Chiapas: el ejido Morelia, el ejido Amador Hernández, La Realidad y el penal de Cerro Hueco. Actuaremos para las comunidades indígenas, pero también para los soldados federales. Nuestra idea es hacer un teatro contra la guerra y nos inspiramos en el ejemplo de los artistas yugoslavos, desde la guerra de Sarajevo a principios de los 90.
--ƑQuiénes participan en El Teatro del Sombrero?
--Todos los que tengan interés en sacar el teatro a la calle y usarlo como vehículo de contrainformación, de comunicación alternativa y, finalmente, de resistencia.
--ƑTodos los textos serán tuyos?
--Ojalá que no. La convocatoria está abierta a todos los escritores que deseen unirse. Por ejemplo, sería chingón contar con el ingenio y la frescura de los historietistas de El Chamuco, y con todas aquellas personas que quieran actuar en sus horas libres. Hay la intención de producir miniesketches y representarlos en los microbuses o en el Metro. La cosa va en serio...
Tomado de Cajeta, suplemento literario de Las Cabras.