n Suman ya casi 300 las víctimas fatales desde el pasado 31 de agosto
Dos nuevos atentados en Rusia dejan al menos 19 muertos y 276 heridos
n Afirma Yeltsin que el Kremlin dispone de las fuerzas y los medios para acabar con el terrorismo
n Advierten rebeldes que "vengarán" las muertes que provocaron rusos en Chechenia y Daguestán
Afp, Ap, Dpa, Reuters y Xinhua, Moscú, 16 de septiembre n Dos nuevos atentados explosivos en Rusia, esta vez en las localidades de Volgodnsk y San Petersburgo, dejaron un saldo este jueves de al menos 19 muertos y 276 heridos, con lo que suma ya casi 300 el número de víctimas fatales que ataques de este tipo han provocado desde el pasado 31 de agosto en la más importante de las ex repúblicas soviéticas.
Al menos dos personas perdieron la vida a raíz de una explosión registrada poco después de las 23 horas en un edificio de nueve pisos en San Petersburgo.
En un principio las autoridades rusas señalaron que la deflagración pudo ser ocasionada por una fuga de gas, y resaltaron que el fuego fue rápidamente sofocado y sólo afectó los pisos sexto, séptimo y octavo del inmueble, pero la policía destacó que esa hipótesis no era la definitiva y que se estudiaban otras posibilidades.
Más tarde, un vocero policial citado por Itar-Tass indicó que la explosión no fue provocada por una fuga de gas, sino por explosivos, y precisó que en la confección del artefacto se emplearon entre cuatro y cinco kilogramos de trinitrotolueno (TNT), mucho menos que lo utilizado en los atentados precedentes; puntualizó que la explosión dañó dos escaleras en el edificio de nueve pisos.
En la explosión murieron un hombre y una mujer, mientras cuatro residentes más del edificio, entre ellos un niño, sufrieron heridas de distinta gravedad, dijo Itar-Tass.
Poco antes de las 6 de la mañana de este jueves estalló una bomba con una potencia de 300 a 350 kilogramos de TNT instalada en un camión estacionado frente a un edificio de ocho pisos en Volgodonsk, a unos mil 200 kilómetros de Moscú.
La fachada del edificio, donde vivían unas 440 personas, quedó destrozada: varios balcones se derrumbaron, las paredes desaparecieron, los apartamentos dan directamente al vacío y el suelo está tapizado de cascotes, trozos de vidrio y otros restos, según reportaron las imágenes de la televisión rusa.
De los 276 heridos, al menos 29 fueron reportados como graves, mientras que entre los muertos figuran dos niños.
La potencia de la explosión en Volgodonsk tuvo tal intensidad que los habitantes de de Tsemliansk, a 20 kilómetros de distancia, fueron despertados por el estruendo.
Con la explosión en San Petersburgo suman ya seis los atentados desde el pasado 31 de agosto en la Federación Rusa, cuando una bomba estalló en un centro comercial muy cerca del Kremlin, lo que provocó la muerte de una mujer y heridas a 40 personas.
Cinco días después, el 4 de septiembre, un automóvil que contenía el equivalente a unos 300 kilogramos de dinamita estalló al pie de un edificio de Buinaksk, en Daguestán, en donde vivían familias de militares rusos, con saldo de 64 muertos.
El 9 de septiembre, una bomba con una carga explosiva equivalente a 400 kilos de dinamita estalló en un edificio de ocho pisos en el sudeste de Moscú, causando la muerte de 92 personas; el 13 de septiembre un edificio de ocho pisos, también en Moscú, se vino abajo por una bomba con una potencia equivalente a 200 kilos de TNT, convirtiéndose en el peor atentado en la historia de Rusia al dejar 120 muertos.
Por lo pronto el presidente ruso, Boris Yeltsin, dijo que el país dispone de las "fuerzas y los medios para acabar con el terrorismo", y ordenó reforzar el control en la frontera con Chechenia, donde según el primer ministro Vladimir Putin se encuentran las bases de los rebeldes musulmanes wahabitas (radicales), que proclamaron un Estado islámico en Daguestán a principios de agosto pasado.
El hasta ahora desconocido Ejército de Liberación de Daguestán se atribuyó, en una llamada a Itar-Tass, los recientes atentados de Moscú y Buinaksk, y advirtió que "vengará" todas las muertes, en particular de mujeres y niños, que los bombardeos rusos han dejado en Chechenia y Daguestán.
Los rebeldes en Daguestán están liderados por el comandante checheno Chamil Bassaiev, quien ha negado toda vinculación entre su movimiento y los atentados en la Federación Rusa.
Las medidas de seguridad se han incrementado a niveles dramáticos. En el marco de la llamada Operación Torbellino ayer fueron detenidas 27 personas; este jueves se incautaron 3.5 toneladas de explosivos escondidos en una bolsa de azúcar en un depósito del sur de Moscú, y la víspera se incautaron 3.8 toneladas en otro escondite, con lo que suman ya 7.3 las toneladas de explosivos aseguradas en los últimos días.
Asimismo, fueron evitados seis atentados con explosivos, aseguró el Servicio Federal de Seguridad (FSB), que desactivó seis bombas a punto de ser explotar.
Pero las medidas de seguridad no han resultado suficientes: el edificio destruido en Volgodonsk fue inspeccionado el miércoles por la policía, y los miles de controles de locales, automóviles y de identidad no han arrojado mayores resultados.
De su lado, el Kremlin y el FSB negaron informaciones de que la propias fuerzas de seguridad rusas puedan ser culpadas de las explosiones.
"Aquí nos encontramos con dos maldades muy obvias", dijo el vocero del Kremlin, Dimitri Yakushin, en tanto el FSB sostuvo que eran falsas las versiones, incluida una del diario Moskovsky Komsomolyets, de que la meta era provocar un estado de emergencia y cancelar las elecciones legislativas previstas para diciembre próximo.
Igualmente, el magnate Boris Berezovsky, cercano al Kremlin, negó las acusaciones de un diario local, según las cuales mantendría conversaciones secretas con responsables chechenos y financiaría la rebelión en Daguestán.
Así las cosas, la aviación rusa bombardeó anoche el distrito de Nojai Iurt, en Chechenia, fronterizo con Daguestán, con saldo de un muerto y varios heridos, pero las autoridades chechenas aseguraron que la ofensiva rusa contra presuntas posiciones de rebeldes wahabitas en su territorio ha provocado la muerte de al menos 200 civiles.
En otro factor de desestabilización en el Cáucaso, los diputados cherkeses de la república de Karachaievo-Cherkesia decretaron que Cherkesia se convertía en un territorio autónomo dentro de Rusia, al tiempo que la república de Tartarstán anunció que no enviará a más de sus conscriptos al frente de guerra mientras no hayan regresado los soldados que fueron enviados a Daguestán en las últimas semanas.
Respaldo de EU
La secretaria de Estado, Madeleine Albright, ratificó el compromiso de Washington de respaldar el proceso de reformas económicas en curso en Rusia, pero subrayó que Moscú debe combatir a profundidad los problemas de corrupción que minan el sistema y cuyas consecuencias están llegando a territorio estadunidense.
En ese sentido, destacó las presiones del Congreso estadunidense, dominado por la oposición republicana, de reducir los programas de ayuda a Rusia a raíz de las denuncias de lavado de dinero y corrupción en altas esferas del poder ruso.
El consejero de Seguridad Nacional, Sandy Berger, dijo ayer que las "debilidades" de Rusia podrían ser tan "peligrosas" para Estados Unidos como su "fortaleza" pasada, en tanto el destituido fiscal general ruso Yuri Skuratov afirmó que pudo ser desviado un préstamo por 4 mil 800 millones de dólares otorgado por el Fondo Monetario Internacional.