EL CIRCO ROTO

Poemas de David Huerta

(El diorama y la magia)

El diorama del circo se despliega
bajo la bruma densa y en el cielo
honda negrura extiende lo que niega
sobre la pista el arenado suelo.
La luz intensa ya deslumbra y ciega
Por mejor ver el esplendor del vuelo,
las formas tenues, raras, y la trágica
fiesta de sombras y la fuerza mágica.

(Sueño y amanecer)
Más allá del asombro y de la risa
- después de la función, en cada tienda -,
el sueño fiel y su caliente brisa
cierran los ojos con extraña venda:
pesadillas, imágenes que irisa
el cansancio cordial, precisa prenda.
Del dolor de los cuerpos un oscuro
Amanecer se eleva, azul y puro.


(Mira los animales)


grave es el hipopótamo obediente.
Abre las fauces: un bostezo en vilo,
un grito mudo, largo, persistente,
de aquel poder que palpitó en el Nilo.
El oso de los bosques y la ardiente
y manchada jirafa siempre al filo
de la caída. Míralos: grandiosos:
resignados, cautivos, poderosos.


(Tristeza de los nómadas)


La vida en el camino y la tristeza,
el trajín de la vida vagabunda,
las caras desoladas al extrañeza
del nomadismo capta la profunda
placa sensible con que la destreza
de la artista fotógrafa refunda
la brillantez del viaje, la aventura
y su signo que todavía perdura.


(Héroes de las edades)


He aquí los mitos, dice, las deidades
devastadas del tiempo, la ruinosa
voz de los paganismos, las edades
del rito, el sacrificio, la angustiosa
boca solar, la luna, el alma, el Hades,
el Edén, las espadas y la Rosa...
Pintarrajeados héroes los revelan
Bajo las carpas donde se desvelan.

(La ligereza trágica)


``Entregarás al fuego lo que adoras'',
dictaba una Sentencia en otro día
que es igual a estos años, estas horas
del devenir, la historia, la sombría
tragedia de los tiempos. Las auroras
suceden a las noches, la alegría
es un engaño. El circo lo desmiente
con ligereza y magia sorprendente.