Censurar la lucha antidroga, estrategia de candidatos
México, trampolín electoral en EU
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 7 de septiembre ţ Las críticas a México en las campañas electorales por la presidencia se habían limitado, hasta ahora, a las expresadas por el conservador y feroz proteccionista Pat Buchanan. Pero en el último mes, otros dos candidatos las han incorporado a su propaganda política, de tal manera que po-drían provocar una nueva ronda de retórica contra México al intensificarse la contienda este año.
''Está mal continuar mimando a países que sirven de punto de entrada a las drogas ilegales a Estados Unidos'', declaró el mes pasado en California la aspirante presidencial republicana Elizabeth Dole.
Según una nota del diario Los Angeles Times, Dole sostuvo que México es la fuente del 60 por ciento de las drogas ilícitas que entran a Estados Unidos. No fue la primera vez que mencionó el punto: la ex presidenta de la Cruz Roja de Estados Unidos y esposa del ex senador Bob Dole, hizo comentarios similares en sus giras por Iowa en agosto y, en una ocasión, hasta amenazó con tomar una acción unilateral estadunidense no especificada para detener el flujo de drogas desde el vecino país.
Bill Bradley, aspirante a la candidatura presidencial demócrata, también ha incorporado el tema de México a su arsenal retórico para enfrentar la candidatura del demócrata Al Gore. El ex senador y ex estrella del basquetbol profesional declara ante sectores laborales que apoya una demanda sindical para que camioneros mexicanos no tengan permiso de acceso a Estados Unidos, a pesar de lo establecido por el TLC, que abre la frontera a los choferes.
Claro, tanto la republicana Dole como el demócrata Bradley están muy por debajo de los principales aspirantes de sus respectivos partidos, según las últimas en- cuestas. El gobernador de Texas George W. Bush y el vicepresidente Gore han mantenido una posición de firme apoyo a la relación bilateral con México y con el gobierno de Ernesto Zedillo. Pero Dole y Bradley no tienen que ganar las elecciones para influir en el proceso. Bradley ya está obligando a Gore a asumir posiciones más favorables al sector sindical para que el vicepresidente asegure el apoyo de la central obrera AFL-CIO, que representa a 13 millones de miembros.
Dole ha generado suficiente apoyo en las últimas semanas como para crear expectativas sobre sus posibilidades de integrar la fórmula de una eventual candidatura nacional de Bush. Las posiciones de Dole, combinadas con las vociferantes del representante del ala derecha Pat Buchanan (''hay una guerra no declarada en nuestra frontera sur'', dijo recientemente), podrían obligar a los otros candidatos a adoptar posturas retóricas más severas contra México.
El peligro no es que algún futuro presidente de Estados Unidos adopte posiciones antimexicanas, sino que la retórica de las campañas electorales se caliente a tal grado que los candidatos empiecen a ver ventajas políticas de criticar al país vecino.
La decisión de Dole de incorporar como tema a México en su campaña es novedosa, ya que hasta el momento ningún aspirante con posibilidades reales de ganar ha decidido hacerlo. En un discurso en Des Moines, Iowa, el 11 de agosto, la candidata hizo múltiples referencias a México y criticó al gobierno de Bill Clinton por su fracaso en llevar a cabo una lucha efectiva contra el narcotráfico. ''Ella dijo que como presidente adoptaría acciones directas contra México, la fuente del 60 por ciento de las drogas que ingresan a este país'', señaló a este diario la vocera de Dole, Ari Fleischer.
Mark Cooper, corresponsal de la revista The Nation, quien estuvo presente en ese encuentro, indica que Dole fue más lejos en sus críticas. ''Intentó norieguizar (pintar a alguien como Manuel Noriega) al presidente Ernesto Zedillo de México como personalmente responsable por el 'narcoducto' a Estados Unidos, y sugirió despachar tropas estadunidenses para sacarlo'', escribió al describir el discurso de Dole.
La vocera Fleischer negó en entrevista con La Jornada que Dole haya mencionado por nombre a Zedillo o que hubiera hablado de una intervención militar. ''Tenemos un problema mutuo en nuestras manos, el cual quiere abordar conjuntamente (con México)'', comentó Fleischer. Dole ''cree que el gobierno de Clinton-Gore ha fracasado en cerrar la llave y cree que ella lo puede hacer mejor''.
Inquirida sobre el tipo de acciones que Dole considera, Fleischer dijo que la precandidata anunciará sus propuestas específicas sobre la lucha contra la droga este mes. La página en Internet de la campaña de Dole no ofrece muchos detalles sobre su política antinarcóticos, y sólo recuerda que durante su desempeño en el gobierno de Ronald Reaga ''luchó firmemente'' para asegurar financiamiento para los esfuerzos del cuerpo de guarda- costas. ''En mi gobierno el esfuerzo antidrogas será de nuevo una política del Pentágono y de la seguridad pública'', indica Dole en una breve descripción de sus propuestas en su página cibernética. La principal asesora de política exterior de Dole es la ex embajadora ante la ONU, Jeane J. Kirkpatrick.
Pero el reportero Cooper no es el único que ha percibido un mensaje agresivo contra México por parte de Dole. El diario Los Angeles Times reportó que Dole señaló que existen la ''diplomacia'' y un ''arsenal de instrumentos'' disponibles para tratar con México el tema de las drogas. Pero Dole se limitó a eso, declarando que ''uno no anuncia hoy lo que haría con México a dos años de distancia''.