Ť Pinochetistas se reunieron para agradecer a los militares su intervención
Recordaron unos 10 mil chilenos a Allende en el aniversario del golpe
Ť El ex dictador envió una carta de "reconciliación" que será dada a conocer a la opinión pública
Ť Luego del acto en el cementerio, jóvenes lanzaron piedras y bombas molotov contra carabineros
Enrique Gutiérrez Aicardi, corresponsal, y agencias, Santiago, 11 de septiembre Ť En un clima tenso y con incidentes menores, unos 10 mil chilenos rindieron este sábado homenaje al ex presidente Salvador Allende y a los caídos durante el sangriento golpe militar pinochetista del 11 de septiembre de 1973.
En lo que fue la primera vez que Chile conmemoró los 26 años de aquel suceso sin la presencia de Augusto Pinochet, por encontrarse detenido en Gran Bretaña, sólo unos 2 mil partidarios del ex dictador se reunieron en dos actos para celebrar la "gesta heroica" del golpe que llevó a una dictadura de casi 17 años.
En paralelo, se anunció que Pinochet envió una carta de "reconciliación" a los chilenos que será dada a conocer el próximo martes, mientras que senadores y empresarios chilenos acudieron a visitar a su caudillo en Londres y acusaron a Gran Bretaña de perseguirlo "por motivos políticos".
Una columna de unos 10 mil manifestantes, en su mayoría jóvenes, convocados por la Asamblea por los Derechos Humanos, llevó a cabo una marcha por el centro de Santiago que culminó en el Cementerio General, en el norte de la ciudad, donde rindieron homenaje ante la tumba del mandatario socialista.
Políticos de izquierda, estudiantes, mujeres, familiares de las víctimas de la dictadura y activistas de los derechos humanos marcharon en forma pacífica, y sólo al final del acto de conmemoración, en las afueras de la necrópolis, se desataron disturbios cuando grupos de jóvenes encapuchados lanzaron piedras y bombas incendiarias contra la policía militarizada.
La reacción de los carabineros no se hizo esperar, pues disolvieron la acción de los revoltosos con chorros de agua y gases lacrimógenos, lo que dejó un saldo de tres periodistas y dos manifestantes heridos, aunque algunas versiones de prensa señalaron que al menos hubo una veintena de detenidos durante la estampida que provocó la acción de la policía antimotines.
Aparte de este incidente, en que los jóvenes encapuchados habían levantado barricadas y prendido fogatas, se informó que en el sector populoso de Gran Avenida una bomba de escasa potencia estalló en un local de la cadena estadunidense de comida rápida Mac Donald's, que causó daños menores en la fachada.
La candidata presidencial del Partido Comunista, Gladys Marín, quien lucía un cuello ortopédico tras la represión policial de que fue objeto durante la víspera, pronunció un encendido discurso en el Cementerio General al apuntar que "hoy Allende está flotando en todo el mundo y Pinochet está detenido en Londres... Todo el sacrificio no fue en vano".
No obstante, llamó al gobierno democristiano de Eduardo Frei --en coalición con dos formaciones socialistas y una socialdemócrata-- a que se margine de intervenir en los procesos contra Pinochet fincados en Europa, e instó a los militares chilenos a que entreguen toda la información que tengan sobre el paradero de los detenidos desaparecidos de la época dictatorial "y tenebrosa" del pinochetismo.
"Mientras no haya verdad y justicia seguirá la violencia en Chile", expresó a su vez la viuda de Allende, Hortensia Bussi, durante una misa oficiada en el palacio presidencial de La Moneda en memoria del ex mandatario socialista, cuyo acto estuvo encabezado por el vicepresidente chileno, Raúl Troncoso, y al que concurrieron las dirigencias de los cuatro partidos políticos de la alianza gobernante.
A su vez, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Viviana Díaz, declaró en entrevista con la prensa escrita que el avance experimentado en los juicios judiciales contra Pinochet "comienza el camino de la justicia que ha sido denegada en nuestra patria en forma sistemática durante años".
Por la noche, los actos conmemorativos culminaron con mil velas encendidas en las afueras del Estadio Nacional, que fue usado como campo de concentración por la dictadura militar.
Abuelas, esposas, mujeres jóvenes y niñas, hombres maduros, padres e hijos caminaron silenciosos por las veredas del estadio, en recuerdo de sus familiares y amigos masacrados.
Actos del pinochetismo
Por el lado de los partidarios de Pinochet, en la Escuela Militar de Santiago tuvo lugar una misa de acción de gracias por "el pronunciamiento de las fuerzas armadas", a la que asistieron los máximos jefes militares del país.
Al mismo tiempo, en un cine se reunieron unos mil seguidores del ex dictador, convocados por la Corporación 11 de Septiembre, que agrupa a ex militares, y allí se corearon insultos contra Isabel II de Ingla- terra, al grito de "reina, devuélvenos al tata (patriarca)", aunado al grito de "juez Garzón, marxista cabrón".
El general retirado Carlos Krumm justificó el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 al afirmar que evitó el derrumbe de Chile en medio de un clima de desunión, violencia y caos que atribuyó al gobierno allendista, y criticó a los defensores de los derechos humanos porque no se preocupan por los militares golpistas que también murieron tras la asonada.
Sostuvo que los crímenes atribuidos a la represión militar y policial de los opositores a Pinochet, que Baltasar Garzón ilustra con una lista de más de 3 mil asesinados y ejecutados, fueron sólo "excesos excepcionales" y no una política oficial.
Al final de este acto los pinochetistas no pudieron marchar hacia las embajadas de Gran Bretaña y España porque la policía de carabineros lo impidió.
Mientras el gobierno se mostraba satisfecho por la relativa calma reinante en esta ocasión, el senador derechista Mario Ríos dijo que Augusto Pinochet le entregó una carta dirigida al senador demócrata cristiano Andrés Zaldívar, en la que hace algunas reflexiones personales sobre los pasos que podrían seguirse para lograr la reconciliación entre los chilenos.
Ríos, quien formó parte de la delegación de congresistas y empresarios chilenos afines a la dictadura que visitó hoy en Londres a Pinochet, dijo a una emisora chilena que en la carta éste se lamenta por no haber tenido la suficiente capacidad para unir a los chilenos, que considera que es hora de entender todo el periodo pasado y que está decidido a cooperar en el nuevo orden nacional e internacional.
Francisco Prat, otro de los legisladores derechistas que acudieron a la casa de Pinochet en Londres a "rendirle homenaje", acusó a Gran Bretaña de "hipocresía" al considerar que lleva a cabo una persecución política y no legal, pero afirmó que "todos los mecanismos institucionales serán usados para liberar a Pinochet.
Mientras, a tres meses de las elecciones presidenciales de diciembre el candidato socialista, Ricardo Lagos, rechazó la violencia y dijo que gracias a los espacios de libertad la dictadura se derrotó, mientras que su contrincante derechista, Joaquín Lavín, pidió que éste fuera un día de respeto, reflexión y tolerancia.