Líder del legendario grupo Masacre 68


Nosotros tocábamos para verdaderos enfermos: El Agnes

Jorge Caballero n El Agnes era guitarrista y cantante de la legendaria banda de punk rock Masacre 68; ahora tiene una tienda de pantalones, anillos, agendas, vestidos, guantes, cascos, mochilas, relojes, chamarras, collares, calzones, entre más de cien artículos, todos manufacturados-rediseñados por él; "desde productos remezclados de los años cincuenta hasta los de 2 mil 300". Por los viejos tiempos, es el nombre que tiene su singular tienda (Insurgentes Sur 221, Roma), y su lema es "consume lo que tu cerebro produce"; también nos confía que una vez encontró una pinta afuera de su local que rezaba: "Agnes, vendiste el movimiento". Aunque él dice: "Yo no pertenecía a ningún movimiento. El grupo que teníamos era realmente underground, con el tiempo ahora vemos que eso era un poco fresa; hay cosas más subterráneas que ni conocemos. Antes de Masacre tocaba en un grupo que se llamaba Descontrol y ahí sí los músicos era gente súper dañada y con un público verdaderamente enfermo; nosotros crecimos escuchando al Síndrome, al Mara y Rebelde Punk, era una tendencia muy perdida y esto era lo que te llegaba, anteriormente era rudo y crudo. Aunque el público de Masacre quedó insatisfecho, porque siempre esperó lo mejor y nosotros sólo queríamos tocar. Eramos una banda que nos desahogábamos y que no quería el cambio; éramos una mentira.

"El inicio que nosotros pasamos como grupo, a mediados de los ochenta, era difícil, porque éramos lo real dentro del underground, en la calle no se permitía vestir como ahora, cuando las imágenes ya se legitimaron en radio, prensa y televisión. Había los chavos, darks, rockers, punks y no había lugares en donde nosotros podíamos asistir a tocar y divertirnos, sólo eran los conciertos de barrio; porque al salir de tu colonia ya tenías las dificultades del agandalle de la policía y de las mismas bandas del otro barrio; esto como banda, no como grupo, esto nos llevaba a tener necesidades de buscar qué había más allá del underground. Cuando llegamos al Tutti o al Nueve o al LUCC se me hizo súper fresa, porque a los lugares en donde asistíamos era la neta, la raíz de la agresividad.

"Para un chavo punk rock la vida era ir al Chopo y conseguir un botón con una foto de bandas como los Sex Pistols, The Clash o Generación X, nadie tenía un vestuario básico, los que veías con vestuario punk, era porque lo conseguían en la basura, no había ni ropa usada de Estados Unidos y ahí era donde encontraban su línea. La Lagunilla ya fue una opción más de ventas, se inició una línea más en ropa para la banda y ahí era como la alternativa para la banda, que estaba buscando una nueva forma de vestir, porque ahí no se hablaba de música; se dio un choque de generaciones, había hippies, punks, rockeros, darks, raperos y hasta los hojalateros; ahora todo eso cayó en la necesidad de la moda.

"Aunque el underground es una actitud no cambia de época, tiene cambios, pero con tendencias muy drásticas. En los ochenta había más actitud, la gente intentaba personalizar los sentimientos, esto lo hacía más crudo y con una tendencia en búsqueda de libertad en el vestuario y la manera de pensar, ahora es una actitud de moda, yo lo veo aquí en mi tienda, la gente no busca piel, sino materiales sintéticos, como sus ideas".