n El boricua unificó los cetros welter CMB y FIB, en decepcionante pelea
En resultado polémico, Trinidad quitó lo invicto a De la Hoya
n A Oscar le faltó lo que a los mexicanos nos sobra, dijo JC Chávez n Hablan ya de una revancha
Agencias, Las Vegas, 18 de septiembre n La publicitada Pelea del milenio quedó muy lejos de cubrir las expectativas que había creado. Oscar de la Hoya se dedicó a correr la mayor parte de la contienda, mientras que Félix Trinidad fue torpe en su constante ofensiva, pero los jueces lo premiaron en exceso y le dieron el triunfo por decisión mayoritaria, con lo que le quitó lo invicto al Golden Boy y unificó los cetros mundiales de peso welter del CMB y de la FIB.
Fue más lo que se habló en las semanas previas que lo observado esta noche en el ring del hotel Mandalay Bay. De la Hoya dominó los primeros rounds de la contienda con base en un boxeo defensivo, de constantes movimientos laterales que desconcertaron a Trinidad, quien sin embargo se repuso en los asaltos finales y su entrega fue bien calificada por los jueces. Glen Hamada dio empate en 114, mientras que Bob Logist dio 115-114 y Jerry Roth 115-113 para Trinidad, en una polémica decisión que generará protestas y que deja abierta la puerta para la revancha.
El puertorriqueño se mantiene invicto en el pugilismo, al sumar su triunfo 36, con30 nocauts, mientras que el estadunidense de ascendencia mexicana sufrió su primera derrota en una impresionante carrera de cuatro títulos mundiales, y se quedó con récord de 31 victorias, con 25 nocauts.
En las primeras butacas de la arena estuvieron figuras de los espectáculos y el deporte como Silvester Stallone, Michael Douglas, Brad Pitt, Kevin Costner, por un lado, y Mike Tyson, Sugar Ray Leonard, Tommy Hearns, Michael Jordan, Magic Johnson y la recién formada pareja de Steffi Graf y Andre Agassi.
Durante los primeros rounds, De la Hoya mostró una faceta desconocida, al boxear a la defensiva, con constantes movimientos de piernas y pasos laterales que lo convirtieron en un auténtico fantasma, que su rival nunca pudo encontrar. Oscar sólo se detenía en breves instantes para impactar veloces ráfagas al rostro, y aunque no fueron muy efectivas lo llevaron al frente en las puntuaciones. Tito, que se vio muy torpe para cerrar los espacios del californiano, empezó a sangrar de la nariz desde el segundo asalto y sufrió una cortada en la ceja izquierda en el quinto episodio. "Lo estás llevando a la escuelita", fue la expresión del entrenador Roberto Alcázar, quien le pidió a De la Hoya que se mantuviera alejado de la potente derecha del boricua.
En el séptimo asalto surgieron silbidos y abucheos para los dos contendientes, ya que Oscar nunca presentó batalla, mientras Tito no sabía cómo descifrar el crucigrama defensivo.
Más con base en entrega que con talento, Trinidad dominó los tres últimos episodios, al aprovechar que De la Hoya mostró cansancio por su constante movilidad. El puertorriqueño encontró algunos esporádicos golpes, sobre todo con su potente derecha al rostro del estadunidense, pero nunca pudo hilvanar ofensivas que pusieran en serio peligro a su contrincante. Sin embargo, los jueces premiaron su empeño y censuraron a un campeón que sólo se dedicó a correr.
Al final, Trinidad dijo ser "un gran campeón y lo he demostrado. De la Hoya se movió mucho, pero mi rincón insistió en que continuara con mi táctica ofensiva", afirmó, y preguntó a De la Hoya si pensaba que valía los 10.5 millones que ganó por la contienda, Oscar admitió con la cabeza.
De la Hoya, quien se embolsó 21 millones de dólares, dijo que había ganado la pelea. "El es un boxeador muy fuerte y creo que di una lección de boxeo. Lo superé con clase, pero la gente no lo entendió así", comentó.
Ambos contendientes dijeron estar dispuestos a la revancha, pero fue Julio César Chávez el que definió con certeza: "Quería que ganara Oscar... pero le faltó lo que a los mexicanos nos sobra: güevos".