* María Victoria Llamas habla de su programa radiofónico, que cumplió 4 años
Una vez que se comprometen los
principios, detenerse es imposible
* La objetividad puede ser una loable aspiración, pero no una realidad, asevera la conductora
* ''No se vale hacer pelear al que está enfrente y luego quitarse; esto no es un palenque''
Angel Vargas * Economista de formación, pero comunicadora por oficio, María Victoria Llamas tiene la suficiente experiencia profesional para aseverar que la objetividad puede ser una loable aspiración, pero no una realidad.
Con 26 años de trayectoria, primero en la televisión y luego en la radio, sus inquietudes laborales se orientan para dar cabida a la pluralidad de voces que cada día construyen el país, así como a rechazar cualquier tipo de fundamentalismo. Prueba de ello es su programa radiofónico, Llamas en la radio, espacio de ecléctica temática que procura la convivencia del conocimiento con el entretenimiento y de la información con la opinión.
Transmitido de lunes a viernes, de las 15:00 a las 16:00 horas por Radio Red (1110 de AM), Llamas en la radio llegó a su emisión mil en junio y cumplió cuatro años el pasado 28 de agosto, hechos significativos si se considera que la permanencia en los medios electrónicos depende del rating, cuyos puntos más altos, en general, no favorecen a este tipo de programas.
El respeto como paradigma
Autora de los libros Claudia: una liberación y El hogar en tiempo de crisis, la conductora adopta como premisa que no todas las opiniones tienen la misma validez y enarbola el respeto como paradigma. Asume, asimismo, que la ''objetividad puede ser una aspiración, pero no una realidad", y con ello sustenta que en su espacio nunca participará un racista o fundamentalista insultando a alguien, como sucede en algunos programas de televisión.
''La objetividad puede ser algo a lo que aspire, pero repruebo esos programas que hay en la tv en los que, por ejemplo, los homofóbicos están de un lado y los homosexuales de otro, y el conductor se quita y sólo quiere que se agredan. No se puede dar una opinión válida a los que ejercen la violencia en contra de otro ser. ƑPor qué los voy a dejar, cuando hay tan pocos foros para que hablen los demás?", enfatiza.
-ƑA quién da voz, entonces?
-A los que todos los días construyen el país y la democracia, con muchísimas dificultades. Pongo el programa al servicio de aquellos que rara vez son escuchados, porque es muy fácil hacer un programa sólo con especialistas, pero a la vez que hacemos esto consideramos importante que las personas comunes hablen de sus experiencias y problemas de forma directa.
-Ante la diversidad temática de su programa, Ƒcómo evitar caer en lo subjetivo y en lo banal?
-No creo incurrir en banalidades, porque todos los temas que nos atañen a los seres humanos son de interés. Nunca hemos hecho programas superficiales. Digo hemos, porque las personas los hacen conmigo. Hablar, por ejemplo, de violación o llevar a los delegados zapatistas a una estación comercial no fue bien visto. En cuanto a la objetividad, ésta no puede ser. Fernando Savater dice que somos sujetos y como tales sólo seremos objetivos cuando seamos objetos. La gran diferencia entre los conductores en los medios mexicanos y los de los países industrializados es que estos últimos no simplemente dan la palabra a una u otra persona, sino que se comprometen y firman lo que opinan. Se sabe de qué lado están y cuánto arriesgan. Hay que comprometerse y arriesgarse, tener opiniones propias. Eso es algo que muchos conductores de los programas llamados de debate no hacen. No se vale hacer pelear a los que están enfrente y luego quitarse. Yo no me quito. Esto no es un palenque.
Contra la verdad única
-ƑDe qué lado está?
-Del lado de los que no tenemos partido, de los que somos vapuleados por las sucesivas crisis. Por ejemplo, trabajé ampliamente por el plebiscito en 1993 y formo parte, tan activa como me es posible, de diversos organismos ciudadanos. Estoy por la pluralidad y el antifundamentalismo. A los que no invito al programa son a los fundamentalistas, aunque sean los vegetarianos, porque me asusta esa veta fanática de los seres humanos en la que se cree que su verdad es la única.
-ƑCómo se forjó ese criterio?
-Viene de familia. Soy hija y nieta de refugiados políticos. Mis abuelos estuvieron en prisión por sus ideas. El paterno fue acusado por su simpatía con la República en la Guerra Civil española, mientras que el materno era un judío ucraniano que sufrió cárcel a los 16 años por negarse a ser reclutado en el ejército del zar. En cuanto a mis padres, se conocieron en España, pero tuvieron que emigrar a México, en 1939.
''Es importante no traicionarse a sí mismo. Salí de Televisa, después de 12 años, porque querían que el programa que hice sobre el sida en 1987 cambiara el enfoque y satanizara a los homosexuales. Después salí de Canal 13 porque pidieron que mis emisiones fueran grabadas, con lo que ello significa, edición, cortes y manipulación."
-ƑSe ha visto en la disyuntiva de traicionar sus principios?
-Cuando me ha ocurrido, simplemente he dejado de estar. Para muchos, el empleo y la fama son muy importantes, pero aceptar las censuras no vale la vida. Por supuesto, como lectora de noticias en Televisa me enfrenté con situaciones con las que no estaba de acuerdo, pero no comprometí mis principios, pues una vez que éstos se ven comprometidos, detenerse es casi imposible.
-Este pragmatismo, Ƒtiene un costo en su vida profesional?
-Sí, me da tristeza no estar en la tv, cuando creo que es una herramienta que podría ser fantástica para los mexicanos. Pero no quiero estar en una tv manipuladora y banal, anunciando cremas embellecedoras. La tv me encanta pero no a cualquier costo, es decir, no para ir y ser una boca más que se abre. Lo maravilloso de la radio es la apertura y la participación de las personas. La radio podrá hacer que este país sea más justo; lucha más en la vanguardia contra una tv anquilosada, manipulada y manipuladora.
Rating e inteligencia, compatibles
-ƑEl rating es irreconciliable con la consciencia y la inteligencia?
-No. Mi programa en el 13 tenía buen rating y no insultaba a la inteligencia. A la empresa no le interesaba, porque en un año previo a las elecciones con heil Otto Granados, en Comunicación de la Presidencia, no estaban felices de que las leyes que se promovían fueran analizadas y de que se hablara de cuestiones políticas sin sumisión. Porque sumisa y abnegada nunca he sido.
-ƑCómo preparar una emisión diaria de temática variopinta?
-Con cuidado, tiempo y anticipación. Se trata de que el programa sea espontáneo pero no improvisado y de que yo estudie y me documente, que sepa cuáles son las preguntas que debo de hacer, como si representara a las personas.
-ƑSu programa tiene perfil didáctico?
-Si le pusiéramos el término cultural lo quitarían mañana. Guárdeme el secreto, no vaya a decir que se trata de un programa cultural. Es una emisión que cualquiera puede oír aunque el tema no tenga aparente relación con uno. A lo mejor a un radioescucha no le interesa la menopausia, pero si se trata de una manera ágil y amena probablemente podrá entender mejor lo que sucede a las mujeres que viven esa etapa y eso le ayudará a mejorar sus relaciones. Esa es una aspiración, hacer que los temas resulten interesantes aunque al principio uno quisiera desconectarse de ellos.
-ƑCómo mantener la atención del auditorio durante una hora?
-No aburrir es el primer mandamiento. A veces se logra, otras no. Es como con los futbolistas, no siempre hacen goles. Hay que seguir filtros para escoger temas e invitados. El primero es que lo que se va a tratar sea cierto; el segundo, que valga la pena ser comunicado, y el tercero es que sirva para informar, entretener, divertir, enojar; que sea mejor, pero nunca para que la persona se sienta degradada, como esos nefastos programas de concursos.
-ƑCuál es la principal cualidad de su programa y el principal defecto?
-Está hecho con buenas intenciones de tomar en cuenta a las personas, y el principal defecto es mi rigidez para tratar temas que, me parece, están en cuerda floja con la charlatanería, como las curas mágicas, instantáneas y fáciles. Se puede hacer mucho daño diciendo que las soluciones vienen por esos caminos y no en organizarse.