Néstor de Buen
Una ley de dudosa vigencia

DICEN LOS QUE SABEN de toros que no tiene gracia torear "a toro pasado". Con lo que se refieren al hecho de que es un toro sin peligro. Algunas florituras después de que pasaron los cuernos y las patas (Ƒmanos?) delanteras y sólo queda el resto por pasar, como arrimarse en serio, no inspiran confianza.

Me lanzo al ruedo...pero una semana y pico después a toro pasadísimo. Y es que al leer los índices del Diario Oficial de la Federación, me encontré con que el día 3 de este mes se publicó la nueva "Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos".

Me dio la curiosidad de conocer una norma que supuestamente había violado Carlos Medina en su respuesta al presidente Zedillo. Y en contra de lo que dijeron los indignados priístas, no me parece que el presidente del Congreso haya violado alguna norma al hablar como miembro del PAN y no en representación del Congreso.

En el artículo séptimo, párrafo primero, se establece que el 1Ɔ de septiembre de cada año "a la apertura de las sesiones ordinarias del primer periodo del Congreso, asistirá el Presidente de la República y presentará el Informe de conformidad con el artículo 69 de la Constitución". Y en el párrafo tercero, relativo a la respuesta, dice simplemente que "El presidente del Congreso contestará el Informe en términos concisos y generales, con las formalidades que corresponden al acto". Allí no se dice nada de que el presidente del Congreso represente, en su intervención, a la totalidad de los grupos parlamentarios.

Por el contrario, me parece que la respuesta de Carlos Medina, hombre famoso como nunca, fue concisa y general. Basta leer el texto para advertir la concisión. Y la generalidad deriva de que se fundó en conceptos y no en ejemplos. Que fueron bravos, ni quien lo dude, pero la Ley Orgánica no hace referencia alguna a la posible bravura.

Pero me ocurre algo curioso y confieso que no tengo demasiada seguridad en la interpretación jurídica de lo que puede haber pasado. Pero ahí les va para que lo piensen.

De acuerdo con el primer párrafo del artículo tercero del Código Civil en vigor en el DF, que como ustedes saben es también de aplicación federal, "las leyes, reglamentos, circulares o cualesquiera otras disposiciones de observancia general, obligan y surten sus efectos tres días después de su publicación en el periódico oficial". Y en el artículo cuarto, en vía de excepción, se dispone que "si la ley, reglamento, circular o disposición de observancia general fija el día en que debe comenzar a regir, obliga desde ese día con tal de que su publicación haya sido anterior".

Ocurre que la nueva Ley Orgánica entró en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial (transitorio segundo) y si la fecha de publicación fue el día 3, la de iniciación de la vigencia fue el día 4, con lo que se concluye que no estaba en vigor el día del Informe, que fue el día primero.

Pero ese problema se combina con otro: en el artículo séptimo transitorio se abroga la Ley Orgánica anterior y como la ley no se refiere a la fecha en que surten efectos las abrogaciones y se limita a indicar que "la ley sólo queda abrogada o derogada por otra posterior que así lo declare expresamente o que contenga disposiciones total o parcialmente incompatibles con la ley anterior", parecería posible pensar que la abrogación de la ley vieja fue inmediata, a partir de la declaración de ese séptimo transitorio (fechado el 31 de agosto de 1999), en tanto que la vigencia de la ley nueva tenía que esperar a su publicación.

Aquí debe hacerse una distinción: cuando el Congreso aprueba en definitiva una ley, su condición de tal no depende de la publicación. La ley ya lo es desde que se aprueba. Lo que depende es la vigencia. Y no es lo mismo.

De ser fundadas mis elucubraciones, la conclusión es evidente: el día del Informe no había en vigor Ley Orgánica alguna. Por el contrario, disfrutábamos de una hermosa vacatio legis, lo que significa algo así como que no hay ley porque se fue de vacaciones, lo que habría permitido al audaz Medina Plascencia contestar como le diese la gana. Que es, exactamente, lo que hizo. *